Quisieron adoptar el lema perredista: “Juntos podemos más”, pero les ha resultado absolutamente contrario. El drama “El equipo” ha sido vapuleado en casi todos los medios. Incluso las plumas de don Genaro, tan prestas a glorificarlo y señalar como amargados a sus críticos, están quietas y cavilando. No sólo fue La Jornada y Jenaro Villamil los que censuraron el asunto. Álvaro Cueva les ha dado dos zapes (Milenio Diario), diciendo que se trata de un infomercial. Alberto Aguirre, en El Economista, señaló: es un “spot gobiernista”. Y hasta en Impacto, periódico muy cercano a Los Pinos, dicen los que saben, comentaron que la Secretaría de Gobernación retiraría la serie. Bueno, incluso en El Mundo de España fueron muy ácidos con esa pretenciosa y nada interesante telenovela que no levanta en las preferencias. Claro, al inicio hubo apoyo en comerciales por parte del gobierno federal. No hay que descartar, por cierto, la demanda de la legisladora Leticia Quezada, por la colaboración en hombres, dinero y equipos de la Secretaría de Seguridad Pública al telemamón.
Está todavía en cartelera, pero se puede conseguir en infinidad de puestos piratas legalizados: “Dinero sucio” de Michel Ferguson. Se entrevista a una buena cantidad de banqueros y funcionarios públicos de Francia y Estados Unidos. Entre los segundos están Dominique Strauss- Kahn y la ministra francesa, posible relevo de éste en el Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde. A la manera de Michael Moore pero sin tanta ironía, se habla del inicio de la crisis económica que vivimos, y cómo el resultado de la misma es un mayor enriquecimiento de quienes causaron el crack y el empobrecimiento de muchas naciones. En una parte se dice que los banqueros tienen dos adicciones: la cocaína y el alquiler de prostitutas. Esto último lo afirma una madame que sabe nombres, pero las autoridades estadounidenses le piden mejor callar.
Pero estas dos noticias que son muy importantes palidecieron ante la revuelta en España, donde la tragedia económica se deja sentir especialmente entre los jóvenes. En varios números de El País se investigó acerca del asunto. Se ejemplificó cómo chavos con doctorado tenían que volar a otro lado por falta de oportunidades. Incluso en El País Semanal del 1 de mayo (número 1805), la portada dice “Trabajadores en vilo”. Pues no importando todo eso, los políticos no escucharon y se dedicaron a lo suyo: repartirse el jugoso pastel.
Ya Pérez Reverte había escrito sobre lo repulsivo que son los grillos. Pero ahora la consigna de los muchachos, de izquierda, centro y derecha es contra todos los “polacos”. Una cartulina lo dice todo “No soy antisistema. El sistema es anti-yo”. Las decenas de miles que participan tienen tres puntos. “Reforma de la ley electoral”, “Verdadera separación de poderes” y “Regeneración política”. Las redes están al máximo. Luego de la revolución del Jazmín llegó la del Vino tinto. Quizá México luego del 10 de junio se hermane con otros, aunque ahora el grito común en todas partes es: ¡Basta ya!.