¿Sí? ¿Operativos militares de la magnitud y complejidad como la recaptura de Ovidio, se preparan con mucha anticipación? ¿Incluido el tiempo necesario para que Washington entregue a México la información pertinente sobre el paradero del blanco?
Porque si es verdad, para afirmarlo (o repetirlo) hay que correr la incorreción política de decir que el Ejército mexicano muestra una pésima preparación, aunque supera en efectivos a 13 ejércitos de la OTAN, y gasta del erario 500 millones de pesos diarios.
Tuvo tres años de preparación (¿no es suficiente anticipación y demás?) y el operativo fue más sangriento que un día de la invasión de Rusia a Ucrania: 29 muertos, 10 militares y 19 miembros del cártel, según el secretario de la Defensa Nacional.
También quedaron 35 soldados heridos por arma de fuego. ¡Y el caos civil! Todos los aeropuertos del estado cerrados, un avión de Aeroméxico baleado, bloqueos de grupos armados en las calles, una docena de vehículos quemados en la vía pública.
Es el mismo Ejército que, según investigación de El Sol de México, en 2022 “adquirió 47 abrigos de cashmere 100 por ciento lana, con un valor de 545 mil 336.3 pesos, para altos funcionarios castrenses, como señala la Plataforma Nacional de Transparencia”.
El mismo Ejército que, además, según el sitio de la Cartera de Inversión de Hacienda, solicitó 671.4 millones de pesos al gobierno para reemplazar su armamento y “elevar la moral de las tropas y minimizar los esfuerzos físicos de las actividades”.
Tantísimos recursos, pero sólo en los tres primeros días de este año, no pudo impedir que se registraran 273 asesinatos en el país, a un promedio de 91 diarios. Y que sólo en la segunda semana del año, se contaran 397 asesinatos.
Así, no ayudará a su Comandante Supremo a cumplir su compromiso de Estado (15 de julio de 2021): “Si no pacifico al país no acreditaré históricamente mi gobierno”. Bueno, en cuatro años casi rompe el récord de muertos de Peña en seis años: Van más de 143 mil, por 156 mil con aquel.
En cambio, según las filtraciones de Guacamaya Leaks, el ejército utilizó el mecanismo Pegasus para espiar ilegalmente a dos periodistas, y a un defensor de derechos humanos, durante la actual administración. Y administra 150 áreas civiles.
Los servicios de inteligencia civiles son dirigidos por militares, como el ex CISEN, comandado por un militar coterráneo del presidente, bajo el nuevo nombre de Centro Nacional de Inteligencia. La Guardia Nacional también está en manos de un general.
Según Guacamaya Leaks, casi todos los integrantes de la Guardia Nacional son del Ejército, y los militares cambian “cada tres meses” las plantas en Palacio Nacional.
En los hechos, este es el papel del Ejército.