¿Dónde estudiaste?
Estudié en el Williams, luego la carrera en la UNAM, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, y la maestría en la Universidad Anáhuac del Sur. Así que mira tú los contrastes, interesantísimo.
¿Qué te pone nerviosa?
Me pone nerviosa equivocarme, no tener una respuesta adecuada, inmediata, suficiente.
¿Te gustaría participar en Tercer Grado?
Sí, claro.
¿Qué te seduce de un hombre?
Uf! Pues, el humor como prioridad, que me divierta, que sea simpático; también la inteligencia, tener una conversación profunda de la que aprenda, que le encante la vida, que sea inquieto, que sea curioso.
¿A qué equipo le vas?
A los Pumas.
¿Qué periódicos lees?
Todos. La verdad es que hay columnas que tienes que leer de uno y de otro. Los leo en la computadora, gran parte de ellos, pero de cualquier forma sigo disfrutando del papel.
¿Y de mancharte los dedos de tinta?
Sí, en ese sentido soy muy nostálgica.
¿No estás muy joven para tener nostalgias ya?
No tanto, no creas. ¿Será que empecé muy chavita?
Yo creo que más bien es una actitud, me gusta lo antiguo, me gustan las películas de época, conversar con gente mayor, los carros antiguos.
¿Cuál fue el último libro que leíste?
Los brujos del poder, de José Gil Olmos, que es un reportero de Proceso, buenísimo. Él recibió mucha información en torno a todas las creencias y supersticiones de algunos políticos destacados, finalmente publicó los casos que pudo documentar. Y bueno, desde el espiritismo de Madero hasta el toloache de Marta Sahagún y unas cosas impresionantes que fue a hacer a África Elba Esther Gordillo con un león de por medio, muy impresionante. Me gustó mucho. Ahora estoy en medio de Entre el poder y el delirio, de Enrique Krauze.
¿Ya leíste La voluntad y la fortuna?
No.
En tu carrera periodística, ¿cuál ha sido la nota que más te ha impactado dar?
No recuerdo una nota en especí f ico. Fue muy impresionante dar la del avión que cayó en las Lomas de Chapultepec, porque además estaba en radio desde las seis de la tarde, estaba haciendo el espacio de Loret de Mola, él estaba en tele porque había elecciones en Estados Unidos. Me siguen impresionando, por fortuna no me he acostumbrado, las notas en torno a ejecutados, cada vez de manera más terrorífica. Pero lo que de verdad me duele, me angustia, es cuando tiene que ver con abusos a niños.
¿Qué es lo que más te gusta de saliren televisión?
Pues mira, me gusta en sí informar, más allá del medio. Me gusta hacerlo en vivo, es una adrenalina
como muy atractiva, incluso muy adictiva. Y de la tele en específico, creo que sí te permite otras maneras de conectarte, muy diferentes, a las de radio que, la verdad, me gusta mucho más, pero la tele es muy atractiva, se puede jugar con la gesticulación y el lenguaje corporal; es algo de lo que he ido aprendiendo, porque en tele tengo mucho menos tiempo, y he ido aprendiendo a disfrutar.
¿Anunciarías un producto milagro?
No. Salvo que me haya hecho el milagro a mí (risas).
¿Cuál ha sido tu peor equivocación a cuadro?
Vamos a ver, porque esas como que las edito (risas). Cuando me equivoco me reclamo mucho. Pero, no recuerdo alguna, la verdad es que obviamente he cometido errores, pero no me viene a la mente alguno en especial.
¿Eres muy reventada?
No. Me gusta mucho bailar, pero por los horarios de trabajo que he tenido casi siempre no me pued considerar reventada. En toda mi vida laboral he tenido horarios de madrugada, entonces, si te despiertas a las cuatro no te puedes dormir más allá de las 11. Pero sí me gusta mucho la fiesta.
¿Cómo conquistas a un hombre?
La verdad es que no lo planeo, no tengo una estrategia. Siendo yo,¿no?, siendo auténtica. Bueno, si me gusta mucho mucho, entonces sí procuro poner atención a qué detalles le gustan para tender puentes, encontrando la afinidad, pero sin ser falsa.
¿Cuándo navegas por Internet , qué páginas frecuentas?
Normalmente páginas de información, los portales de los periódicos o de agencias informativas. Pero me gustan mucho las páginas de bienes inmuebles. Raro, ¿no? Estuve un tiempo buscando departamento y la verdad es que lo disfruto, ver cómo se mueve el mercado. No es algo que haga cada martes sino de repente se me atraviesa y me da curiosidad, ah mira, en aquella playa qué tal, cuánto costará un departamento en aquella ciudad porque además te da también un termómetro de qué tan cara es la vida, no sé, en Barcelona o en Dubai.
¿Qué querías ser cuando eras niña?
Sabía que quería comunicar, quería tener un micrófono en las manos. Cuando era muy chiquita y todavía no entendía el tema de qué había que estudiar y por dónde era el camino para llegar a ser periodista, sí sabía que quería un micrófono para decir cosas que se escucharan, entonces quería trabajar en el súper porque era el único micrófono que veía (risas), para decir: “Favor de no sé qué, en departamento de blancos” (risas) o si no en el avión para decir: “abrochese los cinturones y no sé permite fumar”.
¿Eres muy vanidosa?
Fíjate que no tanto, la tele te exige un poco, te exige cuidarte. Pero, por ejemplo, el deporte me gusta, porque es algo que disfruto, no lo hago pensando en cuidar la línea. No soy tan vanidosa: si no tengo que estar arreglada por un tema de televisión o de trabajo yo puedo estar al natural, la verdad es que soy bastante silvestre, o sea el pelo se queda al natural, no me maquillo casi nada.
Pero eres muy guapa…;
¡Ay!, eres muy amable, (risas). Claro, ya que (las maquillistas de Televisa) me untaron hasta cajeta de Celaya, pues sí.
¿Cuánto tiempo tardas en arreglarte?
Poquitito, para un día sin televisión 20 minutos incluyendo el baño.
¿Cuál es tu serie de televisión favorita?
No veo tanta tele, hay algunas que vi algún capitulo, porque se convirtieron en referencia (como) Sex and the City. Me río mucho con Friends.
¿Qué cosa no te gusta de tu trabajo?
Es que me gusta prácticamente todo; cuando tengo horarios de estos infames de que te levantas antes que las aves, no me gusta despertarme. Eso sí, igual me despierto y voy, ¿no?, pero bajo protesta (risas).
¿Posarías desnuda para una revista de caballeros?
No. Ya me lo ofrecieron y lo rechacé.
¿Por qué?
No me sentiría cómoda quitándome la ropa enfrente de no sé quién, ni me siento tampoco ni guapísima ni con el cuerpazo como para andarlo compartiendo masivamente. La verdad es que no soy un símbolo sexual (risas).
¿Trabajarías en TV Azteca?
¡Mujer! La verdad es que estoy muy contenta en Televisa, así que no me planteo nada.
¿Te gustaría escribir una columna en un periódico?
Sí.
¿Lloras con facilidad?
Sí.
¿Perdonarías una infidelidad?
Sí.
¿Qué te falta en tu carrera?
¡Uy!, muchísimo, vaya, muchas entrevistas, explorar otros formatos en radio y sobre todo en televisión, cubrir más eventos de toda índole, fuera de esta ciudad y del país.
¿Y en tu vida?
¡No!, en mi vida no hace falta nada, ya no le eches más (risas). La verdad es un momento muy completo, de mucho equilibrio. Y de cosas nuevas para las que me he ido preparando con cuidado y con tiempo.