Varios legisladores estadounidenses están preocupados por la situación de la democracia en México, pero el gobierno del presidente Joe Biden ha preferido dedicar poca atención al asunto ya que no quiere provocar al presidente Andrés Manuel López Obrador, según un reportaje de The New York Times.
Después de la aprobación del llamado Plan B de reforma electoral por el Senado de la República, el diario estadounidense publicó el reportaje “México restringe a su instituto electoral, que contribuyó a acabar con el régimen de partido único”, de Natalie Kitroeff, en el que muestra el cuadro político mexicano en plena disputa por el futuro del Instituto Nacional Electoral (INE) y de la democracia.
En el texto se afirma que la aprobación del Plan B ha significado “un golpe a la institución que supervisa las votaciones y que hace dos décadas ayudó a sacar al país de un régimen unipartidista”, ya que los cambios “que reducirán el personal del organismo electoral, disminuirán su autonomía y limitarán su capacidad de descalificar a los candidatos que quebranten leyes electorales, son los más significativos de una serie de medidas adoptadas por el presidente de México que socavan las frágiles instituciones independientes, y forman parte de un patrón de desafíos a las normas democráticas en todo el hemisferio occidental”.
Además, el reportaje describe las pugnas de López Obrador y su partido contra el INE y su consejero presidente, Lorenzo Córdova, tomando como pretexto el supuesto ahorro que producirá la reforma, aunque algunos de los en trevistados alertan sobre sus consecuencias que llevarían a un proceso electoral complicado y conflictivo.
Entre lo que más llamó la atención del reportaje está la reacción de Estados Unidos al Plan B y lo que aparece como un retroceso político de su vecino del sur. Así, Kitroeff refiere que la Embajada de Estados Unidos en México ha enviado informes acerca de las amenazas a la democracia en el país, según le revelaron tres diplomáticos a la periodista.
Por ello varios legisladores estadounidenses han manifestado su preocupación por lo que ocurre en México en materia democrática, pero su gobierno más bien se ha ocupado muy poco de ella en público.
Pero hasta ahora, considera el reportaje, en Washington se ha considerado “poco ventajoso provocar a López Obrador” y que, más bien, funcionarios confían “en que las instituciones mexicanas sean capaces de defenderse”.
Sobre cuestiones electorales mexicanas, Kitroeff recordó que en 2022 Ken Salazar, embajador norteamericano, compartió con López Obrador las dudas sobre la elección presidencial de 2006, que perdió ante Felipe Calderón. Debido a ese desliz, un funcionario del gobierno de Biden tuvo que afirmar que su gobierno reconocía el resultado de entonces.