Carpinteyro: un homenaje a “Cantinflas”

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A mí, Diego Fernández de Cevallos siempre me ha parecido un hombre muy chistoso porque chistoso es llamarse así, contestar con los ojos en llamas o dejarse la barba como el padre Chinchachoma. Hasta ahí lo pintoresco, ya sabemos, de su influencia perturbadora en las más altas decisiones de este país. Sin embargo, lo que hoy recuerdo es el momento en que alguien lo acusó de entablar un pleito legal privado contra el Gobierno Federal, señalándole que él formaba parte del mismo gobierno. La respuesta… fue legaloide y el argumento es que si ello no estaba prohibido, estaba permitido. Por supuesto no hubo mención alguna a los escrúpulos o a la moralidad, que como sabemos es un árbol que da moras, y don Diego continuó campante por los nobles caminos de la abogacía corporativa.

Bien, en este país nos enteramos de las cosas por telefonazos grabados de manera ilegal pero que se utilizan como arietes para evidenciar las notas discordantes de muchos telefoneados. Elba Esther, Manlio, Adriana Salinas, el “Góber” y Luis Tellez son ejemplos patentes de que no es lo mismo aparecer en cadena nacional que entablar una conversación privada. Siempre he sostenido que me parece lamentable la intervención telefónica pero se puede ofrecer el matiz argumental de que si no fuera así no nos enteraríamos de iniquidades que día a día cometen nuestros personajes públicos.

No es necesario ser astrofísico para adivinar que quiero hablar de Purificación Carpinteyro, esa dama que adquirió notoriedad cuando fue cesada como Subsecretaria Comunicaciones y acusada (fatalidad de fatalidades) de filtrar conversaciones incómodas del Secretario Téllez. En su desgracia acudió el PRD (cuyo lema podría ser: “se recibe cascajo”), que bajo criterios misteriosos le ofreció una diputación federal. Hasta ahí nada raro, los Partidos son entidades interesadas en buscar perfiles notorios, es por ello que “La Tigresa”, esa estadista, fue Senadora de la República.

Hace unos días se filtró una conversación de la diputada Carpinteyro con un señor de nombre “Pepe”, que ha causado el revuelo esperable. Vayamos por partes:

La diputada plantea un negocio, ahí no hay duda. Lo hace con la agilidad verbal de nuestro querido Mario Moreno “Cantinflas”. Usando una jerga de señora bien (“weeeey”) y sobradona (“se me ocurrió a mí”), le dice a Pepe que “se sacaron la lotería”, es decir, hallaron el filón que cambiará sus vidas. El asunto nada tendría de particular si la señora no fuera miembro de la comisión de telecomunicaciones con acceso a información que no poseemos, y por otro lado representante popular que está ahí para que nos saquemos la lotería nosotros y no ella. El diálogo se vuelve divertido porque se oye que Pepe está un poco hasta la madre de la verborrea de Puri (dicho sea sin ningún respeto) y le trata de dar esquinazo infructuosamente varias veces.

Evidentemente nos hallamos ante un acto que debería de inmediato ser sancionado y repudiado de forma inequívoca. No importa si es o no ilegal, creo que debemos tratar ya de imponer la moralidad sobre las argucias de abogados coyotones. Pero no, me temo recordarles que vivimos en México, que es un país en el que nunca pasa nada y cuando pasa, no pasa nada.

La diputada ya salió a la arena pública y por supuesto no está arrepentida, su actitud es bravucona y habla de un “linchamiento mediático” que solo puede existir por su telefonazo. Asimismo, dice que no percibe ningún conflicto de intereses, lo cual la convierte de inmediato en la protagonista del traje

invisible del emperador. Finalmente dice que se habla de un negocio que no se ha efectuado, lo cual sería equivalente a no juzgar a alguien que intenta robar un banco porque el robo no se realizó.

¿Qué va a pasar? El PRD saldrá de manera tibia responder al respecto, el resto de los partidos se le irán a la yugular, los ciudadanos estaremos encabronados fugazmente y pasaremos al siguiente tema de coyuntura, y Purificación saldrá indemne a seguir su digna lucha por el sustento familiar valiéndose de su posición de poder… Se lo firmo.

Al cierre ciclónico

Mi amigo y director de esta revista es más listo que yo, lo que se demuestra por diversas razones, pero solo usaré ésta; cuando explotó lo de Puri escribí en caliente y él me recomendó esperar un poco, por supuesto no le hice caso y le mandé lo que acaba de leer. Las cosas ya se movieron; Puri se siente una “víctima”, ya se excusó de participar en la Comisión y (mutatis mutandis) ¡le pidió a sus compañeros legisladores que andan en los mismos enjuages que hagan lo propio!

Yo no lo sé de cierto pero supongo que ahí quedará la cosa, que esperaremos el siguiente escándalo como los fenicios las lluvias y seguiremos esta costumbre de temporal de escandalizarnos y luego olvidar… qué pena.

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