sábado 02 diciembre 2023

El cascabel al gato

por Efrén García García

Dicen que el dinero no es la felicidad, pero ¡cómo ayuda! Y en política, los medios ayudan mucho a ganar las elecciones. En las últimas semanas, los políticos se han mostrado muy entusiasmados por la llamada “reforma electoral”. Si verdaderamente quieren poner al día las reglas de la contienda con la realidad, habrán de legislar sobre el complejo tema del acceso de los partidos y sus representantes a medios.

El que tiene más saliva traga más pinole

En otras épocas, el Presidente gobernaba cinco años y el sexto era de transición, para que su sucesor (que todo mundo sabía quién sería) tomara los bártulos. Ahora, nadie sabe a ciencia cierta desde cuándo los aspirantes a un cargo de elección popular pueden comenzar a promoverse en medios. ¿Acaso el anuncio de logros en la gestión de un gobernante no es ya el inicio de su propia precampaña?

¿Más barato pero lo mismo?

La ley electoral dice que los particulares no pueden hacer campaña política en medios. También dice que el IFE no puede sancionar a particulares. Entonces ¿qué pasa cuando un personaje paga espacios para promoverse sin un partido que lo respalde y, por lo tanto, viola la ley? ¿Quién lo denuncia y lo sanciona? ¿Es cuestión de “autorregulación” que los medios vendan espacios a quien viola la ley? Es el equivalente político de lo que en la Profeco llaman “publicidad engañosa”.

¿El fin justifica los medios?

Hablando de engaños, el tema de las “campañas sucias” no es trivial. Es necesario decidir si el mal gusto, la burla, la estridencia o la ofensa son actos ilegales o constituyen la libre expresión de las ideas. ¿La ley debería sancionar a quien “ofende” a su adversario, o la medida de la afrenta debería ser lo gruesa que tenga la piel el aludido?

A la gorra ni quién le corra

Se ha sugerido la posibilidad de usar tiempos oficiales para las campañas políticas. ¿Cuál sería la base para la distribución de esos espacios? ¿Más tiempos oficiales a los partidos nuevos por desconocidos o a aquéllos que tienen más representantes en el Congreso?

Todo mundo sabe que pedir un horario preciso en tiempos fiscales es casi imposible y en tiempos del Estado, prácticamente invisible (o inaudible, porque se transmiten en su mayoría en la madrugada). El riesgo es que los mensajes para los desempleados se transmitan a la hora de la telenovela y aquéllos para madres solteras en las caricaturas.

Son muchos los temaspendientes en materia de reforma electoral y medios: es un asunto que llegó para quedarse ¿quién y cómo se regulará la presencia de candidatos en la Internet en 2009, por ejemplo?

Los medios privados son un negocio y están hechos para generar utilidades, no para cumplir desinteresadamente las funciones del Estado y, en consecuencia, parecería que ni ellos ni los políticos tienen incentivos para profundizar en estos temas. Pero en la selva democrática (ahora que es políticamente incorrecto hablar de autoritarismo o de presidencialismo) son nuestros representantes en el Congreso los únicos que pueden ponerle el cascabel al gato.



Director de Análisis y Evaluación de la Coordinación Nacional de Comunicación Social del IFE.
efrengg@hotmail.com
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