Qué le queda a Hugo López-Gatell, sino defender lo único o poco que puede tener bajo control. El estado de salud del Presidente se ha vuelto, como en otros sexenios, un tema que se trata con total secrecía, apenas si conocemos algunas de las condiciones con las que López Obrador enfrenta su contagio de covid-19. Sólo sabemos de su buen semblante y las ganas con las que hace frente a la enfermedad por los escuetos partes médicos que se dan en las mañaneras y muy a regañadientes. El gobierno de México, una vez más, le apuesta a la narrativa del misterio. Ha sido así en otras ocasiones con otros presidentes, pero esta administración, que se ostenta como un ejemplo de transparencia, tendría que estar haciendo lo contrario. No ha sido así. López-Gatell se limita a descalificar a quienes alzan la mano para preguntar, porque ante el silencio caben todas las posibilidades.
Y mejor pelearse con la opinión pública por lo que se difunde en redes sociales, esa otra estratósfera que quisieran dominar; mejor lanzarse contra quienes insisten en pedir explicaciones que reconocer las evidentes fallas en la estrategia contra la emergencia sanitaria, errores que convirtieron a México en el tercer país con más muertes a nivel mundial, por encima de una nación como India, con 10 veces más habitantes. Más de 155 mil mexicanos muertos en los últimos 10 meses, el coronavirus es ya la segunda causa de muerte en nuestro país. Qué otro récord, qué otra cifra necesitamos para hacer obvio y para obligar a las autoridades a tomar cartas en el asunto y dar un giro de 180 grados que nos ayude a contener los contagios y evitar que más mexicanos mueran.
Cerrábamos ayer con el análisis de la doctora Ximénez Fyvie sobre la operación del plan de vacunación. Podremos despreocuparnos de covid-19, dijo, hasta dentro de seis años. Y es lógico, el gobierno ha organizado brigadas integradas por doce personas para aplicar una sola vacuna. Personas que deberán estar vacunadas para no tener riesgo ante la exposición. El gobierno de México prefiere aplicar las pocas dosis de vacunas con las que se cuentan a cientos de funcionarios, antes de comenzar a entregar esas dosis a la población general. Doce personas para una vacuna. Lo hemos comentado aquí, en países como EU la aplicación se hace con rapidez y sin siquiera bajarse del auto; en otros lugares, como el Reino Unido, las personas van, se forman en una farmacia y, en cuestión de minutos, reciben su dosis. Google ha activado, en algunas regiones del planeta, que en su aplicación Maps se despliegue información sobre centros de vacunación. Los usuarios toman su celular y ahí consultan a dónde pueden acudir.
Aquí, farmacias y tiendas de autoservicio han levantado la mano para convertirse en estos centros; establecimientos privados dispuestos a cooperar con el gobierno para agilizar la vacunación. Farmacias del Ahorro, Farmacias Benavides, Farma Todo, Súper Farmacia, Soriana, Súper del Norte, La Comer y otras más, todas, esperando que el gobierno los vea y acepte la mano que les están tendiendo. Comercios que cuentan con locaciones en zonas densamente pobladas. Imaginemos la velocidad de la inmunización si este tipo de locales se convirtieran en centros de aplicación de vacunas. Parece un sueño, además, imposible. En un país que no avanza en el Índice de Transparencia y Corrupción, según el último de Transparencia Internacional. México apenas caminó seis lugares, pasó del lugar 130 al 124. Tras dos años de un gobierno que presume de ser impulsor de limpieza institucional, el avance ha sido mínimo. Ahí están de ejemplo las brigadas de vacunación, servidores de la nación que son, realmente, operadores electorales; ahí están encargados de la pandemia que son más bien peones políticos. “Hay un vínculo entre el nivel de corrupción y la respuesta a la crisis sanitaria producida por la pandemia (…) Aquí podemos decir: la corrupción mata…”, dijo en una entrevista, para DW, Daniel Ericsson, director de Transparencia Internacional.
¿Cómo es que México va a enfrentar los próximos meses manteniendo al frente a quienes no han dado resultado positivo alguno? Científicos peleados con la ciencia. Nos habían dicho que mayo sería el mes más difícil, y ya somos el tercer país con más muertos por covid-19 en todo el mundo, no hay razón para andar por el mismo camino ni con los mismos rostros al frente.
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