[current_date format ='l d F Y' ]



Mientras el gobierno analiza los estudios que heredó de la administración anterior y que hablan de la posibilidad de entregar 600 concesiones de radio y TV y una red de televisión nacional, Televisa y TV Azteca demuestran que no están dispuestos a tener competencia. Y así se lo hicieron saber al empresario Isaac Saba que, asociado con General Electric México (GE), había manifestado su interés por operar una tercera cadena de televisión abierta.

El pasado 21 de noviembre las dos televisoras lanzaron al unísono una intensa campaña desde sus espacios informativos en la cual se dedicaron a denostar a Casa Saba, acusándola de ejercer un control monopólico sobre la distribución de medicamentos, encareciendo los costos de éstos y, a la postre, provocando la muerte de miles de enfermos que no pueden pagar el precio de las medicinas.

Una y otra vez, las pantallas de Televisa y Azteca, en cada uno de sus noticieros, presentaron las trágicas historias de enfermos terminales que suspendieron su tratamiento ante la imposibilidad de costearlo. En un periodo de tres semanas, ambas televisoras dedicaron más de cuatro horas (resultado de la suma de 83 notas y reportajes) para atacar al monopolio ejercido por Saba.

El repentino interés y preocupación de las televisoras que, según la Cofeco, en su conjunto controlan 99.4% del total del mercado publicitario de TV abierta por las prácticas monopólicas en que incurre Casa Saba, y su coordinada acción para denunciarlo, en realidad han sido una advertencia a su posible competidor.

El amago alcanzó también a GE cuando el 11 de diciembre, TV Azteca difundió en sus noticieros que “Casa Saba ha hecho su fortuna a costa del sufrimiento de millones de mexicanos, a costa de lucrar con la salud de los más necesitados (…) Y ahora, Isaac Saba Raffoul planea reunirse con General Electric, una empresa transnacional, acusada de prácticas desleales, monopólicas, engaños, fraude y todo lo que se pueda imaginar”.

La Cofeco opina, el gobierno estudia

En nuestro país existen 457 canales de televisión abierta, de los cuales Televisa controla 243 y TV Azteca 179; es decir, ambas empresas poseen 92.33% del total de las emisoras concesionadas (53.17% Televisa y 39.16% Azteca).1

Para nadie es un secreto el duopolio que ejercen ambos consorcios y que puede documentarse con una larga lista de cifras: en 2005, de los 44.8 mil millones de pesos destinados a medios publicitarios, 58% fue gastado en TV abierta. De ese monto, Televisa captó 71.2% y Azteca 28.2%. Sólo la cantidad que recibió Televisa equivale al 41.3% de la inversión total en medios.2

Además, en cuestión de publicidad gubernamental Televisa recibió el 15.56% (más de mil 800 mdp) durante el sexenio de Vicente Fox, convirtiéndose en el medio que la administración federal pasada privilegió para anunciarse. En segundo lugar se encuentra TV Azteca, con 7.91% (casi 917 mdp).3

Frente a esta situación, a finales de noviembre, la Comisión Federal de Competencia emitió una opinión en la que subrayó la necesidad de “crear oportunidades para el desarrollo de canales de televisión abierta alternativos que introduzcan mayor competencia en las actividades comerciales de los operadores establecidos, al tiempo que contribuyan a la pluralidad y diversidad de voces y contenidos en beneficio de la sociedad. Al respecto, es necesario informar a los mercados del espectro disponible para televisión abierta ‘y otorgar las bandas de frecuencia mediante procesos competitivos que permitan el desarrollo de nuevos operadores'”.

Este llamado de la Cofeco ha sido reiterado en varias ocasiones por su presidente, Eduardo Pérez Motta, quien recientemente declaró “que es muy importante que haya más competencia a la televisión abierta, que haya por lo menos un nuevo concesionario y eso es bueno para los usuarios y para los anunciantes”.4

Además de una tercera cadena, la opinión emitida por la Cofeco considera algunos otros mecanismos para promover la competencia en el sector, como lo es el hecho de que para “los proveedores de servicios de televisión restringida, el acceso a las señales de televisión abierta es una condición determinante para formar una oferta viable que le permita participar en el mercado. Por ello, necesita contar con la certeza jurídica de que podrá acceder a estos contenidos antes de asumir las inversiones y el riesgo de incursionar en la provisión de estos servicios”.

