Reforma, 12 de junio 2007 |
Las resoluciones de la Suprema Corte de Justicia sobre la ley de radiodifusión y telecomunicaciones suscitaron diversos pareceres. Entre éstos, uno llamó la atención en dos sentidos: el primero, porque consideró que, en esencia, tales ordenamientos salieron incólumes y, el segundo, porque esto se dijo mediante un guión idéntico desde el núcleo de intereses que otrora operaron para abrirle paso a esa ley en el Congreso.
Como demostramos en la edición pasada, Excélsior hizo propaganda en favor de la Ley Televisa, en sentido contrario al punto de vista y al equilibrio periodístico que un año antes tuvo sobre el mismo tema; esa sumisión se debe, en parte, al interés porque el Canal 28 sea incorporado a Sky. El 7 de junio, tras las decisiones de la Corte, el diario puso en portada que continuaba “Vigente, 95% de la ley de medios” y enseguida el subtítulo: “Invalidan sólo dos de los 43 artículos”. La afirmación pretende sustentarse en un estudio hecho por “expertos juristas” a quienes no identificó por su nombre.
Ese mismo 7 de junio, el asesor jurídico de Televisa dijo exactamente lo mismo al participar en el programa de radio Fórmula financiera: “El balance es que de los 43 artículos reformados se tiran dos artículos que en realidad es uno solo, es el 28, y hay seis modificaciones, diría menores, en términos de la redacción de la ley”. Cuatro días después, en el espacio televisivo que también conducen los integrantes de Fórmula financiera, el hasta entonces todavía presidente de la Cofetel, Héctor Osuna, afirmó lo mismo que Excélsior y Tejado: “Nosotros creemos que los logros de esta ley, que es el 95% de los temas, quedaron intactos, y ahora tenemos muchas otras cosas que funcionan bien. Lo que hicieron [los miembros de la Corte] fue cambiar algunos textos que a mi juicio no necesariamente porque están mal sino porque no se apegan a la Constitución y dos artículos se eliminaron. Creo que fueron seis artículos que sufrieron algunas modificaciones […] pero en términos generales no porque fueran malos sino porque no se apegaban al espíritu de la Constitución”.
El Financiero, 24 de mayo 2007 |
Por si aún no quedaba clara la sintonía casi perfecta entre esos personajes, al otro día en Reforma Tejado escribió: “Las decisiones que tomó la Suprema Corte luego de la revisión de las leyes de radiodifusión y telecomunicaciones llaman a un análisis serio. Para empezar los promoventes de la acción de inconstitucionalidad trataron de ‘tumbar’, en su totalidad, las dos leyes, aduciendo que se violentó el proceso legislativo. Situación que no aconteció. Posteriormente, los inconformes impugnaron 43 artículos, esto es la totalidad de los artículos reformados. De estos 43 artículos la Suprema Corte invalidó dos e hizo ajustes menores en apenas otros seis.”
En ese artículo, además, Tejado recoge afirmaciones del titular de la SCT, Luis Téllez, en el sentido de que integrantes de la Cofetel han filtrado información a las empresas reguladas por el organismo, sobre reuniones entre la comisión y el secretario. Enseguida desliza la posibilidad de que haya sido Jorge álvarez Hoth, el ex subsecretario de Comunicaciones, quien cometió tales infidencias. Ese día en la mañana, en el programa de radio de Carmen Aristegui, el señor Osuna fue capturado por ese discurso: dijo exactamente lo mismo que Tejado. (Al otro día, en la misma emisión, álvarez Hoth rechazó la acusación.) Una coincidencia más, también exacta del presidente de la Cofetel con Tejado, es cuando Osuna considera que la Cons-titución debiera cambiar para hacerla coincidir con las modificaciones que, según él, deben darse en los rubros de la radiodifusión y las telecomunicaciones. (Naturalmente, no dijo lo mismo cuando él impulsó la ley de medios como senador de la República.)
Y ¿dónde está el dictador?
Reforma, 24 de mayo 2007 |
Así se ha expresado, entre otras maneras, la voz de las empresas televisivas en los reductos periodísticos. Como se observa, no estamos ejemplificando sobre coincidencias que resultan normales a cualquier intercambio público dada la existencia de personas afines en ideas y convicciones. No. éstos son guiones o partituras que repiten las mismas notas. El caso más burdo se dio, como lo señaló en estas páginas nuestra colaboradora Clara Luz álvarez, el 24 de mayo entre los columnistas Rogelio Varela de El Financiero y Darío Celis en Reforma. En líneas similares, frases parecidas y parágrafos idénticos, Varela y Celis afirman que el proyecto del ministro Salvador Aguirre Anguiano había perdido consenso, entre otras razones porque, según ellos, ni él mismo sabía lo que es un megahertz y enseguida los dos trascriben exactamente los mismos párrafos, entre otros, el siguiente:
“Ésta es la primera vez que se solicita una nueva reunión con los especialistas. Lo cierto es que un debate estrictamente legal y técnico, fundado en razones socioeconómicas, hoy se ha politizado en exceso”.*
Por razones como esas, el 13 de junio Reforma despidió a Dario Celis que al día siguiente comenzó a publicar en Excélsior. Hasta el cierre de la edición no sabíamos qué había hecho El Financiero al respecto. La pregunta, más allá de lo que haga o deje de hacer ese diario, incluso más allá de subrayar la falta de probidad ética de los personeros que defienden la Ley Televisa es quién les habrá dictado.
* Esos comentarios llegaron a varias mesas de redacción, como a las revistas emequis y etcétera, firmados por otra persona, una supuesta lectora. La primera los publicó y en su edición siguiente reconoció el error luego de que otro lector se lo advirtió. Nosotros no lo publicamos en virtud de que nos llegan regularmente textos con el mismo estilo. Les hemos respondido, como aquí constatamos en marzo pasado, que no nos merecen el menor de los respetos.
“Ésta es la primera vez que se solicita una nueva reunión con los especialistas. Lo cierto es que un debate estrictamente legal y técnico, fundado en razones socioeconómicas, hoy se ha politizado en exceso”.*
Por razones como esas, el 13 de junio Reforma despidió a Dario Celis que al día siguiente comenzó a publicar en Excélsior. Hasta el cierre de la edición no sabíamos qué había hecho El Financiero al respecto. La pregunta, más allá de lo que haga o deje de hacer ese diario, incluso más allá de subrayar la falta de probidad ética de los personeros que defienden la Ley Televisa es quién les habrá dictado.
* Esos comentarios llegaron a varias mesas de redacción, como a las revistas emequis y etcétera, firmados por otra persona, una supuesta lectora. La primera los publicó y en su edición siguiente reconoció el error luego de que otro lector se lo advirtió. Nosotros no lo publicamos en virtud de que nos llegan regularmente textos con el mismo estilo. Les hemos respondido, como aquí constatamos en marzo pasado, que no nos merecen el menor de los respetos.