Abatido e ineficaz: El gobierno tampoco sabe comunicar

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La administración de Enrique Peña Nieto encara su segunda peor crisis desde que llegó a Los Pinos y todavía no sabe o no quiere aprender a comunicarse. La fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán, que puso en evidencia la falta de controles en las prisiones consideradas de máxima seguridad, también volvió a poner en relieve que el gobierno carece de un equipo de comunicación que reaccione pronto y con eficacia.

Tras darse a conocer la fuga de ese criminal y con el primer boletín del comisionado Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, vinieron una serie de errores en los informes de la PGR, Segob, CNS y Presidencia, que además de generar confusiones en la versión oficial de los hechos, contribuyeron a fomentar la leyenda del líder del Cártel de Sinaloa.

Conferencias y declaraciones fallidas

Una de las pifias que más llamó la atención y generó burlas en redes sociales y cuestionamientos entre la opinión pública tiene que ver con la foto que la procuradora General de la República, Arely Gómez González, difundió en conferencia de prensa el lunes 13 de julio. La titular de la PGR cometió el gravísimo error de hacer énfasis en que la fotografía era reciente cuando no era cierto.

La imagen del capo sin bigote y cabello corrió como pólvora, y fue hasta la noche del martes 14 cuando llegó la duda, luego de que Monte Alejandro Rubido difundiera los videos de las dos cámaras de seguridad que vigilaban la celda de “El Chapo”. En éstos, Guzmán Loera aparecía con cabello.

Aunque no existe la confirmación tácita de que la procuradora, el comisionado y el titular de la Segob, Miguel Ángel Osorio Chong, vieron los videos de seguridad previo al 14, resulta fantasioso pensar que las autoridades no tenían conocimiento del aspecto físico del capo, más cuando han declarado que día con día recibían un informe de su reclusión en el Centro Federal de Readaptación Social Número 1.

Pasaron dos días para que los funcionarios informaran que la foto en realidad era de cuando el líder criminal ingresó al penal del Altiplano, en febrero de 2014. Además Rubido confirmó en entrevista con Adela Micha, que se transmitió el jueves 16 en Televisa, que los reos del Cefereso 1 solo tienen prohibido tener bigote y barba, mas no cabello.

En la exhibición del video incluso, existió otro elemento que llamó la atención de todos, menos de las autoridades. En el interior de la celda se observa un aparato que brilla, lo que despertó más especulaciones. Los responsables también tardaron dos días en dar explicaciones y lo hicieron mal.

Por un lado, Rubido aclaró que se trataba de una pantalla de televisión LCD y no una tableta (como circuló en redes sociales) que los internos pueden tener tras seis meses de buen comportamiento. Sin embargo, Osorio Chong sostuvo que se investigaría si “El Chapo” tenía permitido poseer objetos de este tipo dentro del penal.

En la conferencia, asimismo, el titular de la Segob no pudo precisar datos importantes como el tiempo exacto que tardaron las autoridades penitenciarias en percatarse y reaccionar ante el escape del capo, pero insistió en que los reporteros conocieran el lugar de los hechos: a falta de datos, los invitó a un tour mediático.

Algo que supuestamente quedaría claro eran las enormes cantidades de tierra calculadas por periódicos como Reforma y El País en más de tres toneladas. El funcionario sostuvo que los periodistas podrían constatar que el cálculo era exagerado e incluso, aseguró que los reporteros podrían verificar que la “tierra seguía ahí” y que notarían que era tierra muy delgada por lo que no sería tan difícil removerla.

Sin embargo, al día siguiente, el comisionado nacional, al presentar el video, explicó que para construir dicho túnel se necesitó “tecnología de punta” así como el amparo de autoridades. Sin embargo ninguna de las crónicas difundidas en la prensa hizo mención nuevamente de la tierra.

Respecto a la complicidad de los custodios y empleados administrativos del Altiplano, las autoridades han señalado que éstos necesariamente tuvieron que percatarse de la construcción y no lo avisaron. Pero nuevamente surgen contradicciones cuando Chong aseguró que el ruido que provocó la última parte del tramo de escape no había sido percibido por nadie porque se confundió con labores de mantenimiento en la celda de “El Chapo”, en contraste, durante el recorrido que hizo Rubido con la Comisión Bicameral el miércoles 15, el comisionado explicó que “no hubo vibraciones ni ruido”puesto que se especulaba que el boquete del piso del baño habría sido realizado con “ácido y calor”.

Los últimos 18 minutos de credibilidad

Uno de los factores principales para explicar por qué el narcotraficante más buscado del mundo pudo burlar, por segunda vez, un penal de máxima seguridad, son los tiempos entre la fuga, el momento que se percataron de esto, la emisión de alertas y la reacción de las autoridades.

En la primera conferencia de prensa, Rubido indicó que en los últimos minutos de las 20:00 horas del sábado 11 de julio el reo se había fugado por el piso de la regadera, a través de un túnel construido a 10 metros bajo el suelo y que terminaban en una casa, en obra negra, a 1.5 kilómetros de distancia del penal.

Lo noticia comenzó a difundirse en las primeras horas del domingo con estos datos, que pueden justificarse por la escasa información que había en el momento. Sin embargo a tres semanas los hechos siguen sin ser precisos y la única constante en las versiones oficiales son los 18 minutos que tardaron los empleados en reaccionar ante la fuga.

