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miércoles 09 octubre 2024

¿Qué sigue?

por Roberto García Requena

En las últimas semanas ocurrieron dos eventos en el sector de las telecomunicaciones que sin lugar a duda van a influir en el entorno y composición de los mercados, así como en el comportamiento estratégico de sus actores. En primer lugar, la compra del 50% de las acciones de la empresa Iusacell de Grupo Salinas por parte de Televisa, y en segundo lugar, la imposición de una multa (seguramente jamás aplicable) que la Comisión Federal de Competencia (Cofeco) resolvió en contra de Telcel por prácticas monopólicas.

Las dos acciones, la primera una operación entre particulares, y la segunda del orden público, son noticias que inciden en el status quo del sector, y que por lo mismo vale la pena entrar en su análisis y discusión.

Alianza Televisa-Iusacell

Grupo Televisa desembolsó mil 600 millones de dólares por el 50% de Iusacell para lograr una sociedad y entrar de lleno al mercado de la telefonía móvil en México. La intención de Televisa de participar en este mercado no es nueva y se hizo patente desde que esta empresa participó en asociación con Nextel para obtener espectro radioeléctrico en la banda de 1.7 Ghz en la pasada licitación 21. Posteriormente, esta alianza se disolvió en razón de la alta litigiosidad y debilidad jurídica de las autoridades para defender los resultados de dicha licitación.

Ahora bien, esta negociación entre Televisa y Iusacell viene a modificar los equilibrios (más bien desequilibrios) del mercado de la telefonía móvil en México por varias razones. En primer lugar, Iusacell tiene concesionados 56 megahertz de espectro en las nueve regiones en que está dividido el país, y sólo tiene el 4% de los usuarios a nivel nacional (3.9 millones). El operador dominante, Telcel, abarca el 70% del mercado (64 millones de usuarios) y tiene alrededor de 70 megahertz concesionados, también a nivel nacional.

Sin embargo, a pesar de que Telcel tiene 18 veces más suscriptores que Iusacell, la diferencia que existe en megahertz concesionados entre estas dos empresas no es tan significativa. Esto quiere decir que con la cantidad de espectro que tiene Iusacell, este operador tiene el potencial de crecer al tamaño de Telcel en términos de usuarios y competir mano a mano con esta empresa. Por si fuera poco, Iusacell cuenta con una red recién modernizada y tecnológicamente más avanzada que la de Telcel. Por otro lado, también habrá que ver cómo se comportan en el corto plazo los otros dos competidores de telefonía móvil, Telefónica y Nextel, para acrecentar su posición de mercado.

El hecho de que Televisa se asocie con Iusacell, representa una bocanada de recursos frescos que presumiblemente se destinarán al crecimiento y desarrollo de más infraestructura. Esto aunado a la importancia de contar con el apoyo de las pantallas de televisión de ambas televisoras para posicionar una buena estrategia de mercadotecnia a nivel nacional, al tiempo de la negativa de las empresas de Grupo Carso, entre ellas Telcel, para anunciarse y promoverse en la televisión abierta.

Esta alianza entre Televisa y Iusacell representa un enorme reto para estas empresas por las desproporciones de mercado existentes que ya se comentaron, así como por la regulación, hasta ahora fallida, para controlar al grandote. Sin embargo, dicha alianza puede representar la consolidación de un operador más fuerte como un competidor serio en la oferta de servicios móviles y venir a reconfigurar el mercado. Ahora bien, la sinergia entre Televisa y Iusacell no puede ser una acción aislada que rinda frutos en términos de generar competencia por sí misma.

En los hechos se tiene que aplicar por parte de las autoridades una regulación efectiva que reconozca las distorsiones que existen el día de hoy y que le dé un trato asimétrico al dominante, como ha sucedido en otros países en donde se imponen condiciones específicas a los operadores con poder sustancial en algún determinado mercado. Sin castigarlos, sólo en una lógica de promover un entorno de competencia en beneficio de los usuarios.

