Dos años después, la sospecha de que Hugo López Gatell, encargado de la gestión de la pandemia, fue medicado con Remdesivir mientras se negaba a que el medicamento quedara al alcance de los mexicanos, se ha convertido en una práctica certeza.
A la luz de las revelaciones recientes en el sentido de que el hijo del presidente, José Ramón López Beltrán, fue medicado con este antiviral en febrero de 2021, se confirma que en las altas esferas del gobierno de Andrés Manuel López Obrador se contaba con acceso al medicamento y se usaba de manera discrecional para pacientes privilegiados.
La revisión de diversos hitos relacionados con el uso del Remdesivir pone en contexto ciertas declaraciones hechas por Hugo López Gatell en marzo de 2021, días después de haber sido hospitalizado por COVID.
También ayudan a comprender mejor, en retrospectiva, que el motivo por el que el gobierno mexicano retrasó por un año la aprobación del uso de emergencia de Remdesivir no fue otro que no gastar. El mismo motivo que llevó al gobierno a negarse consistentemente a adquirir vacunas para menores de edad, postura que sostuvo hasta que la presión social los obligó a ceder.
Antecedentes del Remdesivir en relación con la COVID
Al consultar diversos sitios médicos se encuentra que este antiviral fue creado en el año 2013, con la finalidad de enfrentar el ébola.
Aunque no resultó suficientemente efectivo contra dicha enfermedad, en los años siguientes se encontró que era útil para cepas de SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Grave), a la que pertenece el virus que provocó la pandemia.
Así, a pocos días de declarada la emergencia sanitaria mundial, en enero de 2020, en China se iniciaron ensayos clínicos para ver su utilidad en combatir la Covid-19.
Como es habitual en esta clase de estudios, algunos arrojaron resultados esperanzadores y otros no, pero las pruebas continuaron.
Para abril de 2020, el gobierno de Estados Unidos consideró que los resultados obtenidos en diversos países eran suficientes como para aprobar el uso de emergencia de Remdesivir para pacientes con Covid-19.
En julio de 2020, la Unión Europea también se unió al uso de este medicamento.
En noviembre de 2020, la OMS desaconsejó el uso de Remdesivir para tratar Covid-19, lo que provocó una protesta de médicos de diversos países.
A principios de 2022, apenas, la OMS corrigió su postura y recomendó el uso del medicamento.
Hugo López Gatell y el Remdesivir
Que no haya presiones para gastar: Un mes después de que Estados Unidos aprobase el uso de emergencia del medicamento, el 19 de mayo de 2020, Hugo López Gatell declaró que el uso generalizado no estaba aprobado en ninguna parte del mundo. Insistió mucho en que no se debían generar “presiones” para que el gobierno lo adquiriera.
“No tengamos una esperanza que no estaría cimentada en la realidad de que ya muy pronto lo único que hay que hacer es conseguir el medicamento. Lo digo porque no sería inusual que empezara a haber presiones de distintos orígenes para que se adquiera ese medicamento o para que se compre ese medicamento o incluso de manera directa los proveedores de salud pudieran dar cabida a que alguien empezara a querer vender el medicamento”.
José Ramón recibe Remdesivir: Según documentos de la Sedena divulgados la semana pasada, el hijo del presidente, José Ramón López Beltrán fue medicado con Remdesivir el 15 de febrero de 2021, en medio de un pico de contagios que alcanzó también a Gatell y a AMLO. El medicamento no estaba autorizado por Cofepris, pero de todos modos se le administró, gracias a que se envió a elementos del Ejército a conseguirlo de la aduana del aeropuerto de la Ciudad de México y de una bodega de la Secretaría de Salud. Hugo López Gatell tuvo, por fuerza, que estar enterado.
Hugo López Gatell también recibe un medicamento “intravenoso”: el 28 de febrero de 2021, se informó que el funcionario de salud había sido hospitalizado por COVID-19. Al día siguiente, 1 de marzo, en comunicado de prensa, Gatell informó que fue internado no porque estuviera grave, sino porque el “medicamento intravenoso” que se le administró era más sencillo de aplicar si estaba en un hospital.
Al respecto, el doctor Francisco Moreno, entonces jefe del programa Covid en el Hospital ABC, declaró a los medios que a Gatell no pudo dársele otra cosa más que Remdesivir, quizá combinado con otros fármacos.
La sospecha se confirmó en su momento, a ojos de especialistas, luego de ver la rápida y adecuada recuperación del funcionario, que apenas 10 días después ya estaba dando conferencias de prensa (vía remota) con buena apariencia de salud.
