¿Por qué fracasó otra vez la reforma a la ley de radiodifusión y telecomunicaciónes? ¿Qué debemos aprender de ello?
Estas fueron las preguntas que etcétera planteó a varios especialistas en la materia, periodistas y académicos, después de que el 27 de abril se supiera que el gobierno federal y el PAN desistieron de su compromiso para emprender los cambios normativos que requiere esa industria.
Clara Luz Álvarez: Ir de menos a más
“Sería bueno que empezáramos de menos a más. Esta iniciativa del diputado Corral, que tiene sus virtudes y también sus defectos, es una reforma de tal magnitud que era imposible aprobarla en lo que restaba de periodo ordinario. ¿Por qué ir de menos a más?. Si empezáramos fortaleciendo verdaderamente a la Cofetel, no se necesitaría una reforma de tal envergadura, sino reformas a artículos concretos de la Ley Federal de Telecomunicaciones que verdaderamente le otorgaran autonomía. Incluso, la iniciativa del diputado Corral, no la dotaba de autonomía sino, al contrario, le restaba facultades de las que ya gozaba Cofetel.
Otro aspecto que yo sugeriría tiene relación con las posiciones más encontradas y uno de los debates más acalorados: están los que dicen ‘la Suprema Corte dijo blanco’ y otros dicen ‘la Suprema Corte dijo negro’. Entonces hay posiciones irreconciliables. Ahí lo que procedería sería que el Legislativo y el Ejecutivo pidieran una opinión a la Corte para ventilar cuál es la posición de ésta en el caso concreto para prorrogar concesiones de radio y televisión abierta. En la discusión de la Ley Televisa, la Corte lo que analizó fue un refrendo automático y perpetuo. Es decir, se pronunció la Suprema Corte sobre un artículo pero de las reformas de 2006 a la Ley de Radio y Televisión. Aquí el punto es qué es lo que opina la Corte, no de un artículo específico, sino qué opinaría sobre el tema de la renovación de concesiones: ¿necesariamente tendrían que pasar por licitación? ¿Cuáles serían los aspectos que la Corte consideraría para hacer una prórroga?
El ‘todo o nada’ nos va a llevar a la nada”.
Experta en Telecomunicaciones.
José Buendía: El Ejecutivo nunca estuvo comprometido
“Es frustrante que, una vez más, la falta de consenso no permita ver un horizonte claro que defina el modelo de telecomunicaciones en el país en los próximos 5 ó 10 años.
En el caso del gobierno federal, pareciera que este acercamiento que pudiera tener el PRI con los medios de comunicación no le pareció un asunto políticamente correcto ni acorde con su estrategia, y entonces presentó una iniciativa que era muchísimo más amplia y ambiciosa que la que había presentado Sotelo -la cual no había apoyado en diciembre, en su momento- que sirvió para impedir que ninguno de los esfuerzos avanzara.
Da la impresión de que el Ejecutivo nunca estuvo comprometido con una real reforma de telecomunicaciones y radiodifusión, y el movimiento, la presentación de la iniciativa que llevaron Gustavo Madero y Corral al Congreso, tendría como propósito, pues más bien, impedir que la reforma de Sotelo saliera adelante.
La posición de los medios de comunicación respecto a la reforma ha sido bastante clara: parece que no están demasiado interesados en ella o solamente están interesados en algunos puntos específicos como el asunto de la ratificación de las concesiones.
En el caso de quienes han impulsado reformas integrales o democratizaciones amplias de los medios de comunicación, me parece que la causa es justa, me parece que es correcto el interés que persiguen de querer eliminar o por lo menos atenuar la concentración del mercado que hay en telecomunicaciones y radiodifusión, pero en este caso creo formaron -incluso sin saberloparte de jugadas tanto de los partidos como del gobierno para utilizar la amenaza de la reforma integral para impedir que se pudiera sacar adelante una reforma de medios como se había prometido”.
Periodista
Mario Campos: Es lamentable esta parálisis.
“El conflicto político tiene paralizado al país. El cálculo político lo tiene paralizado. Ojalá y el único atraso fuera el de la ley de medios, pero hay que entenderlo como parte de la gran decepción que ha sido la actual legislatura.
Sin duda, en este caso, tenemos dos posiciones claramente distintas en algunos puntos especialmente delicados, como el tema de la adjudicación o del refrendo de las concesiones, del tipo de sistema mediático que queremos, con cuántos jugadores y qué facilidades hay para la entrada de nuevos jugadores.
El problema no es que existan diferentes visiones, es normal en toda la sociedad. Me parece también normal que todos los actores tengan sus diferentes puntos de vista. Lo que me parece lamentable es que en el cálculo de lucrar con las diferentes agendas involucradas, pues el resultado sea esta parálisis que acabamos de ver.
Si bien es uno de los temas que más afecta a la población, ninguna de las dos visiones ha logrado persuadir al resto de la sociedad sobre cuál es la reforma necesaria y qué es lo que está en juego. Si tomamos conciencia de la trascendencia que tiene este tema, y se buscarían las formas de involucrar a la población.
