Tras el aluvión de regaños y amenazas provenientes de China, Estados Unidos y Canadá, la respuesta del gobierno de Claudia Sheinbaum ha sido totalmente ineficaz, pues a la carta que hizo ayer pública la presidenta se sumó este miércoles la exposición del Secretario de Economía, Marcelo Ebrard, advirtiendo a Trump que imponer aranceles es darse “un tiro en el pie”.
Entre lunes, martes y miércoles se han acumulado las presiones económicas hacia el gobierno de Sheinbaum. El lunes, Donald Trump amenazó o más bien, avisó que a partir de enero se impondrá un arancel de 25% a todo producto mexicano que entre a su país. La semana pasada ya Justin Trudeau había advertido que revisaría la conducta de México con relación a las importaciones chinas y que de eso dependía su permanencia en el TMEC.
Ayer martes, dos destacados políticos canadienses dejaron en claro que no les importa dejar solo a México y expulsarlo del tratado comercial de América del Norte. Y este miércoles (ayer, en China), el ministerio del Exterior comunicó su desagrado por las recientes declaraciones de Claudia Sheinbaum sobre la supuesta “sustitución de importaciones” y criticó que un tema económico de gran importancia se use con fines políticos.
A ello se suman el anuncio de que en cuanto Trump tome posesión tendrá lugar una deportación masiva de mexicanos. Ante ello, Sheinbaum no pudo más que “explicarle” a Trump que los trabajadores mexicanos aportan mucho a la economía norteamericana.
Todo lo anterior, más el desmantelamiento de la democracia mexicana por medio de la reforma judicial y la extinción de los organismos autónomos, tiene al peso en su peor nivel en muchos meses y ha hecho que grandes calificadoras recorten la expectativa de crecimiento de la economía mexicana para 2025.
Y en reacción a la amenaza arancelaria de Trump, el gobierno mexicano no tuvo mejor idea que enviar una carta, que se leyó el martes en la mañanera, y este 26 de noviembre, hacer que Ebrard expusiera las afectaciones que los anunciados aranceles tendrán en la economía norteamericana, por lo que aconsejó al presidente electo no darse “un balazo en el pie”.
“Cuando dice el presidente voy a ponerle a México 25% porque exporta demasiado a Estados Unidos, lo que está diciendo es que vamos a ponerles un impuesto a las empresas norteamericanas más importantes del mundo”, dijo el excanciller y ahora secretario de Economía, al presentar unas diapositivas.
Según Ebrard, esto representaría para Estados Unidos la pérdida de 400 mil empleos, así como el encarecimiento de muchos productos que se fabrican en México y que dominan el mercado norteamericano, como los autos Ford y General Motors.
La vocera del gobierno chino, Mao Ning, dijo en conferencia de prensa que politizar asuntos comerciales no beneficia a ningún país. Ello, cuando se le pidió su opinión sobre las recientes “Politizar las cuestiones económicas y comerciales no sirve a los intereses de ninguna parte”.
La funcionaria afirmó que entre México y China hay una relación de “amigos de confianza y desarrollo mutuo”, lo que naturalmente no puede ser del agrado de Estados Unidos y Canadá.
En tanto, el llamado “Zar fronterizo” del equipo de Donald Trum, Tom Homan, advirtió desde Texas que la expulsión masiva de migrantes es un hecho. Anunció que en colaboración con el gobierno tejano construirán cárceles para detener a migrantes ilegales a lo largo de la frontera.
Por su parte, el líder opositor canadiense Pierre Poilievre, que aspira a suceder a Trudeu en el cargo de Primer Ministro, dijo claramente que está dispuesto a dejar fuera a México de un eventual nuevo tratado comercial, pues únicamente le importa el comercio con Estados Unidos.
A su vez, el ministro de Ontario, Doug Ford, se mostró profundamente indignado por el hecho de que Donald Trump haya dicho que México y Canadá tienen que cerrar sus fronteras, pues, dijo, que se compare a su país con México es muy insultante.
“Compararnos con México es la cosa más insultante que he escuchado de nuestros amigos y aliados más cercanos, Estados Unidos. Encontré sus comentarios injustos. Los encontré insultantes. Es como si un miembro de la familia te apuñalara directamente en el corazón”.
Del mismo parecer fue el ministro de Industria, François-Philippe Champagne quien dijo que es un despropósito comparar la frontera canadiense con la mexicana.
ofv