Ello, mientras se multiplicaban las historias de pacientes postrados por más de tres a cuatro semanas, sin lograr recuperarse del todo.
Es “confidencial”: El 10 de marzo de 2021, al dar una de sus entonces famosas conferencias vespertinas, vía remota desde su casa, Gatell fue interrogado sobre la medicación recibida durante su hospitalización. Al responder argumentó que tenía derecho a la privacidad y que por ese motivo no revelaría qué se le había administrado.
“Somos muy enfáticos en preservar el derecho a la confidencialidad… Hay una razón muy importante por la que he decidido no hablar en específico de mi persona cuando fui un paciente enfermo de COVID-19 y es un asunto de salud pública. Lo que yo comente sobre mi propia experiencia tiene que ser de carácter general… si yo comento sobre los aspectos que son particulares a mi situación… estaría haciendo un grave daño al transferir una idea como si mi experiencia pudiera ser generalizada a cualquier otra persona”.
Curiosamente, esta declaración la dio dos días antes de que se autorizara el uso de emergencia de Remdesivir.
Un año después: Un año después de que lo hiciera Estados Unidos, la Cofepris, ya entonces dominada por Hugo López Gatell, autorizó Remdesivir para uso de emergencia. En comunicado oficial, la dependencia dijo que este medicamento “será destinado al apoyo de las acciones para la atención de pacientes con COVID-19″. Fue el 12 de marzo de 2021.
La autorización se dio “después de una evaluación por parte de la Comisión de Autorización Sanitaria, enfocada en garantizar el cumplimiento de los requisitos necesarios en materia de calidad, seguridad y eficacia, este medicamento fue autorizado para el uso de emergencia”.
No es para cualquiera: Tres días después, 15 de marzo, Hugo López Gatell volvió a la carga para atemperar todo posible entusiasmo por el uso de Remdesivir. Dijo que no es para “cualquier paciente”. También dio confusas explicaciones sobre el retraso en la autorización.
“La evidencia no estaba lista para la indicación correspondiente… la autorización de uso de emergencia… personas que tienen demostración radiológica de daño pulmonar, entre el quinto y el séptimo día del curso de enfermedad y que tienen alguna comorbilidad o condición de riesgo”.
Pero, ya para entonces, en otros países se administraba Remdesivir en las etapas tempranas de la enfermedad, no hasta que se demostrara daño pulmonar como pretendió Gatell, sino precisamente para evitar la evolución de la infección a esos grados.
Es decir: Gatell siguió presionando para que el Remdesivir se aplicara al menor número de personas posible.
Todo fue por el dinero
Solo hay dos posibles explicaciones para la postura del gobierno federal ante el Remdesivir.
1.- Que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador pretendía que muriera el mayor número posible de mexicanos, explicación que, a pesar de la vileza de este gobierno, nos parece totalmente inverosímil.
2.- Que, sencillamente, AMLO no quería gastar dinero sin “necesidad”. El Remdesivir es sumamente caro.
Nos quedamos con la segunda explicación, ya que múltiples hechos abonan a la misma: las declaraciones de AMLO sobre no comprar vacunas que no hacen falta, ya que eso es “consumismo”. Su molestia por tener que vacunar a los menores de edad, que según él, no tenían tanto riesgo. Su negativa a ayudar a que las farmacéuticas hicieran “jugosos” negocios. Su afán de recibir vacunas regaladas, para ahorrar, aunque muchas se echaran a perder.
La manera en que le tacañeó insumos de protección a los hospitales públicos. Su intento de desarrollar una “vacuna mexicana” para no tener que comprar en el extranjero. El que no incrementara el presupuesto del sector Salud durante la pandemia, mientras seguía hablando de refinería y Tren Maya.
Su aval a que Claudia Sheinbaum repartiera miles de dosis de un medicamento baratísimo pero ineficaz: la ivermectina. Su negativa a que el sector privado accediera a Remdesivir, para no generar entusiasmos que lo orillaran a comprarlo en dosis masivas.
Lo que sí es innegable es que la avaricia que le hizo negar un antiviral efectivo a la gran mayoría de los mexicanos se convirtió en generosidad hacia su familia, sus funcionarios y hacia sí mismo.
En los años de la pandemia los medios registraban los contagios de altos funcionarios y sus recuperaciones en tiempo récord.
Ahora sabemos que había, como lo llamó Carlos Loret de Mola, “un mercado negro VIP” de Remdesivir, no apto para “el pueblo bueno”.
*ofv