
Ahí está mi reflejo, tal vez debo decir nuestro reflejo. Son más fuertes las ganas de sonreír que la sonrisa misma, así como lo es la incertidumbre del viejo al presente que se le finge con el brío del maquillaje.
Ahí está nuestro reflejo, quizá debo decir mi reflejo. En la mirada pérdida, la mueca torcida y la ilusión extraviada por el tren que nunca llegó o que pasó sin darme cuenta.