El 4 de septiembre de 2016 en el foro “El reto del periodismo online en América Latina” celebrado en Querétaro, la columnista Sanjuana Martínez, columnista del portal Sin Embargo, habló sobre su experiencia en este medio de comunicación “de contenido crítico y pionero en este ámbito” el cual nació del interés de un grupo de amigos por crear un espacio con “garra periodística”; esta iniciativa –dijo– involucró en su momento a personajes como Lydia Cacho, Denisse Dresser y Javier Solórzano.
Para Martinez su colega Dresser era entonces una persona digna de respeto; también lo era seis meses atrás cuando el 8 de marzo ambas participaron en la campaña de la UNESCO para conmemorar el Día Internacional de la Mujer.
Pero el 26 de febrero de 2017 ocurrió un viraje drástico y Sanjuana Martínez subió a su cuenta de Twitter fotografías de la politóloga, acompañadas de mensajes como los siguientes: “Identifica a la anulista, después casi candidata presidencial y ahora convocante de Vibra México y #AhoraONunca…”, ¿Cómo ven a esta señora promoviendo el Ahora o Nunca?… Representa la opción electoral de la división”.
Martínez es ferviente admiradora de Andrés Manuel López Obrador, frecuentemente reproduce en sus redes sociales los discursos y frases del político tabasqueño y no lo critica en absoluto; en contraparte, Dresser lo ha cuestionado en diversas ocasiones y ha dejado en claro que el dos veces candidato presidencial no es opción para ella; es más, ha deslizado la posibilidad de encabezar una candidatura independiente.
Hasta ahora no lo ha hecho formalmente, pero sí anunció su acompañamiento en este propósito al exsecretario técnico de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Emilio Álvarez Icaza, quien este domingo convocó a un evento en la Plaza de las Tres Culturas para dar a conocer su intención de buscar la Presidencia de la República.
Sanjuana Martínez no se ha atrevido hasta el momento a cuestionar a Álvarez Icaza, quien en realidad sería el contendiente de López Obrador en caso de concretarse su candidatura; de hecho, el 28 de marzo de 2016 escribió lo siguiente sobre él cuando fue demandado por un presunto fraude en la CIDH: “La calidad moral y ética de Emilio está sobre todas las cosas. Su grandeza humana rebasa con creces la pequeñez y la mezquindad de algunos políticos y funcionarios públicos que ahora lo quieren linchar y procesar por delitos inexistentes, por el delirio fascista de algunos miembros del gabinete peñista”.
La colaboradora de Sin Embargo ha preferido enfocar sus baterías contra Denise Dresser, sin aceptar abiertamente la razón de su pérdida de respeto hacia ella, pero con sus tuits alienta que los cibernautas hagan el trabajo de linchamiento.
Pero dentro de los simpatizantes que López Obrador tiene en la prensa, sí ha habido quien ha ajustado cuentas con Álvarez Icaza. John Ackerman y Julio Hernández López, no han dado tregua al ex ombudsman capitalino desde, a manera de preámbulo al lanzamiento de su precandidatura, lanzó un video en donde se cuestiona a todos los partidos políticos. Más aún, a partir la participación de Álvarez Icaza en la marcha Vibra México, tanto Ackerman como Hernández López no ocultaron su resquemor por una presunta “traición” de su parte a las causas de “la izquierda”.
En el video difundido por Álvarez Icaza no hay una acusación directa contra López Obrador, pero se le incluyó en ese paquete de la clase política que le ha fallado al país. Los partidarios del tabasqueño en los medios lo leyeron como un “ataque” y reaccionaron con virulencia contra Álvarez Icaza y se olvidaron por completo de la solidaridad que en algún momento le mostraron cuando éste participó activamente con la CIDH en la investigación de los hechos de Ayotzinapa.
Tanto en su discurso en Tlatelolco como en entrevista este lunes con Ciro Gómez Leyva, Álvarez Icaza ha sido muy preciso: reconoce el liderazgo y la honestidad personal de López Obrador, pero no comparte su forma unipersonal de ejercer la política y su pretensión de incondicionalidad absoluta.
Las enconadas reacciones de John Ackerman y Julio Hernández López contra él, así como las de Sanjuana Martínez contra Denise Dresser, son la mejor muestra de que Álvarez Icaza está en lo cierto y más allá de que su candidatura sea viable, la realidad es que México carece de una izquierda incluyente y progresista, donde se acepte la diversidad de opiniones.
En su búsqueda de ser pragmático, López Obrador da un paso hacia adelante al matizar su discurso contra los empresarios, para luego retroceder dos y acusar de “maiceados” a los medios o periodistas que le hacen preguntas incómodas. Y sus aliados en la prensa, lejos de ayudarlo a construir una imagen de apertura, lo encapsulan aún más en su burbuja de intolerancia.