Si esto se cumple, en el mediano plazo podría significar que por primera vez empecemos a observar un México más competitivo en el mercado de servicios móviles. ¿Y qué sucede cuando hay competencia? Pues que los mayores beneficiados seremos los 91 millones de usuarios de celulares, al contar con una mayor diversidad de servicios, con una mejor calidad, y sobre todo, a precios más asequibles para nuestros bolsillos.

Aventuremos una predicción para el año 2015, asumiendo que ya no entra un nuevo operador al mercado de servicios móviles: 1) Telefónica crece del 22% del mercado que actualmente ostenta al 30%; 2) Televisa-Iusacell crecen su participación del 4% al 15%; 3) Nextel crece también del 4% al 15%; 4) Telcel se queda con 40%.

Aún con esta distribución hipotética, se le tendría que seguir aplicando reglas específicas al dominante. En Inglaterra a cualquier operador que concentra alrededor del 25% o más del mercado se le regula asimétricamente con reglas muy concretas y específicas para controlar su instinto de comportarse de manera anticompetitiva.

Sanción a Telcel

Dicho lo anterior, el pasado 15 de abril se hizo pública la imposición de una multa de 11 mil 989 millones de pesos por parte de la Cofeco a la empresa Telcel por prácticas monopólicas en el mercado de terminación de llamadas, o lo que comúnmente se conoce como interconexión. Llama la atención que un proceso de investigación que inició la Cofeco desde el año 2006 se resuelva hasta este momento, y con una sanción sin precedentes en el sector de las telecomunicaciones en México. ¿Será una primera señal de los reguladores que vislumbre establecer una rectoría en esta industria que últimamente se ha caracterizado por el enfrentamiento entre operadores, particularmente entre Telmex-Telcel y las dos televisoras?

Telcel va a combatir legalmente esta decisión y seguramente tardaremos varios meses, incluso hasta años, en conocer si la sanción se aplicará efectivamente o no. De no ejecutarse, que es lo más probable por la debilidad legal de la resolución que contó únicamente con dos votos a favor de cinco del Pleno de la Cofeco (Eduardo Pérez Motta ejerció voto de calidad como Presidente, dos comisionados votaron en contra y uno se excusó), una vez más se repetirá la historia en la que las intenciones regulatorias de la Cofeco para controlar al dominante quedarán sólo en buenos deseos. Sin embargo, que el regulador de la competencia se haya pronunciado de esta manera, hace manifiesto que sí existe un problema en la interconexión de Telcel con los demás operadores del país, particularmente en el precio de la misma.

Aún cuando la sanción impuesta por la Cofeco es una noticia alentadora en cuanto a que las autoridades correspondientes están tomando acciones para equilibrar las condiciones en los mercados, la realidad es que no ha existido una política regulatoria exitosa para controlar las conductas de los operadores con poder sustancial. La Ley Federal de Telecomunicaciones (LFT) data de 1995 y su objetivo, entre otros, es fomentar una sana competencia entre los diferentes prestadores de servicios de telecomunicaciones.

A 16 años de la promulgación de la LFT, el resultado es que en México no se ha podido consolidar un modelo de competencia efectiva. No basta con multar al operador que incurre en prácticas anticompetitivas, sino que necesariamente se le tiene que aplicar una regulación diferenciada que contenga su poder en los distintos mercados. La sanción es correctiva y seguramente Telcel pensará dos veces, hasta tres, antes de incurrir en otra conducta similar. Ahora bien, el punto es que se tiene que aplicar, a la brevedad, una regulación preventiva que impida que, en principio, las prácticas ocurran.

Habrá que estar muy pendientes de lo que acontece en el sector telecomunicaciones en los meses venideros. El pleito entre concesionarios no tiene precedentes y cada empresa lucha por su sobrevivencia en un entorno tecnológicamente convergente. Lo que haga o deje de hacer el gobierno también será decisivo para entender el reacomodo que vaya a tener esta industria. ¿Dónde está la Secretaría de Comunicaciones y Transportes? ¿Y la Comisión Federal de Telecomunicaciones? Hasta ahora no han dicho esta boca es mía. ¿O de plano será que están esperando una instrucción desde Los Pinos ahora que ya se avecinan tiempos electorales?

Por lo pronto, cada quién se arma y se atrinchera. Estaremos atentos.

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