miércoles 13 noviembre 2024

La risa frente al fanatismo

por Marco Levario Turcott

La plataforma digital profundizó la crisis de los medios de comunicación en por lo menos dos vertientes: la comercial y los contenidos y ello implica autocrítica, un ejercicio poco común en los empresarios y los profesionales de la comunicación. En México, un ejemplo dramático es La Jornada, un diario emblemático de nuestra transición que aplazó la revisión de los nuevos paradigmas construidos desde la triple w al mismo tiempo ha diluido los principios editoriales que le dieron ruta desde su fundación hace poco más de tres décadas, y si a ello sumamos yerros administrativos y financieros la situación es terrible. En esta edición de febrero hay un reporte amplio y preciso.


Una de las variables que determinan la dinámica social en las civilizaciones contemporáneas se llama “redes sociales” y éstas, guste o no, llegaron para quedarse y determinar agendas y tensiones sociales y políticas; su singularidad depende de cada país y del nivel de madurez y la cultura política de los usuarios (aunque la difusión de noticias falsas o imprecaciones sobre el otro, son fenómenos mundiales). Sobre aquellos rieles sin duda transcurrirán buena parte de las reflexiones en los próximos años por lo que, también en esta edición, etcétera ofrece material de análisis que, por cierto, se enriquece con una nueva columna de Alberto Monroy, quien además, para mí, es uno de esos accidentes maravillosos que tiene la vida porque si yo no hubiera estado en aquella asamblea del CEU hace 30 años no hubiera conocido a un samurai imponente que, así de huevos y sonriente, como el niño que saluda al otro de cinco años para hacer sin más preludio un nuevo amigo, me aludió como “el maestro algarabías…” (y enseguida estallaron las carcajadas), luego de mi tono regañón por el rebumbio juvenil que se sobreponía al debate. “Nunca nada es para tanto”, amigo, parecía decirme esa sonrisa que desde entonces me desguazó el corazón; ahora es parte de aquella definición que alguna vez lanzó Gutenberg (quien murió hace 549 años, un día como hoy):


“La imprenta es un ejercicio de 26 soldados de plomo con el que se puede conquistar el mundo”


Bienvenido, Alberto, no lo vamos a lograr, pero estaremos juntos en la travesía y eso es lo que vale la pena. Como cuando los niños lanzan un barquito de papel por el estanque. (Son los avatares de la vida, como si desde hace 30 años lo supiéramos y ese nombre, “Avatares”, fuera el primer punto de enlace editorial entre nosotros)


Qué decirles de la portada que no sea visto por ustedes mismos. Así es la danza: irreverente, sensual, lúdica, traviesa, introspectiva y volitiva, así como nosotros, etcétera y sus lectores (que además frente al fanatismo lanzamos una sonora carcajada).


 


Marco Levario Turcott

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