En los primeros 100 días del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum lo malo es el legado que recibió, dijo Felipe Calderón Hinojosa. Además, el exmandatario comentó que se requiere unidad nacional para enfrentar los retos que significan Donald Trump y el crimen organizado, además de que observa que México podría terminar como Venezuela.
En entrevista con Azucena Uresti para Radio Fórmula, Calderón se refirió al primer tramo del gobierno de la morenista, de la muy complicada situación económica que enfrenta y los principales desafíos que debe enfrentar su gobierno: en el plano externo, la llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos y la presencia del crimen organizado en importantes zonas del país.
Cuestionado sobre el primer centenar de días de la doctora al frente del país, Calderón destacó que lo malo “ha sido el legado que recibió”, lo que dividió en tres partes. La primera fue la reforma judicial, sobre la que se dijo muy preocupado “porque implica la destrucción de un poder republicano; es decir, en esa mesa de tres patas que es la república, de tres poderes estás destruyendo uno completamente, que es el judicial, y eso le va a crear un daño enorme a México”.
La segunda fue la del déficit de 6 por ciento del PIB, situación de la que dijo que no se va a poder resolver en el corto plazo. Esto se ha reflejado en un “ambiente de desconfianza” que ha llevado a, por ejemplo, las bajas cifras de empleo. En este aspecto comparó su gobierno con el de Andrés Manuel López Obrador: “Yo recuerdo que en el último año de mi gobierno se crearon, más o menos, 850 mil empleos formales, registrados en el Seguro Social al año, y el año pasado en diciembre se registra que la cifra, ya en todo el año, como de 300 mil, lo que prevé una situación muy difícil para el próximo año”.
Además, sobre la estimación del Presupuesto de Egresos de la Federación de que en 2025 la economía mexicana crecerá al 2.5 por ciento, Calderón opuso las opiniones analistas que han dicho que no será ni siquiera al 1 por ciento.
La tercera herencia mencionada por Calderón fue la de la presencia del crimen organizado en el país, situación sobre la que dijo que fue “un error gravísimo dejar a los criminales pasear a sus anchas por México, haberles entregado zonas del país a su control. Yo creo que hace bien el gobierno de la presidenta, independientemente de los discursos, en corregir eso y enfrentarlo”.
Sobre lo anterior, Calderón afirmó que “el peor enemigo de México creo que es el crimen organizado; está acabando con familias y con sociedades enteras”, y para enfrentarlo dijo que se requiere unidad nacional.
Un escollo difícil que tendrá que sortear Sheinbaum será Trump, un momento que Calderón consideró “tan delicado” que dijo que es necesario enfrentarlo urgentemente con unidad nacional.
En ese punto combinó los dos temas anteriores: la relación con Estados Unidos y el crimen organizado. Al respecto comentó que Trump es “un presidente electo crecido, empoderado, con un afán que rescata el viejo imperialismo norteamericano, atacando a México con argumentos que sí tienen fondo”. Al respecto, recordó los dichos del embajador Ken Salazar en el sentido de que la política de “abrazos, no balazos” no ha funcionado, y que sí se produce fentanilo en México, los que le parecen “signos muy preocupantes”.
Sobre ello, el expresidente resaltó que es inevitable el tema de las drogas en la relación con Estados Unidos, y que es más conveniente que el gobierno mexicano se centre en ello y no en si se produce o no fentanilo en México.
Al respecto y pese al caso de Genaro García Luna, quien fue su secretario de Seguridad Pública, Calderón dijo que en el tema de las drogas la relación del gobierno que encabezó con el de Estados Unidos tuvo “un nivel óptimo”.
“Yo honestamente creo que no ha habido un mejor nivel de relaciones tan importante para México entre los dos países como entonces. Y en materia de combate al crimen organizado y drogas hubo una buena extraordinaria y muy estrecha colaboración, cuya pérdida se ve reflejada ahora en retos muy dramáticos no sólo para la presidenta Sheinbaum sino para todos los mexicanos”, expresó el expresidente.
Calderón hizo sus declaraciones desde Panamá, donde se encuentra en apoyo a Edmundo González Urrutia, líder opositor venezolano. En ocasión de ello Uresti aprovechó para preguntarle si aprecia una posibilidad de que México termine como Venezuela, a lo que respondió afirmativamente debido, por ejemplo, a la pérdida el Poder Judicial, un importante contrapeso al autoritarismo.
“No digo que Claudia Sheinbaum sea como Maduro o como Chávez; no lo creo, inclusive. Pero un poder autoritario sin freno y sin límites no tiene otra trayectoria natural, inercial, más que la exacerbación del poder y la cancelación de las garantías personales, agravado en el caso de México por la presencia del crimen organizado asociado a poderes políticos locales, que va a ocurrir. Digo que no, y espero que no, y trabajaré porque no ocurra”, manifestó Calderón.
Al respecto, se pronunció por reconstruir la esperanza y la ciudadanía para evitar llegar a una situación como la que ocurre en Venezuela.