La Ciudad de México es la entidad del país que registra más agresiones contra la prensa y de estas, la mayoría provienen del presidente Andrés Manuel López Obrador, cuyas continuas estigmatizaciones a periodistas y medios han propiciado que autoridades estatales y actores particulares se sumen a las agresiones.
En su más reciente reporte sobre la violencia contra la prensa, difundido este 28 de febrero, la agrupación de defensa de los periodistas documenta los casos de agresiones, asesinatos y estigmatización en contra de periodistas en México, país que sigue siendo el más letal para la prensa en el mundo.
“El Estado mexicano sigue siendo el principal agresor de la prensa, con 287 casos de violencia documentada”, dice. Señala que, contrario al discurso oficialista, la delincuencia organizada sólo ejerce agresiones contra la prensa en 3 de cada 10 casos.
Aun cuando en términos brutos son los funcionarios estatales quienes cometen más agresiones, cuando se toma en cuenta que la CDMX es la entidad que más agresiones genera (115 en 2023) y que de esas, 62 agresiones surgieron en las conferencias del presidente, se puede concluir que el jefe del Ejecutivo es el principal instigador de la violencia contra la prensa.
“Como ha sido el caso en los últimos años, gran parte de las agresiones documentadas en la capital provienen de los actos de estigmatización directa del Ejecutivo Federal, principalmente desde las conferencias matutinas o Mañaneras. En el 2023 se registraron al menos 62 casos de estigmatización, criminalización, bloqueos informativos e incluso publicación de información sin consentimiento”, se dice.
La CDMX ocupa el primer lugar en agresiones contra la prensa, gracias a AMLO. Le siguen Guerrero, Puebla, Guanajuato y Veracruz.
Agrega que los actores particulares también agreden a la prensa y en este sentido es “preciso mencionar que en al menos 10 casos se identificó que particulares estaban usando el discurso repetido en las conferencias matutinas presidenciales” pues acusan a los periodistas de “chayoteros”, “vendidos” o “golpistas”.
Tanto en campañas de desprestigio como directamente en sus coberturas, individuos ahora toman el discurso presidencial como un justificante para sus agresiones a la prensa. Así, el discurso estigmatizante del cual ARTICLE 19 lleva alertando en los últimos años, continúa esparciéndose, generando un clima aún más adverso contra la prensa”.
En este recuento 2023 la agrupación registro 561 agresiones contra la prensa en México, un promedio de una agresión cada 16 horas a un periodista o medio de comunicación “en el marco del ejercicio de su labor”.
Este conteo incluye asesinatos, desapariciones, insultos, estigmatizaciones e intentos de censura.
Dice que aunque el número total de agresiones es menor a 2022, es muy probable que esta reducción en los casos registrados se deba a un menor número de denuncias y/o restricción en las coberturas de temas de riesgo, no a una reducción de la violencia en sí.
Al respecto, Artículo 19 enfatiza que grandes zonas del país, tomadas por el crimen organizado, se han convertido en lo que llama “zonas de silencio”. Es decir, áreas donde la violencia no se reportea, no se documenta ni se informa.
La expresión la toma de la reportera Ángeles Mariscal, periodista chiapaneca, quien dijo que en dicho estado “se crearon zonas de silencio donde ya no es posible la cobertura en campo, lo que en sí mismo ya es una de las peores violencias contra la libertad de expresión e información”.
Dice el informe que “Chiapas es una muestra de cómo, después del año más letal y más violento contra la prensa, las circunstancias de violencia perpetúan el miedo. Periodistas, por protocolos de autoprotección, siguen cubriendo pero sin reportar la violencia que sufren por temor a represalias”.
El no reportar la violencia, en un acto claro de autocensura, baja el riesgo que viven los periodistas de ser agredidos y ello lleva a la reducción de los casos de agresión, sobre todo de parte del crimen organizado.
En resumen: la violencia ejercida en el pasado en contra de los reporteros ha logrado su cometido que es silenciar a la prensa.
Sobre el tipo de agresiones, el organismo apunta que las tres categorías con mayores casos son: intimidaciones y hostigamientos (como campañas de linchamiento mediático) ; uso ilegítimo del poder público y amenazas en la esfera física y digital,
Las agresiones desde el poder público se ejercen básicamente de dos maneras: la estigmatización desde una tribuna pública y mediante denuncias o demandas ante la justicia, aunque también se incluye el condicionamiento de la publicidad oficial.
En 2023, dice, “se iniciaron 22 procesos judiciales contra periodistas en los ámbitos administrativos, civiles, electorales e inclusive penales”, un promedio de 1.8 procesos al mes por causa de investigaciones periodísticas.
ofv