Como bien saben algunos, Mario Plutarco Marín Torres, entonces gobernador de Puebla, me demandó por 500 mil pesos al considerar que artículos míos le causaban daño moral a su imagen, honra y nombre (sic alargado y espantado).
La causa se fincó el 16 de noviembre de 2010 en el Tribunal Superior de Justicia del DF; el asunto se admitió el 30 de noviembre del año citado. Y el 9 de febrero de este año hubo una audiencia a la cual no acudió Plutarco, el del antiguo lunar en la frente. Pero el juez Julián Enríquez Escobedo notificó el 10 de noviembre de 2011 que la parte acusadora no acredita que “con dichas publicaciones se hubiera tipificado un hecho ilícito que hubiera causado daño moral, cuya reparación se pretende”. En términos latos, no procede y se rechaza la demanda.
Pero además, Marín “tampoco acreditó la afectación o la alteración a los sentimientos, afectos, creencias, decoro, honor, reputación, vida privada, configuración y aspectos físicos, o bien en la consideración que de sí mismo tienen los demás” (saludos, Lydia Cacho). Y que las publicaciones no lo perjudicaron a su familia ni a otras personas.
Asimismo que el citado Plutarco “invocó la Ley de Responsabilidad Civil para la Protección del Derecho a la Vida Privada, el Honor y la Propia Imagen en el Distrito Federal, legislación que no le es aplicable al actor Mario Plutarco Marín Torres, envirtud de ser Gobernador del Estado de Puebla, y la citada Ley, únicamente es aplicable para las personas del Distrito Federal”.
En síntesis, ni siquiera supo qué hacía, lo importante era tratar de amedrentar periodistas, ya que durante seis años los compró a cualquier precio, especialmente en la entidad que desgobernó, con la complacencia de Felipe Calderón quien dijo como aspirante a la Silla del Águila (ojo, Peña Nieto), que sancionaría las tropelías del poblano y acudió en repetidas ocasiones a inaugurar obras de escenografía, pues nunca funcionaron (los hospitales para el seguro popular, por ejemplo).
En resumen: se “deberá declarar improcedente la acción intentada por el actor MARIO PLUTARCO MARÍN TORRES”.
Pero hete aquí que mi abogado, el eminente Mariano Albor, con mi consentimiento, contrademandó el pasado 24 de noviembre.
En su escrito señala: “De manera expresa, la norma procesal establece, como sanción al litigante frívolo, el pago de los gastos y las costas que cause a quien por su causa ha sido llamado a juicio para reclamar la suma determinada”.
Y añade: “La temeridad y mala fe de Marín Torres, al iniciar y tramitar este procedimiento que dio lugar a que yo (JM) erogara sumas de dinero para enfrentarlo, no es una apreciación subjetiva sino un razonamiento expuesto por el propio juzgador. No es el caso ni el momento para criticar las deficiencias gramaticales y técnicas del fallo”.
Es decir, queremos sentar un precedente para que los arbitrarios, poderosos y mal encarados no pueden hacer lo que les venga en gana y seguir en la vida como si nada, aún más, tratando de conseguir fuero por medio de una senaduría, en el caso de Marín.
Agrega mi abogado junto con don José Luis Carbajal: “El señor Mario Plutarco Marín Torres es un justificable temerario, también es un litigante frívolo. Acudió a los órganos jurisdiccionales del Distrito Federal sin tener derecho para ello e invocó causas y razones jurídicas de manera temeraria y frívola”.
Citan los especialistas incluso algunas sentencias de la SCJN donde se basan para hacer las consideraciones que expresan. Como seguramente quedó claro, por eso se transcribieron una serie de consideraciones y precisiones de forma puntual, nosotros ahora estamos al ataque luego de sortear, por un buen manejo jurídico, las torpezas y alevosías de un individuo desacreditado hace tiempo, pero el cual mantenía con mano de hierro el poder.
Curioso, una buena cantidad de sus antiguos subordinados ahora le da la espalda; clásico de los políticos agachones. Mientras que otros quienes dijeron lo combatirían por sus abusos, hoy no mueven un dedo para castigar sus fechorías: Rafael Moreno Valle.
De nuestra parte, seguiremos en la lucha no para obtener dinero sino para hacer patente que no debe haber impunidad.
Gracias a Marco Levario por la solidaridad.