– Toponimia
Del náhuatl Huaxyacac (Haxin “huaje” y Yacatl “raiz”, “en la punta o en la nariz del huaje”). Es el nombre que los aztecas pusieron al lugar en su incorporación al imperio tenochca en el siglo XV.
– Historia
Los primeros dominicos llegaron a Antequera en 1529. En ese tiempo el cabildo entrega doce lotes y un destacamento de indígenas, para iniciar la construcción de la iglesia y el convento de San Pablo. Fray Bernardino de Minaya construye una primera iglesia con cimientos de piedra y paredes de adobe. El convento original inicia su construcción después de 1533 cuando el cabildo les da dos solares más. En 1535 una tercera parte de la iglesia estaba terminada. Los restos de este convento subsistieron hasta la segunda mitad del siglo XVII.
La construcción del convento actual se inicia en 1575 y la continua fray Gabriel de San José en 1589. Su mayor progreso se da en los provincialatos de fray Antonio de Serna (1598-1602) y fray Andrés de Portos (1602-1607). Los terremotos de 1603 y el de 1604 dañan el convento de San Pablo, el convento primitivo, y aceleran las obras de Santo Domingo que fue inaugurado en 1608 todavía sin terminar. En 1623 el convento obtiene el reconocimiento como universidad donde se imparte filosofía y teología. En 1628 la iglesia no estaba terminada. En 1666 se concluye la decoración de la iglesia. La última modificación del edificio se da en 1724 cuando inicia la construcción de la Capilla del Rosario.
En otras versiones se dice que, en 1551, para la construcción del nuevo convento el Ayuntamiento a los dominicos entrega 24 lotes. En algunas fuentes se dice que en 1552 se inician los trabajos de construcción, pero G. Kubler sostiene que es a partir de 1575. Los dominicos se comprometen a terminar la obra en un plazo de 20 años, para 1572. En ese año la obra iba muy atrasada. El Ayuntamiento, después de una larga negociación, amplía el plazo de la construcción treinta años más a cambio de que los dominicos apoyen el financiamiento de las obras de abastecimiento del agua potable de la ciudad.
En la Guerra de Independencia el templo y el convento son ocupados por el Ejército Realista. Y luego por las fuerzas que peleaban por una República central o una República federal. En 1859, con la aplicación de la Ley Iglesias, el convento se destina al uso del Ejército Mexicano. De 1866 a 1902 la iglesia permanece cerrada al culto. En ese año Porfirio Díaz devuelve el templo a la diócesis, que inicia la restauración.
En todos estos años la iglesia y el convento sufrieron graves daños. En 1938, con el regreso de los dominicos a la ciudad se aceleran y profundizan las obras de restauración de todo el conjunto. En 1959 se inaugura el actual retablo mayor. El Ejército ocupó el convento de 1860 hasta 1994. En 1972 en el convento se creó el Museo Regional de Oaxaca (hoy Museo de las Culturas de Oaxaca), a cargo del INAH.
De 1994 a 1998, bajo la dirección del arquitecto Juan Urquiaga, se restauró todo el convento con fondos públicos y privados. Implicó un trabajo multidisciplinar de gran calidad. Recibió el Primer Premio Internacional Reina Sofía de Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural, que otorga el Ministerio de Asuntos Exteriores de España.
Descripción:
– Atrio
El atrio que es rectangular y sigue la misma traza del original. Corre a lo largo de la entrada al convento y va hasta la parte del lado derecho de la iglesia. Es aquí donde hay una diferencia de altura entre la calle y el atrio. Eso se resolvió elevando en esa parte al atrio. En la actualidad no tiene barda y tampoco hay cruz atrial. Por el tiempo de su construcción no debió tener capilla abierta y capillas pozas.
– Fachada
Es de cantera de la región y tiene tres elementos: la portada y las dos torres que la enmarcan. Los arcos de entrada al convento se funden con la torre izquierda. Las dos torres tienen 35 metros a partir del piso. Y se componen de dos cuerpos y la cúpula. En el primero, el más grande, hay dos ventanas tipo románico en medio de dos cornisas. El segundo, donde están las campanas, hay cuatro columnas adosadas en cada cara. Y en medio arcos. El del centro más grande. A los lados hay dos y es una más grande que el otro. Las cúpulas están recubiertas de azulejos, y rematan en una linternilla.
