Por seis votos a favor y cinco en contra, el Consejo General del INE aprobó este domingo la validez de la Elección Judicial del pasado 1 de junio, en un contexto de denuncias de los consejeros inconformes y el enojo de la consejera presidenta, Guadalupe Taddei, que se negó a aceptar críticas.
En la sesión del Consejo General, cinco consejeros pidieron reflexionar sobre las prácticas antidemocráticas registradas durante los comicios extraordinarios del 1 de junio y votaron en contra de declarar la validez.
Durante la discusión, el consejero Arturo Castillo abordó las numerosas anomalías registradas en el proceso. Su intervención se hizo viral en redes sociales. Consideró que el INE no debería declarar la validez debido a que las candidaturas ganadoras son las mismas que aparecen en los “acordeones”.
“Quiero referirme al elefante en la sala del que nadie quiere hablar, los llamados acordeones. Las candidaturas ganadoras coinciden con los acordeones, 22 de las 28 candidaturas de este supuesto se deslindaron, por lo tanto, solo puede entenderse que fueron pagados con recursos de tercero y, por lo tanto, prohibidos. Fueron al menos 37 modelos distintos de acordeones distribuidos en 15 entidades de la república y algunos a nivel nacional”.
“Existe un importante cúmulo de indicios que documentan posibles irregularidades graves y generalizadas, que, desde mi perspectiva generan una duda razonable sobre su validez, de ahí que proponga no declarar la validez”.
Tales irregularidades fueron calificadas “como un viaje al pasado” por parte del consejero Jaime Rivera, quien apuntó que en algunas casillas se depositó una cantidad de votos equivalente a una jornada de casi 30 horas.
Se documentó también la existencia de boletas sin doblar y muchas boletas con la misma caligrafía, lo que indica con claridad que muchos fueron llenados, en serie, por la misma persona para favorecer a ciertos candidatos.
La consejera Carla Humphrey enlistó: “Casillas con altísima participación ciudadana, el fenómeno oprobioso de las boletas sin señales de dobleces, la desaparición de los listados nominales de casilla, la misma caligrafía en diversas boletas con idéntica secuencia numérica, el robo de paquetes electorales enteros de los mismos domicilios de las presidencias de las mesas directivas de casilla y los acordeones a las puertas de las casillas o en redes sociales”.
A su vez, la consejera Dania Ravel señaló que “vimos renacer muchas conductas que yo pensé que estaban enterradas en el pasado, conductas que a mí no me tocó vivir en mi juventud, pero que personas mayores que yo sí las vivieron”, como el embarazo de urnas, las boletas “planchadas”, las casillas zapato (donde un solo candidato o partido se lleva el 100% de los votos) y el “ratón loco” (electores que dan vuelta por muchas casillas sin poder votar) y otras prácticas que se creían superadas.
También la consejera Claudia Zavala expuso las irregularidades “lamentables” de la jornada.
Todos estos posicionamientos provocaron el enojo de la presidenta, Guadalupe Taddei, quien dijo que alrededor de 800 casillas fueron anuladas no representan toda la elección.
“No admito que se ponga en duda, por 818 casillas contra más de 80 mil, ni la integridad, ni la limpieza, ni la pulcritud, ni la responsabilidad, ni el efecto correcto. Aceptémoslo, colegas, tuvimos un proceso electoral excelente. El INE cumplió y cumplió bien”, dijo molesta.
Arturo Castillo dijo “propongo no declarar la validez, que no es lo mismo que declarar la invalidez. Entregar constancias de mayorías, pues no se puede privar de efectos indiciarios los derechos de una persona y dar vista a las autoridades correspondientes para que se resuelva lo que en derecho corresponda”.
Esto, apuntó, porque el INE no tiene la facultad de declarar inválida la elección, ya que eso solo le corresponde al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
La propuesta de Castillo dividió al Consejo, que finalmente votó seis contra cinco y ganó la moción de declarar la validez.
ofv