Si logro hacer memoria,

estoy seguro que puedo recordar,
aquella época,
aunque borrosa, latiente,
cuando creía que los versos
me perseguirían, si las
palmas no los veían;
que habrían de enfrentarse
al temido olvido,
si al menos, un gato blanco
no los escuchaba,
sin embargo,
el reloj me ha mostrado
que no es así;
recuerdo cada verso escrito
y está bien que ahora,
la tinta se borre del papel
que envejezca sin ver la luz;
pues de allí son,
y yo, no soy nadie
para arrebatarlos de su hogar.