Si bien es cierto que los procesos electorales en las cámaras complican, porsupuesto, la construcción de acuerdos, pero no hay de otra, eso es lo que hay y, por lo tanto, creo que hay que generar las presiones suficientes para que, aun con todo lo que está en juego -siempre va a haber cosas en juego-, los actores terminen asumiendo los costos de aprobar una reforma en materia de telecomunicaciones y de medios”.
Periodista. Conductor de Antena Radio.
José Carreño: Habrá que esperar
“Las propuestas que estaban a discusión muy difícilmente podrían alcanzar, ya no digamos un consenso, sino una mayoría funcional para sacar adelante una ley.
En el dictamen de Sotelo apoyado por el PRI, había algunos asuntos restringidos, y uno solo que tiene qué ver con la prórroga de las concesiones, de frecuencias de radio sobre todo. Parecía, también, una salida práctica a este problema en que se ha estancado la solución de prácticamente decenas o centenas de frecuencias que están en espera de la prórroga por la falta de normas claras. Pero que tenía, a mi modo de ver, el rasgo excesivo de darle a todo aquel que tenga una frecuencia de AM, en automático, una FM.
La otra iniciativa, la del PAN, que apoyaron grupos de académicos y algunos comunicadores, incluyendo, también, algunos perredistas de la Cámara de Diputados, era una iniciativa de un partido de un gobierno que pragmáticamente quería regresar al Ejecutivo las facultades de otorgamiento, prórrogas, cancelación de concesiones, con la desaparición del único órgano que se ha creado y mantiene alguna distancia con el Ejecutivo.
Habrá que esperar a que haya propuestas más serias y acuerdos posibles entre los legisladores para terminar de cumpl i r es ta as ignatura pendient e de modernizar, de actualizar la legislación mexicana en materia de medios.
En el caso de la iniciativa de PAN, hay algunas propuestas interesantes relacionadas con radios comunitarias, los avances para hacer más explícita la situación de la radio pública que valdría la pena explorar. Y en el caso del dictamen al que se llegó en el Senado con el PRD y una parte de PRI, yo creo que allí es muy lamentable que no sepueda resolver el problema de los radiodifusores que viven en la incertidumbre jurídica”.
Analista.
Mejía Barquera: El gobierno teme
“(Veo), por parte del gobierno, una actitud temerosa. Sigue existiendo esta relación gobierno- oncesionarios, en la que el primero toma medidas legislativas de acuerdo a la tensión que ejercen los grandes consorcios. En los últimos años, el único momento en que la llamada clase política ha mostrado una actitud definida frente a los medios fue en 2007 con la reforma electoral. Fuera de eso, gobierno y políticos, en su mayoría, siguen estando subordinados a los medios.
En este episodio, los partidos jugaron un papel lamentable. Primero decían una cosa, que apoyaban la llamada reforma integral, es el caso del PAN, y después que siempre no. Esto confirma que no se ha avanzado en una relación democrática entre gobiernos y concesionarios. El gobierno sigue siendo demasiado sensible a las presiones de los grandes consorcios.
Cada vez confirmo más la hipótesis del poder de los grandes consorcios, no necesariamente en la línea de esto que los ha llamado los poderes fácticos, sino más bien la idea de que existe un bloque en el poder en el que estarían involucrados, en una relación compleja, tanto los grandes consorcios de los medios electrónicos y ahora de las telecomunicaciones, como la llamada clase política, sin importar tanto qué partido está en el poder. Esto para mantender una relación casi simbiótica, en el que el gobierno otorga un trato muy favorable a los grandes consorcios a través de medidas legislativas.
Esta situación conviene a los dos -lo he dicho desde hace muchos años y no ha cambiado mi punto de vista-, en la cual el gobierno otorga grandes beneficios a los concesionarios a cambio de un trato favorable, de buena prensa, a través de los medios”.
Analista de medios
Ernesto Piedras: La voz gubernamental es la más pálida
“La tecnología avanza, los mercados avanzan y el marco que nos regula no se actualiza suficientemente.
Yo vi dos iniciativas muy diferenciadas una de la otra. Una con intentos muy integrales, muy cuestionables, pero era un cambio fuerte y la otra eran modificaciones. Y cuando escuché la versión de que se iban a unir ambas, me preocupó porque no es un ejercicio de copiar y pegar, es un ejercicio de diseño para impul sar mercados y generar alguna adopción tecnológica.
En esta ocasión, veo mejor que no se haya avanzado con ese bodrio que podría resultar, no basta con actualizar el marco legal; es importante actualizarlo para mejorarlo. Y yo no veía, sobre todo en la iniciativa grande, los elementos.
Ya estamos cansados de hacer propuestas porque no se ejecutan La industria ha hablado mucho. Desde la academia hemos aportado elementos. Desde las áreas de análisis, también. Curiosamente, la voz más obscura, más pálida, más baja en estos temas ha sido la voz gubernamental. Yo creo que ya es tiempo de apostarnos por una propuesta. Hoy parece una pugna de personajes, de instituciones, de grupos de poder.