De igual forma abunda que “las señales de televisión abierta puede(n) resultar afectada(s) en caso de no contar con acceso a los sistemas de televisión restringida que les permita formar parte de las opciones para todas las audiencias, independientemente del medio de transmisión utilizado y sin necesidad de duplicar las instalaciones en los hogares”.5

Por su parte, el pasado 15 de diciembre, durante su primera conferencia de prensa como titular de la SCT, Luis Téllez confirmó que habrá nuevas concesiones durante los primeros 100 días de administración que serán licitadas para distintas regiones del país.6

Aunque no lo expresó abiertamente, el funcionario dejó abierta la puerta para la tercera cadena al responder que el asunto se está analizando: la SCT estudia documentos realizados en el sexenio anterior, en los cuales se habla de la posibilidad de licitar 600 concesiones, de las cuales 200 serían para televisión, lo que abre la opción de otorgar una nueva red nacional.

(Al respecto, el anterior subsecretario de Comunicaciones, Jorge álvarez Hoth, declaró a fines de octubre que “hay un programa terminado y hecho que se le va a entregar a quien llegue […]. [En televisión] hay para entregar 200 estaciones por todo el país y hacer una cadena”.)

Días después, el presidente de la Cofetel, Héctor Osuna, declaró: “no existe la figura de una tercera cadena nacional, pero como se trata de un tema muy importante para el país, trascendental, social, económica y políticamente, seguramente se va a discutir en el Plan Nacional de Desarrollo”.

Osuna reconoció que la alianza GE/Saba ya presentó una solicitud para acceder a una cadena de TV y añadió que “no creo que sea el único que quiera participar, pero es un asunto que debe estar muy fundamentado y hacerlo por paquete o por regiones es una responsabilidad que a nosotros sólo nos toca seguir”.

Los años maravillosos

La relación entre las televisoras y Grupo Saba no siempre ha sido tensa. En realidad, ha habido épocas en que tanto Emilio Azcárraga Jean como Ricardo Salinas Pliego7 han emprendido negocios junto con Isaac Saba Raffoul.

En el caso de Televisa, Casa Saba y dicho consorcio mediático se asociaron en septiembre de 2000 para crear el portal de Internet Estarbien.com, cuyo objetivo era ofrecer información, servicios y venta de productos dedicados a la salud y belleza.

En aquella empresa, Saba se ocuparía de la distribución, contenidos, relación con los laboratorios y logística, mientras que Televisa se haría cargo del aspecto publicitario. Estarbien.com tuvo una inversión inicial de 150 mdp.

Las dificultades empezaron cuando Grupo Xtra (propiedad de Isaac Saba) y Telemundo (filial de GE) se asociaron, en mayo de 2006, para crear Palmas 26, empresa dedicada a la producción de contenidos televisivos, y desde un primer momento manifestaron su intención por competir con Televisa y Azteca.

“La administración que viene me parece que va a tener una mentalidad abierta para permitir que haya más competencia, creo que es sano. (…) No hay lugar más importante donde podemos estar que México. Actualmente estamos produciendo más contenido en el país que el que hemos producido en toda la historia de nuestra cadena”, diría el presidente de Telemundo, Don Browne.8

Meses después de conformada esa sociedad, personal de seguridad y jurídico de TV Azteca embargó equipo de producción de Telemundo en México, cuando el conductor Alan Tacher y la productora Nostromo realizaban grabaciones del reality show Quinceañera. La razón aducida por Azteca fue la imposibilidad legal que tienen tanto el conductor como la productora, otrora hacedores de La Academia, para realizar un programa de corte similar. (Un enfrentamiento anterior entre TV Azteca y Telemundo tuvo lugar en julio de 2005, cuando Javier Moreno Valle consiguió un préstamo de GE para pagar a los trabajadores y levantar así la huelga que sufría CNI Canal 40. Pero esto no fue posible, pues la SCT respondió que GE no podría invertir en el 40 por tratarse de capital extranjero.)

