AMLO llegará al 1 de julio arriba en las encuestas, Anaya y Meade intercambiando posiciones. A pesar de una sincronizada ola de rumores que describen negociaciones subterráneas, para unificar esfuerzos y votos en contra de López Obrador, con Anaya al frente, quien manda lo tiene claro, Meade va con todo, hasta el final.
A 37 días de la elección, la probabilidad de que quien hoy sea segundo pueda alcanzar y rebasar al puntero por un margen tal que evite un escenario ya conocido y por lo mismo altamente indeseable (el peor quizás) y vencer apenas a AMLO, pero empeñar la gobernabilidad política y social del país ante tribunales y con el tigre suelto se reduce.
Mantener a José Antonio Meade en la contienda, trabajo de bases e hilar fino no para aliarse con PAN-PRD-MC, sino para sumarle apoyos significativos, como los de Miguel Ángel Mancera, Margarita Zavala, Enrique Alfaro, senadores, diputados o gobernadores de oposición, es lo que puede catapultar números e imagen del candidato del PRI, tanto como para cerrar la campaña y llegar a una final entre tres y no entre dos.
En el supuesto de que PRI-PVEM-NA hagan efectivos sus mínimos electorales y PAN-PRD-MC los suyos, entonces la órbita lopezobradorista de Morena-PT-PES enfrentará la real incertidumbre democrática del gran día. Ante tal escenario, el menos explorado hasta ahora, el triunfo autodecretado de AMLO estará en el cuadrante más rojo de la matriz de amenaza, alta e incontrolable.
A tercios, José Antonio Meade capitaliza esos consensos amplios que le conceden ser el mejor prospecto para presidente, pero lo sancionan por el desprestigio del partido que lo postula. A tercios, Anaya sufrirá más las consecuencias de una ruta plagada de cadáveres y afrentas por pagar. A tercios, el voto anti-Peña, anti-PRI, se diluyen.
Dos debates después, queda claro que al de Morena nada lo tira. Ni sus candidatos impresentables de aquí o acullá, las parábolas venezolanas, pleitos con empresarios, su edad (premio a la torpeza propagandística), su estado de salud o chistoretes reciclados. Encuestas van encuestas vienen, cada quien escoge la suya, otros las integran y procesan con algoritmos importados para ofrecer algo, dicen, por encima de la media y los promedios.
Llegar al final con sólo un opositor anti-AMLO no ha cuajado. Al proyecto Anaya le entra agua. Al de Meade le quitan lastre. Quizá fragmentar las preferencias a tercios sea la alternativa.
Narro desde Suiza. El secretario de Salud, José Narro, dijo al participar en la 71 Asamblea de la Organización Mundial de la Salud, en Ginebra, Suiza, que la salud pública tiene todavía enemigos implacables, pero otros dependen de nosotros, de la prevención. Mucho se hace con políticas públicas certeras, como el combate a la pobreza, desigualdad, ignorancia, hambre y la falta de servicios. Candidatos, ahí les hablan.
Este artículo fue publicado en La Razón el 24 de mayo de 2018, agradecemos a Carlos Urdiales su autorización para publicarlo en nuestra página.