Siempre he sostenido que los videojuegos llegarán a ser un medio de entretenimiento tan importante como el cine. Aunque mis esperanzas están lejos de cumplirse, podemos ver que el tópico del erotismo parece sostener un diálogo entre estos dos medios.
Los temas y alusiones sexuales en los videojuegos existen desde el principio, con el Atari 3600. Una pequeña compañía que se dedicaba a crear juegos “pornográficos” en 8 bits lanzó al mercado Custer´s revenge, un juego basado en la historia de Estados Unidos. La misión del jugador era ir del lado izquierdo al lado derecho de la pantalla esquivando las flechas que caían desde arriba para violar a una india americana. El juego no tuvo éxito y no se hicieron muchas copias.
De ahí en adelante el erotismo y la provocación han encabezado variedad de títulos que prometen una estimulante experiencia. Como ejemplo, la serie Grand Theft Auto tiene impresa la imagen de una mujer en una posición que invita a poseerla. Existe una forma de hackear el juego para desbloquear un minijuego en el que el personaje principal tiene sexo con mujeres. Otros ejemplos en este tenor son los juegos Dead or Alive, Leisure Suit Larry, Bonetown y Soul Calibur 4.
El más singular, por su forma de usar el erotismo, quizá sea Dead or Alive. Este juego es originalmente del géne ro de peleas y posee gran variedad de personajes, tanto hombres como mujeres, pero son ellas las que destacan por tener, digamos, grandes atributos. Fue tal la atracción de los jugadores hacia las chicas virtuales de este título que se lanzaron dos juegos sobre ellas. En el segundo de éstos -que se esconde bajo la excusa de ser una colección de minijuegos en la playa- hay un modo en el que puedes escoger a tu chica favorita y verla interpretando un baile erótico virtual. Es necesario decir que la física de este juego fue diseñada para que los pechos de las muchachas tuvieran el mayor movimiento posible ante cualquier evento (saltos, caídas y demás).
Finalmente, podemos rastrear los videojuegos eróticos hacia la central mundial del medio: Japón. Es ahí donde existe un género completamente inexistente en la sociedad occidental conocido como Eroge o Galge, en el que todos tus esfuerzos como operador están concentrados en conquistar una chica para tener sexo con ella. Estos juegos son la última fantasía de los que buscan placer en un videojuego. No hay enemigos, no hay diferentes mundos, no puedes saltar, correr o moverte en distintas direcciones. Hay varias chicas para escoger, y casi siempre cubren una necesidad cliché. Los tipos de chicas incluyen la amiga de la infancia, la maestra con grandes senos, la chica fácil, la muchachita mucho más joven que el protagonista, entre otros. El principal mercado de estos juegos se encuentra en los asistentes a las convenciones de Anime, Manga (animaciones y cómics japoneses, respectivamente) y juegos de cartas en general, y reúnen más dinero que el famoso negocio de los idols en Japón.
En el Eroge vemos la eliminación de todos los elementos que hacen a un juego entretenido, por ofrecer una experiencia que mantiene al usuario concentrado en lo erótico. Por esto, la vivencia es increíblemente estimulante para aquellos que no gozan de relaciones en el mundo real o que desean tener el control sobre una relación. Lo más importante de estos juegos es el hecho de que puedes revivir la experiencia las veces que quieras sin la molesta tramitología de ascender niveles. Se tiene la oportunidad de lidiar con adorables chicas programadas para responder satisfactoriamente. Este tipo de control hace que el usuario sienta el poder absoluto, algo difícil de conseguir en una relación sin romper un par de leyes e ir a la cárcel. Por último, los cuerpos son una invitación irrenunciable: pechos que desafían las leyes de la gravedad, traseros imposibles sin la ayuda del silicón, piernas esculturales y caras angelicales, inocentes o extremadamente sensuales.
En los videojuegos eróticos vemos la evolución de la pornografía, así como vemos la evolución del cine en los videojuegos. Hablamos de una película donde puedes elegir a tu chica, manipular lo que hace y hasta cómo lo hace. Lo sabemos, el erotismo es una catapulta de ventas. Haz un videojuego con un muchacho y una espada y tendrás buenas ventas. Haz el mismo videojuego pero reemplaza al muchacho con una mujer de 30 años, con buen busto y piernas envidiables, y tendrás ventas impresionantes.