sábado 04 mayo 2024

¿Para qué quieren al INE?

por Javier Solórzano

El clima adverso que se está creando contra el INE traerá consecuencias. Desde el discurso presidencial se ha venido gestando una crítica sistemática contra el instituto, que cada vez permea más entre los muchos seguidores del tabasqueño.

No se aprecian condiciones para un debate equilibrado, se está atacando al INE con base en lugares comunes lejos de buscar acuerdos. Pareciera que se trata de atacar y señalar al instituto con afanes de apoderarse de él más que buscar cómo reestructurarlo.

El domingo pasado, un grupo de manifestantes lanzó una infinidad de consignas contra el instituto y su presidente. Suponemos que esto no fue ni casual ni inesperado, más bien pareciera, para hablar en términos últimamente muy utilizados, que hay “mano negra”.

Las consignas evidenciaron el sentido de la protesta, fueron violentas y en algunos casos con poca información de las atribuciones que tiene el INE.

La pregunta, en función de lo que está pasando, es qué quieren del INE y para qué suponen que les puede servir. Imaginar que lo quieren para cooptar y controlar las elecciones o para concentrar el poder es ir en contra de la historia. Es echar para atrás el tiempo y desconocer las muchas dificultades que ha tenido el país para  construir la democracia, lo cual ha costado la vida de muchas personas.

El debate en estos días ha colocado de nuevo a las elecciones del 2006 en el centro. Recordemos que fue un momento difícil en la historia reciente del país. Seguimos siendo de la idea decque la estrategia de López Obrador al sacar a la gente a la calle fue lo mejor que pudo pasar. No haberlo hecho pudo provocar una irrupción social de consecuencias inimaginables e inéditas.

Lo que hizo el entonces IFE fue responder acorde a las reglas establecidas las muchas impugnaciones que tuvo el proceso. El instituto calificó la elección, pero no la definió, quien lo hizo fue el Tribunal Electoral el cual aseguró que habiendo irregularidades, particularmente por la participación de Vicente Fox, no tenía instrumentos legales para actuar.

La derrota de López Obrador se debió a una suma de circunstancias que pasan por estas irregularidades y quizá también porque Felipe Calderón le dio la vuelta a la ventaja que tenía el tabasqueño.

¿Hasta dónde llegó la acción del IFE para determinar el triunfo del PAN? En términos técnicos y legales no se pudo comprobar que hubiera un fraude que le hubiera dado el triunfo. Sin embargo, queda claro que los mecanismos de carácter electoral fueron insuficientes, por lo que se colaron muchas irregularidades.

También queda claro que a lo largo de la campaña se crearon alianzas entre partidos y empresarios, que buscaron a toda costa que por ningún motivo ganara López Obrador.

Lo importante del debate sobre el INE está en abordarlo como un todo. El instituto está conformado por los partidos políticos, y si los consejeros han sido designados por los propios partidos, es un tema a debatir democráticamente sin imponer la mayoría que prevalece en el Congreso.

Lo que no tiene sentido es demoler la institución reventando a Lorenzo Córdova, quien en medio de controversias ha sido un presidente que ha sabido capear los temporales.

El instituto debe ser revisado sistemáticamente. Cada elección es un nuevo aprendizaje para todos. Lo que no podemos hacer es desconocer la relevancia de tener un organismo que nos ha permitido una institucionalización de la democracia.

Va de nuevo: no se gana para siempre ni se pierde para siempre. Debatir con sensibilidad, inteligencia y con espíritu democrático le asegura civilidad política al presente y al futuro del país.

RESQUICIOS.

No descarte que, en el mediano plazo, debatamos de nuevo sobre las encuestas. Empiezan a aparecer diferencias de entre 10 y 15 puntos sobre la popularidad del Presidente. En lo que hay coincidencias es en que los gobernadores de Morena y los que forman parte de una alianza con el partido están de media tabla para abajo; Morelos es patético.


Este artículo fue publicado en La Razón el 11 de febrero de 2020, agradecemos a Javier Solórzano su autorización para publicarlo en nuestra página.

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