En marzo informamos que un puesto clave en el IMER, la Dirección de Radiodifusoras, es ocupado por alguien que carece del conocimiento y la experiencia necesarias. Esto lo afirmamos luego de revisar el currículo de Arturo Mendoza Toraya quien, hasta antes de su actual responsabilidad, fue secretario particular (2002-2004) de Héctor Villarreal Ordóñez ahora director general del IMER y director de Control de Gestión y Estadística de la Coordinación de Radio y Televisión de Comunicación Social en la Presidencia de la República (2005-2006), también bajo las órdenes de Villarreal.
Convencidos de que esto es una anomalía inadmisible, en particular para la gestión de los medios oficiales, a través de Luis Torres Albarrán, reportero de etcétera, solicitamos una entrevista a Mendoza Toraya. El funcionario pidió que le enviáramos el cuestionario por correo electrónico y ofreció responder por esa vía. No aceptamos, por supuesto, y le planteamos tres temas a tratar en una plática directa, desde donde desarrollaríamos las preguntas: 1) su formación académica y su experiencia profesional relacionadas con el ámbito de la radiodifusión; 2) su balance general del estado actual de su gestión como Director de Radiodifusoras del IMER, y 3) sus principales proyectos a desarrollar al frente de tal encomienda. Diez días después, el 26 de marzo, esto fue lo que contestó Mendoza Toraya:
Señor Torres:
Recibí sus preguntas y agradezco su interés en mi persona y sobre todo en el IMER. Al respecto le comento que la información acerca de la actuación del Instituto y de los servidores públicos que aquí laboramos, es del conocimiento público en las propias emisiones radiofónicas y por supuesto, en cumplimiento de las normas vigentes en materia de transparencia.
Reitero mi agradecimiento a su invitación, pero no deseo hacer comentarios ni conceder una entrevista.
Reciba un saludo.
Arturo Mendoza.
Ésta fue nuestra respuesta:
México, DF, 27 de marzo de 2008.
Lic. Arturo Mendoza Toraya
Dir. de Radiodifusoras
Instituto Mexicano de la Radio
Presente
No tiene que agradecer nuestro interés en el IMER que, para ser francos, nos preocupa lo mismo que todos los medios oficiales en México, o sea, mucho: eso consta en cada edición de etcétera. Tampoco tiene que agradecer, en particular, nuestro interés en su persona, ya que éste se limita a aspectos relacionados exclusivamente con su perfil profesional y su capacidad para desarrollar el cargo que ocupa en el IMER. Por eso insistimos en nuestra solicitud de entrevista y le remitimos los temas generales a tratar en conversación directa. Por cierto, ni a usted ni a nadie le enviamos las preguntas de ninguna entrevista para su conocimiento previo: nos parece una evidente falta de ética proponerlo, cuánto más ceder a una solicitud de tal naturaleza, como la que usted nos hizo.
Respecto de su respuesta, aseguramos que usted falta a la verdad cuando afirma que la información que solicitamos es del conocimiento público, dadas las propias emisiones radiofónicas del instituto. Y no nos referimos a sus bajísimos niveles de audiencia que podría hacernos dudar sobre el carácter público del asunto, no. Nos referimos a que ni usted ni cualquier otro funcionario del IMER han dicho en programa alguno cuál es el balance de su gestión ni cuáles son sus principales proyectos a desarrollar. En todo caso, pensamos que no sería mala idea que a cualquiera de quienes integramos la Redacción de etcétera se nos invitara para, desde los micrófonos del IMER, entrevistarle a usted y, así, su audiencia pudiera juzgar sus respuestas, sin que éstas derivaran de cuestionarios a modo, diseñados para recoger aplausos.
En etcétera asumimos la responsabilidad de que las afirmaciones que hacemos tengan la réplica correspondiente y por eso le solicitamos la entrevista. También sabemos que usted tiene el derecho de aceptar o no. Por nuestra parte, creemos que con su negativa se confirma su falta de capacidad para desarrollar el cargo que tiene y, claro, teme exhibirse. También creemos que es usted un beneficiario más de la forma arbitraria en como se forman los equipos en diversas dependencias públicas: con base en prebendas que premian la lealtad, en su caso, gracias a su trayectoria como secretario particular del director general del IMER, aun con el total desconocimiento profesional que tiene sobre la radiodifusión en México. Qué lástima.
Saludos.
Luis Torres Albarrán.
Arturo Mendoza no es el único caso
Otra instancia central es la Dirección de Producción del IMER, que desde 2007 está a cargo de Javier Arath Cortés Javier, cuya experiencia laboral tampoco se sitúa en el ámbito de la radiodifusión. También subalterno de Héctor Villarreal cuando éste condujo la RTC (2003-2005), Cortés Javier es experto en cinematografía, tema en el que ha cifrado casi toda su actividad profesional tanto en el Conaculta como en la Cineteca Nacional, entre otros lados. Actualmente, además, como profesor de la UNAM imparte cine. Pero nunca había tenido tareas que tuvieran que ver con la responsabilidad que actualmente desarrolla. Seguramente las ha ido aprendiendo al paso del tiempo, con cargo al erario, es decir, a nuestros impuestos, y con el cobijo de las prácticas políticas que tanto han lastimado al país.