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jueves 07 noviembre 2024

Diez preguntas para cubrir al narco

por Mario A. Campos

La paradoja de los periodistas mexicanos es que si bien todos los días dedicamos amplios espacios a informar sobre el fenómeno del narcotráfico, no hemos sido capaces de definir como gremio qué manejo haremos de este tema. Propongo diez preguntas que habría que contestar.

1. ¿Qué estamos haciendo para evitar la censura o la autocensura en la información? Se trata del tema del que más se ha hablado (el temor a las represalias del narco), sin que hasta el momento se cuente con medidas efectivas. Medios y periodistas han dejado el tema a un lado sin que exista una respuesta gremial a ésta que es hoy por hoy la principal amenaza a la libertad de expresión.

2. ¿Se deben abrir los medios al narcotráfico y sus mensajes? El dilema se repite periódicamente: letreros sobre víctimas, narcomantas y entrevistas en los medios. ¿Se les debe tratar como si fueran cualquier fuente?, ¿como si fueran igual que autoridades? ¿es posible separar sus mensajes del perfil criminal de los emisores?

3. ¿Es útil para el público el encuadre de la “guerra contra el narco”? Basta con abrir un diario para ver cómo se habla de Ejército, enfrentamiento, retenes, etcétera. videntemente hay una lucha desde el Estado y entre los propios cárteles pero el marco de “guerra” es muy poderoso en términos ideológicos, remite a héroes y enemigos y en su reduccionismo deja fuera otras explicaciones del fenómeno.

4. ¿Debemos reproducir el discurso del narcotráfico? Cada vez es más frecuente hablar de levantones, los alias, las tienditas, etcétera. ¿Reproducir su lenguaje es entender mejor o es darle un baño de normalidad?

5. ¿Estamos cubriendo el problema de las adicciones? Hemos dejado de lado el tema de las causas y de los efectos que tiene el consumo de drogas. La cobertura del narcotráfico es un monopolio de las áreas de justicia en las redacciones y no un tema de la fuente social.

6. ¿Se está abordando su dimensión social? Comunidades enteras que viven del narco, al mismo tiempo que en espacios públicos -físicos y virtuales- se manifiestan grupos que ven en estas organizaciones sentido de pertenencia y su única posibilidad de movilidad social. Se trata de un fenómeno que bien explicado permitiría entender las redes de protección y los semilleros para la renovación de sus cuadros.

7. ¿Cómo contar los efectos de la participación del Ejército? En la cobertura sólo existen dos opciones: condenar la militarización o plantear la intervención militar como la última opción. La realidad es más compleja. ¿Así lo estamos reflejando?

8. ¿Tenemos como marco de referencia los derechos humanos? Tristemente se les ve como temas opuestos: o combatimos eficazmente a los cárteles o nos apegamos a los derechos humanos. Y en ese dilema se presenta a detenidos como culpables sin que exista un juicio o se acepta la presentación a medios de personas con golpes, sin que se hagan preguntas al respecto.

9. ¿Qué estamos aprendiendo de experiencias internacionales? ¿Qué se hacía en Colombia cuando los narcos salían a los medios?, ¿qué mecanismos de protección para periodistas se crearon? Aunque se han presentado esfuerzos valiosos no dejan de ser aislados. Las herramientas existen, hay que aprovecharlas.

10. ¿Qué espacios se están abriendo para escuchar a la sociedad? En esta historia participan gobernantes, narcos y medios, y los ciudadanos suelen ser objetos pasivos. La sociedad tiene mucho que decir sobre estos temas, hay que buscar las formas para que se pueda expresar. La lista podría ser más larga y muchos de estos temas ya han sido abordados de manera aislada. No obstante, la realidad nos muestra que el debate ha sido insuficiente y que los desafíos estarán presentes entre nosotros durante mucho tiempo, más vale que les pongamos atención.

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