Cuautinchán, Puebla
Rubén Aguilar Valenzuela
Toponimia
El nombre se origina de las dicciones nahuas cuauhtli, águila, in, plural posesivo y chan, casa o madriguera. Se traduce como “Casas de águilas” o “Nido de águilas”.
Historia
– Época prehispánica
Cuautinchán se funda en 1175 d.C., de acuerdo con los datos de la historia Tolteca-chichimeca. Era una comunidad autónoma que pagaba tributo a la guarnición mexica que es ubicada en Tepeyacac, hoy Tepeaca. A fines de Julio de 1520 Hernán Cortés conquista la población.
– Conjunto conventual
Entre 1527 y 1528, el franciscano fray Juan de Rivas inicia la evangelización de la población indígena de Cuautinchán. Residía en el convento de la Orden de Frailes Menores (OFM) en Tepeaca. Hacia 1534 ya había una iglesia en funciones dedicada a San Juan Bautista. El archivo del lugar se remonta a 1541.
Hasta 1554 continua como visita de Tepeaca cuando la Orden de Predicadores (OP) solicita a los franciscanos hacerse cargo del lugar. Los indígenas se opusieron radicalmente a la transferencia. En esta época solo había una pequeña vivienda para alojar a los frailes en sus visitas al lugar.
En 1558, el capítulo que se celebra en Huejotzingo toma la decisión de fundar un convento aquí. La obra se encarga a fray Jerónimo de Mendieta que traza el plano del pueblo. En 1569 se comienza la nueva iglesia. El conjunto conventual se edifica sobre la pirámide principal del señorío que aquí estaba establecido. En 1570 había 2570 tributarios.
Ponce, en 1585 habla de que la iglesia no está terminada, aunque tenía hecha la capilla y ya estaban las torres “muy vistosas” y que había “un estanque con unos pececillos y un aljibe de que beben los frailes”. Para ese momento ya estaban el portal de peregrinos, la capilla abierta y el claustro bajo y alto.
La fecha de terminación de la iglesia se sitúa en 1593. Es cuando se encarga el retablo al pintor Francisco Zumaya y al escultor Luis de Arciniega. La obra no se realiza. El que ahora se ve lo consigue Juan de Arrué. En el arco del coro está la fecha de 1593. (G. Kubler). En 1933 se declaró monumento histórico nacional.
Descripción
– Atrio
En esta esquina derecha del atrio, viendo de frente a la iglesia, hay un nivel pronunciado con relación a la calle. Desde esta se sube a la plataforma. Son 33 escalones. Esta entrada tiene tres arcos de medio punto. El del centro es mayor que los de los lados. La entrada principal no está al frente de la iglesia. Es lateral. El atrio tiene otros dos accesos.
El conjunto conventual está rodeado por un muro de piedra que toma formas diversas. La parte que se ve en las fotografías anteriores es un muro original y distinto al de otras construcciones del siglo XVI. En la parte superior las almenas y abajo de estas, arcos de medio punto.
– Portal de peregrinos
El portal de peregrinos tiene tres arcos de medio punto rebajados. El cuarto, que se encuentra en extremo izquierdo, es la capilla abierta. Entre esta y el portal no hay una columna sino una pared en medio de las columnas. La capilla abierta debe ser una construcción anterior. Del piso del atrio hay una diferencia que se supera con seis escalones.
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En algunos textos se dice que hubo dos capillas posas y cruz atrial, pero éstas ya no existen.
– Capilla abierta
La capilla abierta es el arco de la izquierda, que es de medio punto rebajado. Entre la columna derecha de la capilla y la izquierda del portal de peregrinos hay un muro. En su interior hay murales.
Capilla abierta. Arco de medio punto rebajado hacia la galería del portal de peregrinos. Las columnas son de tipo toscano. En la pared del fondo fragmentos del mural. Los hay también en la parte superior de los dos arcos que dan hacia el interior.
– Iglesia
Exterior
La fachada del siglo XVI es rectangular y se enmarca en dos torres también de ese siglo. Hay un desnivel del piso del atrio al de la puerta de la iglesia que se supera con ocho escalones. La portada de estilo renacentista es un arco de medio punto flanqueado por columnas que se sustentan en jamabas. Es sencilla y elegante. Arriba de ésta, la ventana del coro arremetida que también es un arco de medio punto.
La torre de la izquierda es de menor altura que la derecha. En 1611 se derrumbó la parte del campanario y nunca más se reparó. Las dos son cuadradas. Tienen dos cuerpos. El que corre a lo largo de la fachada y el propio del campanario. En el segundo cuerpo de la torre derecha un arco de medio punto alargado en cada uno de sus cuatro lados.
Interior
La planta es de una sola nave y tiene cinco tramos. Cuatro de ellos con techo de cañón corrido y uno con nervaduras góticas. En el ábside también nervaduras góticas. En cada tramo un arco de medio punto que se sostiene en zapatas.
