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Foto original: Cuartoscuro

Desafortunadamente, tal y como lo predije hace un par de semanas, Salgado Macedonio es hoy el candidato de Morena a la gubernatura de Guerrero. De nada valió la marcha del 8M, las cartas con miles de firmas de mujeres pidiéndole al presidente que “rompiera” el pacto o las vallas convertidas en memorial, mucho menos las voces de hombres y mujeres que en los medios de comunicación, en el Congreso y en el boca a boca, reclamábamos respeto y justicia. Como lo suponía, solo se trató de retrasar un poco la noticia, hasta que las “locas” se calmaran un poco después del Día Internacional de la Mujer, para que como siempre sucede, el presidente se saliera con la suya.

No se necesitaba ser Nostradamus para saber lo que iba a suceder. Para AMLO, él es el poseedor de la verdad, el pueblo bueno y sabio y nada ni nadie se pueden oponer a sus designios porque los que no pensamos como él estamos equivocados. Cuando decide algo se hace y se cumple y ay de aquel que se atreva a disentir o desafiarlo.

Si él decide que la pérdida, por el capricho de cancelar el Aeropuerto de Texcoco, es de “solo” 100 mil millones de pesos, pues así es y san se acabó. A ver cómo le hacen señores auditores, secretario de Hacienda, contadores, Congreso o lo que sea, para que cuadren las cuentas como a él le da la gana.

¿Que quiere hacer una contrarreforma energética para usar carbón y combustóleo, desechar las energías limpias y concentrarlo todo en la CFE? Pues sí, señores jueces: prepárense y no reciban ningún amparo de las empresas afectadas por tales decisiones; por encima de la ley está el deseo del Todopoderoso. Y cuidadito con decidir cosas con las que no está de acuerdo, porque los investiga y les va a ir mal.

Foto: Cuartoscuro

¿Que no se ha podido controlar la pandemia y que aún seguimos con cifras de contagios y muertes escalofriantes, similares a las del pasado mes de noviembre? No se diga más: que se impida que se conozca la cifra excedente de defunciones, que no haya transparencia ¡faltaba más! Para qué queremos datos fiables y duros si a la mano están las otras… mentiras. Que no se dé ninguna información a través del Registro Civil ¡ya estuvo suave!

Otra decisión de las mejores que ha tomado el presidente es acabar con la corrupción. Así nada más, por sus… pantalones. ¡Ya se acabó la corrupción, compréndanlo! ya lo dijo él (aquí una reverencia por favor) y con eso basta. A quién le importa si no hay licitaciones, si no hay transparencia, si varios funcionarios son extraordinariamente ricos por obra y gracia del Espíritu Santo, si la prima recibe contratos millonarios y el hermano bolsas con fajos de dinero.

Por favor eso es lo de menos, ni hablar tampoco de los 89 millones de pesos que se destinaron (por el orgullo de su nepotismo) a “reparar” un estadio de béisbol en Chiapas, en medio de la crisis económica y de medicamentos más grave que ha enfrentado México en los últimos 100 años.

Ay caray, de veras no entendemos nada los que no pensamos como él.  Lo que en verdad sucede es que los que sabemos pensar somos unos conservadores, que ni qué. 

Lo más grave es que esta manera autoritaria de gobernar para poder ser y funcionar implica necesariamente de la complicidad de muchos y de la ceguera de una, hasta ahora, mayoría.

El proceso de encantamiento generalizado no es nuevo y muchos de los filósofos y politólogos, psicólogos y sociólogos lo han estudiado. Sucede cuando a un caudillo se le concede la calidad de dios y pocos se atreven a desafiar las ordenes del tirano.

Hanna Arendt, una destacada filósofa, que vivió en carne propia los horrores del nazismo, dedicó buena parte de su vida a estudiar cómo una sociedad llega a lo que ella llamó “la banalidad del mal”. La escritora quería entender cómo de pronto se pueden cometer atrocidades ante la complacencia y/o apoyo de buena parte de la población, como sucedió en la Alemania de Hitler o en los tiempos de Stalin.

Su conclusión es sencilla y extraordinariamente compleja, los individuos que obedecen al dictador carecen de la capacidad de juicio, o sea: no saben pensar.

Los cómplices y fanáticos de la 4T, los que aplauden la llegada, por ejemplo, de Salgado Macedonio a una candidatura a pesar de sus antecedentes, son tan culpables como el presidente que lo encumbró y contribuyen activamente al horror que estamos viviendo. No se nos olvide.

Ojalá y el 6 de junio no lleguemos a enfrentar la desoladora verdad de que tenemos los políticos que nos merecemos.

 

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