Nunca deja de sorprenderme el ingenio de nuestro país. Pareciera como si los mexicanos tuviéramos una chispa, una “vis” cómica instantánea, inclemente y muy aguda. Hace un par de días me topé con esto en Twitter: “no se ha vendido el avión, ni se ha terminado Dos Bocas, ni reactivaron la Línea 12, ni enjuiciaron a los expresidentes, ni la gasolina cuesta 10 pesos, ni han corrido a Gertz Manero, ni han acabado con la corrupción” ¡Orale! Lo malo es que después de reírme un rato, me comencé a preocupar, porque más allá del chistorete todo lo que dice este mensaje es absolutamente cierto.
Otro meme genial a propósito de Dos Bocas decía: “te invito a la inauguración de mi taquería, no tengo carne para los tacos, tampoco tortillas, ni salsas, ni cebollitas, me costo casi el doble de lo que yo creía, no tengo luz ni agua para preparar nada…pero hoy la inauguro, acompáñame”. Aquí ya me reí menos, y me puse a pensar en realmente cuantos años se va a llevar la famosa Refinería Olmeca en refinar. Aunque hay que reconocer que ya se refinó como 4 o 5 mil millones de dólares más de lo que se había considerado. Esto es, de 8 mil millones de dólares presupuestados, el propio presidente habla de que ha costado (hasta el día de hoy) como 12 mil. Multipliquen esa cantidad por 20 y verán la millonada de dinero que se ha gastado en este caprichito del tabasqueño. Y digo que costó “como” 12 mil millones de dólares, porque es tal la opacidad en el manejo de los dineros (supuestamente gastados en la mentada refinación) que bien a bien no tenemos idea de cuanto se ha gastado en esta ocurrencia que quizá en el 2026 sirva para algo. ¿De verdad hubo inauguración? ¿De verdad se logró con esta obra en Tabasco, la soberanía energética?
Bueno, ni echando a andar de a de veras Dos Bocas (y con Deep Park y toda la cosa) dejaríamos de comprar gasolinas. Hoy se importan 6 de cada 10 litros que consumimos. Ni en tres años se logrará, como van las cosas, dar una vuelta a esta cifra. Dentro de 30 años, espero qué en México la mayoría de los autos serán eléctricos. Hoy que mayoritariamente se usa gasolina y diésel para el transporte, estos combustibles son imprescindibles, pero… pues después de tanto gastadero no se produce aún nada. En los años por venir estos energéticos serán una antigüedad de la primera mitad del siglo XXI y se criticará gravemente este tan absurdo dispendio. Ya no lo veré, pero recuerden lo que hoy les estoy comentando.
Para acabarla de amolar, muchos dicen que la obra tabasqueña coordinada por Doña Rocío Nahle, tendrá un costo final de unos 18 mil millones de dólares. Desde luego, del cumplimiento de los compromisos para una necesaria transición energética… pues ya ni hablamos. Poco le importa el tema del calentamiento global a este gobierno.
En fin, en México hoy tenemos un aeropuerto en donde los aviones no vuelan, una refinería que no refina, un avión presidencial que se rifa y no se vende, un gobierno que no gobierna y una seguridad que da abrazos cariñosos a los delincuentes. ¡Qué miedo!
Eso sí, todavía (a cuatro años del inicio de este sexenio) no hay medicamentos para los niños con cáncer, ni para atender otras enfermedades igual de graves, tampoco hay vacunas para todos los niños (ahorita apenas se pueden vacunar los de 10 a 11 años) los servicios médicos son lamentables, el aeropuerto Benito Juárez se cae a pedazos y la delincuencia está más que nunca a sus anchas y desatada.
Esta es sin duda una tragedia nacional. Pero dice el presidente que es un sueño que se volvió realidad. Seguramente AMLO sufre de terrores nocturnos. Ni hablar.