El 11 de diciembre, General Electric respondió a la embestida de TV Azteca a través de un desplegado en el que señaló que “Los ataques tienen como objetivo obstaculizar la apertura de una nueva cade-na televisiva en el país”. Por su parte, Casa Saba no ha emitido alguna comunicación en respuesta a las acusaciones lanzadas desde las pantallas de las dos grandes televisoras.

El director de GE en México, Rafael Díaz-Granados, diría en diversos medios que esta compañía no quiere “ningún trato preferencial, sino la oportunidad de competir en igualdad de condiciones”.

Dentro de las amenazas que TV Azteca repartió en el mes de diciembre, hacia el día 17 incluyó en su lista a Reforma cuando Vértigo publicó un material dedicado a denostar a Alejandro Junco, presidente de ese grupo editorial.

El texto, que ocupó la portada y 14 planas del semanario, se basa en un DVD que ventila una disputa familiar, surgida en 1972, de los propietarios de Reforma, Alejandro y Rodolfo Junco, con su padre, Rodolfo Junco de la Vega Jr.

Un día después de lo publicado, el diario respondió desde su primera plana: “Por incomodarle que Grupo Reforma publicara información sobre la posible licitación de la tercera cadena de televisión nacional, Ricardo Salinas Pliego, dueño de TV Azteca, lanzó ayer una campaña de ataques personales contra directivos de esta Casa Editora.

“Estos hechos se suman a los recientes embates que la cadena televisiva emprendió contra Isaac Saba y su socio, General Electric, ambos ‘culpables’ de haber demostrado interés conjunto por participar en esta nueva opción televisiva.”

Azteca correspondió a las aclaraciones de Reforma con un desplegado que anunciaba un programa especial sobre el asunto, mismo que fue transmitido por Canal 13 el 21 de diciembre.

El respeto al monopolio ajeno es la paz

Televisa y Azteca fueron claras: no aceptarán competencia. Al cierre de esta edición, aunque de manera más esporádica, los ataques en contra de Casa Saba continuaban. El duopolio no aceptará fácilmente la intervención de un actor más en el sector que controla.

Sin embargo, los estudios realizados por la SCT empiezan a mostrar que hay espacio radioeléctrico suficiente para licitarse no una, sino varias cadenas de televisión y los interesados en postularse son muchos Palmas 26, Olegario Vázquez Raña, Juan Francisco Ealy Ortiz .

La realidad es que por primera vez en muchos años existe una posibilidad real de abrir el mercado de la televisión abierta. Ojalá y por el bien del país, que así sea.

1 De lejos les siguen Canal Once con 18 estaciones y los canales 22, 28 y 40 con una emisora cada uno. Fuente: Opinión emitida por la Comisión Federal de Competencia respecto a contenidos, 20/XI/06.

2 ídem.

3 “La prioridad, Televisa”, etcétera, noviembre 2006.

4 Reforma, 12/XII/06.

5 Tal fue el caso de Canal 40 cuando Sky sacó de su sistema la señal de esta emisora, en represalia a que CNI adquirió los derechos de transmisión del Mundial Corea-Japón 2002. Este hecho asfixió a la señal. Ver etcétera, noviembre 2004.

6 Sin embargo, la mayoría de los medios consignaron la nota en sentido totalmente contrario y dieron por hecho la cancelación de una nueva red nacional de TV abierta, como fue el caso de La Jornada que el día 16 publicó como nota principal que “SCT dice no a una tercera cadena de tv”.

7 Hasta 1997, Grupo Saba poseía 22% de las acciones de TV Azteca.

8 Reforma, 29/IX/06.



Reportera de etcétera.
lislas@etcetera-noticias.com

Autor