Yo lo que sigo viendo son documentos y voces muy tímidas, en el mejor de los casos, de parte del gobierno federal. Veo un programa nacional del sector que no se ejecuta. Veo un plan nacional de desarrollo que se queda como un documento aspiracional, no de articulación para las acciones. Por eso es que digo que noto más tímida, pálida, nebulosa, la voz gubernamental en el campo de las telecomunicaciones.
“Hoy lo más importante es la aplicación efectiva de la regulación y que la gobernanza sea más eficiente”.
Especialista en telecomunicaciones
Javier Solórzano: El PAN no quiso
“Escuchando la voz de diversos actores llegué a la conclusión de que podía pa-sar algo. Y que ese algo podía por lo menos ir avanzando en dos asuntos: 1) la reforma integral, que si no se iba a aprobar por lo menos se podía mandar a comisiones después de ser aprobada en lo general en la Cámara de Senadores y, después de ello, mandarla a la Cámara de Diputados, y ésta no la iba a resolver, pero lo que podía pasar era que se discutiera de aquí a septiembre.
El PAN no quiso. A mí me soprende enormidades que Juan Bueno y César Nava hablen del tema cuando no saben ni qué dice el artículo 42 de la reforma. Ellos hablaban ayer con un conocimiento de causa que yo no entendí jamás. La Secretaría de Gobernación no quería, tenía dos discursos: uno que escuchamos y otro muy distinto el discurso que le dio a los concesionarios -‘aquí no hay manera, no se puede, no se puede’-. Y el Presidente hizo como si no pasara nada, como si él no estuviera enterado de nada.
A mí me parece que esto nació más con esperanza que con vida. Y yo creo que la esperanza fue la que nos llevó a pensar hasta el final que algo podía pasar. Y, que quede claro, yo pienso que lo que puede pasar, no necesariamente significa irse encima de Televisa y TV Azteca. Lo que creo es que el país no va a dar la vuelta de tuerca que se necesita si no hay una reforma a los medios de comunicación. No va a haber posibilidades de hacerlo, no va a haber posibilidades de que el país pueda estar en una estructura diferente a la que está ahora, mientras no haga eso.
Tendría que yo corroborarlo, no lo sé, pero visto a la distancia es evidente que ahí algo pasó que pudo haber sido estratégico por parte del gobierno y de Partido Acción Nacional,pudo haber sido hasta una trampa. Conste que digo ‘pudo’ haber sido hasta una trampa porque no lo tengo confirmado. Habrá que escuchar a Corral, pero al menos para Sotelo fue una tomadura de pelo. Yo, en lo personal, creo que tiene mucho de eso.
Ya a estas alturas lo que queda es la incertidumbre y me parece que no es una incertidumbre casual, es una incertidumbre muy bien fundada. Ojalá a alguien se le ocurra asumir el compromiso. Ojalá a alguien se le ocurra entender la importancia que tiene este asunto de medios de comunicación. Ojalá salga la conciencia, incluso, de los propios concesionarios porque ya a estas alturas cambiar la ley comienza a ser una forma de sobrevivir, como es el caso de las AM. Ojalá los medios públicos vuelvan a dar una batalla como las que han venido dando. Ojalá, como decía Silvio Rodríguez.
El ‘todo o nada no ha servido’. Si el país no se plantea reformas, aunque sea paso a paso, el país va a quedar congelado y va a estar muy confrontado, más de lo que está. No es lo que a mí me gustaría, pero tengo la impresión de que, una vez más, se demostró que la mejor manera para empezar a entrarle a ciertos temas va a ser como diría la vieja canción: paso a pasito”.
Periodista.
Ernesto Villanueva: Privó la lógica del todo o nada
“Lo que pasó es que no hubo un acuerdo básico en lo fundamental y al intentar sacar una reforma ideal, y, además, dotada de muchos elementos jurídicos cuestionables, que yo he señalado, pues esto generó un debate bastante polémico y, al final, lo que privó fue la lógica del ‘todo o nada’, donde ‘la nada’ ganó.
Por esta razón yo creo que debemos regresar al método de aproximaciones sucesivas, de ir de menos a más, y así es como creo que puede avanzar el país, de otra manera va a ser bastante difícil.
La reforma parcial (de Carlos Sotelo) era la única que tenía viabilidad, de tal suerte que al poner en la escena pública la iniciativa integral, pues digamos que lo que hizo fue elevarle los costos a la reforma parcial. Al final del día (…), los proponentes a la reforma integral ni siquiera ellos se mantuvieron hasta el final en sus propios intentos, lo cual hace pensar que hay elementos relacionados con una estrategia política de (buscar) que no saliera nada.
Una cosa que era viable (en el dictamen de Sotelo): la parte de medios públicos -que a mí me interesaba mucho- queda cancelada por esa lógica maximalista del ‘todo o nada’. Y algo en lo que sí pudimos haber avanzado con una ley especial en materia de medios públicos, pues se desperdició en esta oportunidad”.
Doctor en derecho y en comunicación.
Investigador de la UNAM.