Los especialistas sostienen que es uno de los tres más antiguos de América que se conserva completo, data de 1590. Originalmente se realizó para el Templo de San Francisco, en Puebla, pero no cupo y lo mandan a Tehuacán, un terremoto impide que lo instalen. Es cuando se vende a Cuauhtinchán.
El gestor de la operación comercial es Juan Arrúe. Aquí se instaló en 1599. De las pinturas del altar el arquitecto Sergio Zaldívar comenta que “son elementos renacentistas muy sobrios, así como la pintura italianista, pero con una influencia flamenca”. Se restauró a finales del 2006.
Tiene tres cuerpos y un remate doble. En cada cuerpo tres calles delimitadas por columnas jónicas. En el primer cuerpo en la calle central el sagrario. En la izquierda la imagen de la Anunciación, en la derecha la Adoración de los pastores. En el segundo cuerpo en la calle central una imagen de la Virgen con el niño. Escultura en madera. En la izquierda la Adoración de los reyes y en la derecha la Resurrección de Jesús. En el tercer cuerpo en la calle central la Asunción de la Virgen María. En la calle izquierda Pentecostés y en la derecha la Ascensión de Jesús.
El remate es doble. En la parte baja del mismo la Crucifixión de Cristo. A un lado la Virgen María y al otro San Juan, el apóstol y evangelista. En la parte superior, en medio de un triángulo, el Padre eterno. Es un altar extraordinario y en muy buen estado de conservación. Es una gran obra de arte en su conjunto y cada una de sus partes.
– Convento
Hay claustro alto y bajo. En ambos tres arcos de medio punto en cada uno de sus cuatro lados. Los del claustro bajo son más altos que los del segundo nivel. La construcción es de mampostería. Al centro del patio, que es cuadrado, una fuente octagonal con un águila prehispánica sobre una pila con figura a los lados. En los pasillos hay murales.
Los murales que se encuentran en las paredes del claustro bajo muestran una clara influencia indígena. Para algunos críticos están todavía cercanos a las manifestaciones del arte prehispánico. Hay también elementos que son claramente europeos.
Al centro la copia de una imagen de algún libro de la época editado en Europa y a los lados de ésta dos figuras claramente indígenas. A la derecha un águila semejante a la de la fuente del claustro y a la izquierda un jaguar. Estos dos animales tenían una gran importancia en el mudo prehispánico en Mesoamérica. En la parte superior el cordón de los franciscanos que recuerda los tres votos: pobreza, castidad y obediencia.
Comentario
El sacristán de la parroquia es quien está a cargo del conjunto conventual. Él nos guió en el recorrido. Nos abrió la iglesia y nos dio acceso al atrio, para ver la capilla abierta y el portal de peregrinos. Con el terremoto del 19 de setiembre de 2017, el conjunto sufrió algunos daños, pero no mayores. En abril de 2022 todavía se sigue trabajando en el interior de la iglesia. Ahora los altares están cubiertos para protegerlos del polvo mientras se realizan las obras.
Al paso del tiempo se conservan la mayor parte de las estructuras del siglo XVI. El atrio mantiene su traza original. Lo rodea un muro con almenas y arcos de medio punto. La capilla abierta con fragmentos de murales, el portal de peregrinos con sus tres arcos. Ya no existe la cruz atrial y las dos capillas posas que tuvo.
La fachada con su portada renacentista, sobria y elegante, y sus altas torres. El exterior de la iglesia, con una serie de contrafuertes, da idea de una gran fortaleza reciamente construida. No tiene almenas. La nave de la iglesia es de grandes proporciones. El extraordinario retablo barroco es una gran obra de finales del siglo XVI. Uno de los tres completos más antiguos que se conservan en toda América. De sus pinturas dice el arquitecto Sergio Zaldívar que es “italianista, pero con una influencia flamenca”.
El convento da la sensación de algo original y primitivo. En él se ve y siente el siglo XVI. El patio y la hermosa fuente octagonal con un águila prehispánica. Los murales con clara influencia indígena. Un día todos deberían ser restaurados. La vista al conjunto conventual de Cuautinchán es entrar a un pasado de casi 500 años. Es hacer memoria del proyecto renacentista de la evangelización. Los doce franciscanos, la Utopía de Tomás Moro que los inspira. Es un sitio para volver una y otra vez.
– Visitas
1974; 2022 (abril).
– Fuentes consultadas
- Notas de las visitas
- Kubler, George, Arquitectura Mexicana del Siglo XVI, FCE, México, 1983.
- Chzair Aranal, Dejanira, Mario Castellanos Arenas, Cytlalli Reynoso Ramos, Lectura y valoración del paisaje conventual franciscano de Cuautinchán, Puebla, Teopofilia, Revista de Arquitectura, Urbanismo y Territorio, Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego, BUAP, Año XIII, No 21, Octubre – Marzo 2021.
- Salazar Exaire, Celia, Conjunto conventual de San Juan Bautista, Cuautinchán, Puebla, CONACULTA – INAH, México, 2000.
- http://www.inafed.gob.mx›enciclopedia›municipios
Twitter: @RubenAguilar