– Portada
La portada es de cantera de la región y tiene tres cuerpos y un remate. En los cuerpos hay tres calles. En el primer cuerpo el arco de medio punto de la puerta y a los lados cuatro columnas y en medio de ellas dos nichos. En el segundo cuerpo un relieve y se repiten las cuatro columnas y en medio dos nichos. En el tercero al centro un arco de medio punto que es una ventana y hay cuatro columnas y en medio de ellas un solo nicho. En el remate las imágenes de Santo Domingo y San Hipólito que sostienen una iglesia sobre la que desciende el Espíritu Santo. El estilo es barroco.
– Iglesia
En 1869, con autorización del gobernador, se destruyen los 14 altares y el púlpito. En 1895 el templo deja de ser cuartel y el arzobispo Eulogio G. Guillow inicia la primera restauración y en 1902 se abre de nuevo al culto.
La planta es de cruz latina y el techo de bóveda de cañón con arcos. Todo está decorado con círculos, óvalos y medallones con personajes bíblicos, yesería policromada y relieves chapeados en oro.
El techo del crucero es de bóveda y está decorada con relieves de santos dominicos, entre ellos, cuatro papas que se hallan en las pechinas. El espacio está cubierto por una intrincada red de entrelazos por donde asoman santos, ángeles, querubines y patriarcas.
La parte baja del coro está decorada con un estupendo árbol genealógico de Santo Domingo de Guzmán y 36 pinturas que ilustran pasajes del Antiguo Testamento; las superiores, reproducen escenas de la vida de Cristo y de la Virgen María. La decoración muy probable de artistas poblanos del siglo XVII.
– Capilla
La Capilla del Rosario tiene una cúpula que descansa sobre tambor octagonal. La pequeña imagen de la Virgen fue traída de Italia en 1725 y desaparece entre 1860-1894 cuando el lugar se convierte en almacén de materiales de construcción del gobierno estatal. La imagen, que viste de blanco, hace juego con el dorado de su alrededor. El nicho está flanqueado por cuatro columnas salomónicas.
En el interior hay 24 pinturas de santos y santas de diferentes tamaños. En las pechinas de la cúpula hay bustos de los cuatro evangelistas. Aquí está enterrado el periodista insurgente Carlos María de Bustamante.
– Convento
La forma es cuadrada y tiene claustro alto y bajo con cinco arcos en cada caso. Todo es de cantera. Las columnas en los dos niveles son adosadas y tiene formas distintas. El techo del claustro bajo tiene bóvedas con nervaduras góticas y el del alto bóvedas con arcos de medio punto. El conjunto es elegante y majestuoso.
En medio del patio una fuente en forma de trébol de cuatro hojas y al centro un vertedero. En el intervalo de las hojas dos columnas, para sumar ocho en total. Es un diseño señorial. En el segundo patio, el que se conoce como “patio de los limoneros” están áreas de servicio del convento. Aquí no hay corredores. En el pórtico destaca un escudo dominico sobre la puerta de acceso.
Corredores del claustro bajo. En las columnas se ven pinturas y en los remates de los pasillos hay murales.
Escalera que une los claustros bajo y alto.
Espacios del convento
– Murales
En las columnas del claustro bajo hay pinturas al fresco del siglo XVII de Alonso López Herrera con imágenes de santos y santas de la orden dominicana. En los corredores frescos. En la escalera que conduce del claustro bajo al alto hay pinturas.
– Museo
Ahora en los diversos espacios del convento se alojan el Museo Regional de Oaxaca (hoy Museo de las Culturas de Oaxaca), a cargo del INAH; la biblioteca Fray Francisco de Burgoa; la Hemeroteca Pública de Oaxaca Néstor Sánchez y el Jardín Histórico Etnobotánico. (De ellos comento en mi cuaderno sobre museos).
La fuente del patio principal del convento
– Comentario
El conjunto es monumental. La restauración es un gran trabajo que le devuelve la grandeza a esta construcción que a lo largo de todo el siglo XIX y principios del siglo XX fue muy golpeada. El diseño es el propio del siglo XVI y se pueden ver elementos originales. El convento se termina a principios del siglo XVII y la decoración de la iglesia en 1666.
Las dimensiones del espacio conventual llaman la atención. El claustro principal impone por su arquitectura. Las arcadas del claustro y los corredores del mismo son sobrios y muy elegantes. La fuente es muy bella y un caso único en la arquitectura conventual mexicana.
El decorado de la iglesia es una de las más importantes obras del barroco en México. La genealogía dominica en parte del bajo del coro es espectacular. El Jardín Histórico Etnobotánico luce mucho en la parte posterior del convento al que se integra muy bien. Ahora todo el convento es un museo. En 1979 estuvo aquí el papa Juan Pablo II. De 1972 a la fecha lo he visitado unas seis veces.