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En medio del escándalo por la casa de Houston de su hijo, la reincidencia del presidente Andrés Manuel López Obrador en hacer acusaciones sin sustento provocó reacciones de comunicadores y políticos. Nuevamente rechazaron sus ataques.

Tras las declaraciones del mandatario en su conferencia de prensa, en las que volvió a agredir a la prensa y hasta a acusar “golpismo”, Jan Albert Hootsen, representante en México del Comité para la Protección de los Periodistas, escribió que lo que realmente daña al país es la impunidad, que “es lo que permite la corrupción, lo que incentiva los homicidios, lo que calla y mata a periodistas y defensores, lo que destruye el tejido social”. Por ello, consideró que ese problema debería ser la máxima prioridad del gobierno.

También consideró que el gran reto es convencer tanto a la clase política como al aparato del Estado de que la impunidad “no es un problema de relaciones públicas o comunicación política”. De esa forma, “el combate de la impunidad no es decir: Ya no hay impunidad, porque yo digo que ya no hay’”, añadió.

Acerca de los comunicadores, anotó: “En el caso particular de las y los periodistas en México, lo que preocupa es la minimización de los delitos contra ellxs, el no reconocer la labor de la y del periodista como posible móvil. Es una constante que incluso hemos visto durante las últimas semanas.

“La muerte violenta de un periodista no es más ni menos importante que otros asesinatos, pero sí tiene características muy particulares como la autocensura que puede provocar y, como consecuencia, el acceso a información del público”.

Y, tras recordar también los casos de homicidios de defensores de derechos humanos, remató: “Un gobierno que muestra indiferencia ante la violencia contra sus propios ciudadanos, que no se muestra dispuesto a hacer todo lo posible para brindarles protección y ofrecerles acceso a la justicia, es un gobierno que menosprecia a las mismas personas que pretende representar”.

Por su parte, Leopoldo Maldonado, director de Article 19 para México y Centroamérica, señaló en una entrevista que lo que ha hecho López Obrador muy eficaz y astutamente es “expropiar el agravio social, que se siente frente a una prensa que no necesariamente, históricamente, ha estado del lado de la gente, y entonces ha pulsado esos botones, ha tensado esos resortes precisamente para generar un ánimo social todavía más contrario a la prensa. Esto no quiere decir que no se quiera a la prensa en México. No es un tema de blancos y negros, es un tema muy complejo, de muchos matices, pero sí creemos que hay una deuda histórica, sobre todo de los grandes consorcios mediáticos hacia la población, y efectivamente lo ha utilizado de manera muy astuta para mantener esa tensión permanente en sus conferencias matutinas”.

En una conversación con Pascal Beltrán del Río, Maldonado dijo que el que ha escuchado desde la más alta tribuna del Estado mexicano “es un discurso particularmente violento en contra de la prensa”. Sobre el anuncio del informe quincenal de asesinatos de periodistas hecho por el presidente, dijo que ello “no mitiga los mensajes que envía a la sociedad, “donde, entre balbuceos, por un lado se condena la violencia contra la prensa y por otro se le fustiga”.

Dijo que en las entidades federativas se sienten con permiso para reproducir el discurso presidencial gobernadores como “Cuitláhuac García, en su momento Jaime Bonilla, de Miguel Barbosa ni se diga en Puebla, Enrique Alfaro en Jalisco, Diego Sinhué también tuvo un altercado con la prensa la semana pasada en Guanajuato. Es decir, esto ya no es un tema de partidos, ya es un tema de gobernantes que se asumen víctimas del escrutinio público”.

En mensajes en sus respectivas cuentas de Twitter también hubo expresiones muy críticas con lo dicho por López Obrador. Así manifestó su inquietud Ezra Shabot: “Tiempos oscuros de amenazas y acusaciones por parte quienes tienen la responsabilidad de gobernar y garantizar las libertades individuales. Realmente preocupante”.

A su vez, León Krauze señaló también el choque entre la realidad de muchos periodistas y el discurso presidencial: “Mientras en Oaxaca la familia de Heber López lo lloraba y despedía, el presidente violaba la ley y ponía en riesgo a un periodista. Esta mañana, López Obrador ha insistido en una conducta de verdad tóxica”.

Para Azucena Uresti, López Obrador, pese a todo, insistirá en el escándalo y en la ilegalidad: “Y el Presidente ¡lo vuelve a hacer! Asegura que Carlos Loret de Mola gana 35 millones de pesos al año y muestra de nuevo su hoja de power point a pesar de que con ello viola varias leyes. El Presidente no tiene ninguna intención de detenerse”.

Javier Risco subrayó la muestra de poder de López Obrador: “Increíble la prepotencia presidencial… otra vez. De estudio el pésimo manejo de crisis desde Palacio Nacional, mostrando el abuso de poder y la falta de argumentos”.

Acerca de la mescolanza de autoritarismo y presuntas referencias históricas que hizo el presidente, Héctor de Mauleón señaló: “Por si no les bastó el abuso de poder del viernes, ahí les va otro abuso de poder el lunes -acompañado de sesuda reflexión sobre los conservadores, Santa Anna y Maximiliano”.

Sobre la presunta aclaración de José Ramón López Beltrán acerca de su oficio y recursos, y de lo que comentó sobre ello su padre, el caricaturista Antonio Garci anotó: “Lo que Lopez quería negar lo terminó confirmando. ¿Así o más pendejo lo quieren?”.

Del “golpismo” denunciado por López Obrador, el politólogo José Antonio Crespo, colaborador de etcétera, comentó sobre el mismo dicho presidencial: “AMLO sigue viendo por todos lados un fututo golpe de Estado. ¿Algún sicólogo que nos ayude probono?”.

Al mismo asunto Diego Fernández de Cevallos dedicó un tuit: “Dice Tartufo, ese grandísimo criminal, que quienes nos oponemos a sus bellaquerías somos ‘golpistas’; pues entonces, somos la mayoría”.

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