Como pompas de jabón se deshace la victoria histórica del PAN en las pasadas elecciones intermedias, en las que ganó siete de las 12 gubernaturas en juego, y por las cuales gobierna 11 estados y a más de 40 millones de mexicanos.
La razón es simple: el PAN sólo se siente cómodo en la oposición, el oficio de gobernar le es ajeno. El principal ejemplo de lo rápido que se gastó el éxito del 5 de junio pasado es el fracaso de Javier Corral en Chihuahua.
Según informes del Sistema Nacional de Seguridad Pública, bajo la gestión de Corral han llegado a ser asesinadas a balazos hasta 40 personas a la semana en Chihuahua. En total, en los primeros cinco meses de gobierno se registraron 639 asesinatos. ¡Un baño de sangre!
¿Cuál es la respuesta de Corral? Pues la esperada en un político de gen panista, que sólo funciona desde la oposición: acusa al Gobierno federal de relegar Chihuahua en la lucha contra la inseguridad, cuando es a los gobernadores a quienes corresponde esa tarea.
Y muy rápido aprendió como gobernador eso de que “al nopal sólo se le arriman cuando tiene tunas”, pues aceptó que su gobierno no tiene la fuerza suficiente para combatir a los grupos criminales y clamó: “Estoy pidiendo refuerzos federales, ya que nosotros no tenemos esa fuerza”.
Por ejemplo, Ciudad Juárez cerró febrero con 81 crímenes, después de haberse convertido en ejemplo mundial de erradicación del crimen, tras la masacre de Villas de Salvárcar en 2010, cuando narcotraficantes asesinaron a 16 estudiantes en una vivienda.
Ciudad Juárez había dejado de ser un problema gracias, justamente, al apoyo de la Federación; pero el candidato Corral se declaró en desacuerdo con el Mando Único, y su plan estrella en materia de seguridad fue la “policía de proximidad”, con un enfoque más comunitario y social.
Sin embargo, ya en el gobierno, Corral está entendiendo (como Fox y Calderón en sus oportunidades en Los Pinos) que la ciudadanía únicamente premia los resultados y no los esfuerzos: pues ofrecer en campaña no ocupa lugar… y gobernar requiere talento, capacidad, imaginación.
Corral se la pasó en campaña hablando de dignificar y de limpiar las corporaciones policiacas de Chihuahua, de que la prescripción de los delitos no estuviera a merced del manejo político y electoral, y de replantear el consejo de seguridad, bajo el esquema de mesas y bla bla bla.
¿Resultado de sus promesas? La comparación con el gobierno anterior es de escándalo: de octubre de 2015 a enero de 2016 se registró la mitad de homicidios respecto a los del mismo periodo con Corral. Pero era algo de esperar.
El PAN sólo se siente cómodo desde la oposición.
Este artículo fue publicado en La Razón el 28 de marzo de 2017, agradecemos a Rubén Cortés su autorización para publicarlo en nuestra página.