Tendrá un remedo la contrarreforma electoral de AMLO, malograda en su momento por graves violaciones a la Constitución y al proceso legislativo (versiones plan A y plan B). La presidenta Claudia Sheinbaum anunció que un grupo de trabajo formulará la iniciativa, pero si se toman en cuenta los antecedentes y lo que ella misma ha declarado, se pueden anticipar los 10 puntos principales de este nuevo intento antidemocrático. Son los siguientes:
1. Reducción de senadurías y diputaciones de representación proporcional. Este punto persigue la ampliación del peso de los legisladores de mayoría relativa, puliendo así el control presidencial del Senado y la Cámara de Diputados.
2. Prelación de legisladores de minoría. En una de sus deposiciones matutinas, la presidenta explicó su idea de eliminar las listas plurinominales, elaboradas por cada partido político, para sustituirlas por la prelación de los candidatos perdedores que hayan obtenido mejores resultados en sus distritos: “los que quedaron en mejor lugar, que tienen menos diferencia en el segundo lugar, esos entran como representación de la minoría”, dijo. Esto parte de la equivocada idea de que “nadie vota” por los plurinominales y permite que el gobierno meta mano a la asignación de legisladores de oposición, arrebatando la decisión a los partidos.
3. Intervención del gobierno en las campañas electorales. Con esto se pretende “regularizar” la ilegal conducta de los gobiernos de la 4T, que han intervenido en favor de los candidatos oficiales. Esto incluye la “legalización” del clientelismo electoral a través de los servidores de la nación y similares.
4. Eliminación de la veda electoral. La prohibición de la propaganda gubernamental durante las campañas electorales ha sido violada recurrentemente por el grupo en el poder, conducta que ahora se “legalizará” mediante una reforma expresa o incluyendo en la ley algún recurso retórico.
5. Legalización del acarreo y los acordeones. El voto directo, libre y secreto de los ciudadanos quedará sujeto a la presión externa, al eliminar o suavizar las prohibiciones de los operativos de traslado de votantes a las casillas (operación carrusel) y la distribución de “guías de votación”.
6. Autonomía controlada del INE. De palabra se mantendrá en el texto constitucional la autonomía del INE, pero se recortarán sus funciones y se le quitará toda atribución arbitral durante los procesos comiciales.
7. Elección de consejeros electorales. Para garantizar su fidelidad a la 4T, los consejeros electorales serán “electos por el pueblo” bajo la consigna de incorporar a personeros del oficialismo, como ya ocurrió en la elección judicial.
8. Padrón electoral bajo control gubernamental y CURP digital para las elecciones. Aunque formalmente se conserven la credencial de elector y el padrón electoral en manos del INE, estos instrumentos serán sustituidos irremediablemente por la CURP digital bajo el control de la Secretaría de Gobernación. En un primer momento, la base de datos de INE se entregará a la SEGOB para la confección del nuevo instrumento.
9. Reducción presupuestal del INE. Convertido en un órgano decorativo con funciones parecidas a una oficialía de partes electoral, el presupuesto del INE será reducido a lo mínimo indispensable. Ello irá en demérito del servicio profesional de carrera y reducirá el número de casillas a instalar en el territorio nacional (cosa que ya ocurrió en la reciente farsa judicial).
10. Eliminación o reducción del financiamiento a partidos. Con el pretexto de la austeridad, la supresión o decremento drástico del financiamiento público a los partidos políticos va en realidad dirigido a ampliar la desventaja de las fuerzas de oposición frente al oficialismo, pues deja a salvo el financiamiento ilícito del partido oficial a través del desvío de fondos públicos y del uso electoral de los programas sociales.
Cuando sea votada por la mayoría artificial de Morena en las cámaras, esta contrarreforma dará el tiro de gracia a la endeble democracia mexicana. Terminarán la autonomía del órgano electoral, el pluralismo, la competitividad y la alternancia. Todo, en favor del presidencialismo y del monopolio político del grupo en el poder y su sistema de dominación clientelar.
Cincelada: Tal parece que un junior de la 4T se relaciona empresarialmente con el junior del campeón mundial de boxeo, el lavado de dinero del cartel de Sinaloa y la economía criminal.