Artículo 89. Las facultades y obligaciones del Presidente, son las siguientes:
X. Dirigir la política exterior y celebrar tratados internacionales, así como terminar, denunciar, suspender, modificar, enmendar, retirar reservas y formular declaraciones interpretativas sobre los mismos, sometiéndolos a la aprobación del Senado. En la conducción de tal política, el titular del Poder Ejecutivo observará los siguientes principios normativos: la autodeterminación de los pueblos; la no intervención; la solución pacífica de controversias; la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales; la igualdad jurídica de los Estados; la cooperación internacional para el desarrollo; el respeto, la protección y promoción de los derechos humanos y la lucha por la paz y la seguridad internacionales.
Argumentos para debatir:
1. La fracción X, del artículo 89, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece las facultades, pero también las obligaciones del Presidente.
2. El artículo señala que la facultad de dirigir la política exterior y formular declaraciones interpretativas sobre los tratados internacionales debe someterse a la aprobación del Senado. ¿El Presidente consultó al Senado para resolver la posición de México respecto de la violación de los derechos humanos en Venezuela?
3. En la ley se señala como primer principio normativo la autodeterminación de los pueblos. Por lo tanto, el presidente de México tiene la obligación de observar la existencia de ese principio. Si ese principio se cumple, entonces se exige la no intervención. La norma es clara. La autodeterminación es la expresión de la soberanía de los pueblos. El pueblo venezolano no es soberano porque no participa en las decisiones de su gobierno. El gobierno de Nicolás Maduro es una autocracia, lo dirige con una camarilla militar y violenta su propia Constitución. Si las elecciones son ilegales el gobierno es ilegítimo y se rompe el pacto Constitucional, por lo cual se niega la autodeterminación del pueblo venezolano. Por lo tanto, es obligación de México calificar las elecciones de Venezuela y observar si se respetan los derechos políticos de sus ciudadanos. La presencia de un representante del Presidente en la toma de posesión de Nicolás Maduro y la ausencia de una posición de López Obrador sobre las elecciones implica la inobservancia de una obligación constitucional.
4. En México como en Venezuela, y en cualquier república que se precie de ser democrática, la autodeterminación se rige por su constitución y en la nuestra, la fracción X obliga al presidente a la cooperación internacional para el desarrollo. En Venezuela no hay desarrollo sino una tremenda crisis económica, así lo constatan los emigrantes que salen de su país para evitar carestías y represión. México debe tomar acciones junto con la comunidad internacional para evitar que continúe el deterioro y se dé un proceso de transición democrática en Venezuela en defensa de su autodeterminación.
5. El respeto, la protección y promoción de los derechos humanos y la lucha por la paz y la seguridad internacionales requiere de un conjunto de acciones. La propuesta de una mesa de negociación entre Maduro y la Asamblea Nacional legítima no fue aceptada, entonces México está obligado por nuestra Constitución y por el derecho internacional que suscribimos, al formar parte de la ONU y de otros organismos, a participar a intervenir para que cese la represión del gobierno de Maduro en Venezuela proponiendo nuevas acciones que tengan relieve. Los derechos humanos no tienen nacionalidad, son universales, no son de derecha ni de izquierda son principios fundamentales del pacto constitucional entre gobierno y población y aplican para todas las posiciones políticas.
6. Las constituciones y sus leyes son claras y están redactadas para la lectura y comprensión de sus pueblos. Todos, todos los mexicanos tenemos el deber y el derecho de entenderlas y exigir que se cumplan. (con voz de AMLO)
7. La llamada doctrina Estrada se expresa en un documento de 1930, en el periodo del maximato en México, cuando gobernaba Pascual Ortiz Rubio y no existía democracia en México. Esos principios eran un escudo para que la comunidad internacional no interviniera, en reciprocidad a la no intervención mexicana en política exterior. Ya no estamos en la época del surgimiento del fascismo de entreguerras. Hoy, el gobierno mexicano pretende separarse de su trayectoria más valiosa en política exterior, participar a favor de la paz y en apoyo de la defensa de derechos humanos. Pedir que haya elecciones libres en Venezuela es el camino más seguro para que el país logre la paz. Es Maduro el que está causando terror social y matando a su pueblo. El pueblo no está armado y la Asamblea Nacional no está llamando a la violencia sino al reencuentro, a la amnistía. ¿De qué lado está López Obrador? De la violencia y a represión o de la paz social?