Para el martes 14, los videos que presentó Rubido revelaban que a las 20:52 horas del sábado 11 “El Chapo” dio varias vueltas por su celda, se metió a la regadera y huyó. El funcionario narró que 18 minutos después los custodios entraron a la celda (esto no se ve en los videos) pues los que vigilaban las cámaras de seguridad creyeron que el capo se metió a lavar su ropa, pese a que se puso los zapatos antes de entrar y nunca se observa en el video que sostenga prenda alguna.

Tan solo dos días después, el comisionado ratificó esta versión cuando los diputados y senadores hicieron un recorrido por el penal. Esto, a pesar de que dos días antes, el martes, Chong refiriera que los custodios de las cámaras reaccionaron inmediatamente, contradiciendo la versión de Rubido.

Al final, cuando los tres funcionarios declararon ante la Comisión Permanente del Senado, dieron una versión totalmente diferente: los custodios se percataron de la ausencia inmediatamente, pero llegaron a la celda 18 minutos después.

El lunes 20, El Financiero publicó declaraciones anónimas de Policías Federales y de los pobladores de la colonia Santa Juanita, en ellas los gendarmes aseguran que sus compañeros que laboran dentro del Cefereso 1 fueron avisados de la fuga alrededor de las 21:10 horas, es decir, 18 minutos después de la huida. Al llegar a la celda, dos elementos de la PF y un custodio accedieron al túnel y tardaron una hora con 10 minutos en recorrerlo, puesto que ya no había luz, tanques de oxígeno ni vehículos.

Con base en las investigaciones preliminares, ratificadas por el propio Rubido, Guzmán Loera utilizó una motocicleta modificada para escapar por lo que tardó entre cinco y siete minutos en recorrer el túnel.

Sumado al tiempo estimado de las declaraciones, los policías llegaron hasta la salida del túnel por donde escapó “El Chapo” casi una hora y media después. Inclusive según los pobladores que rindieron testimonio al presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos General Lázaro Cárdenas, José Luis González Meza, las alertas que se emiten cuando un preso se fuga empezaron a sonar hasta las 00.00 horas del domingo, es decir, más de tres horas después de que “El Chapo” escapara del Cefereso 1.

Cabe señalar que estos testigos no han sido solicitados por las autoridades, pese a que ellos convivieron con los constructores de la vivienda que sirvió de fachada e incluso vieron cómo trasladaron las grandes cantidades de tierra que Chong minimiza.

Los integrantes de la PF entrevistados además indicaron que la orden de cerrar el aeropuerto de Toluca se dio cinco horas después de la fuga del capo, aproximadamente. El primer comunicado que difundió la CNS apunta que las operaciones fueron canceladas posterior a la fuga, pero no precisa horarios. Aunque la mayoría de esta información se basa en declaraciones, ninguna autoridad federal se ha encargado de dar la cronología exacta de los hechos.

Sobrepoblación del Altiplano

Respecto a la sobrepoblación del Altiplano, los funcionarios tampoco tienen datos precisos, pese a que debería ser un dato homogéneo. En “La Entrevista con Adela”, el titular de la CNS aseguró que en el penal hay mil 30 internos y afirmó que aunque existe un nivel de sobrepoblación, el número de custodios está dentro de los márgenes establecidos, ya que se trabaja en observación tecnológica, a pesar de que la capacidad del Cefereso es para 836 reclusos.

La sobrepoblación está registrada desde 2013, cuando se hizo una revisión en abril de dicho año a cargo de un grupo multidisciplinario de la subsecretaría del Sistema Penitenciario, dirigido por Sara Elena Izazola Licea. De acuerdo al informe, el penal tenía en todos los rubros de seguridad una evaluación menor del 50%, y un total de 71% en nivel de ineficiencia, donde 100% significa “atención urgente” y 0% “opera con normalidad”.

El estudio menciona a la corrupción, al quebrantamiento de la norma (Manual de seguridad) y la distribución ineficiente de recursos humanos, como los principales problemas a atender. Además, agrega: “Existen carencias de equipo tecnológico de apoyo para las labores de seguridad en el Centro número 1 (El Altiplano). Se encontraron equipos de seguridad que no operan adecuadamente, como puertas eléctricas y equipos de videovigilancia insuficientes. En el centro número 1 únicamente operan 687 mil 280 cámaras instaladas (es decir, 53%) y fallan los equipos para la revisión de visitas (…) Se realizan distintas obras civiles donde se encuentran materiales, herramientas de construcción y maquinaria al alcance de los internos, mismos que pueden ser utilizados por éstos en perjuicio del personal o de las instalaciones”.

Ante esto, la Segob planeó en agosto del año pasado una inversión de 608 millones de pesos, a dos años, para realizar 35 acciones de mantenimiento en “áreas sensibles para la seguridad del penal, como son: las torres de vigilancia, muro perimetral, rondín de vigilancia, subestaciones eléctrica, almacén de residuos peligrosos, por señalar algunos”.

El plan de inversión, difundido el 17 de julio por Reforma, incluye una justificación del director de Obra Pública, Recursos Materiales y Servicios Generales del órgano de Prevención y Readaptación Social de la Segob, José Francisco Layseca Basurto, quien indicó que no se pudo implementar las mejoras mencionadas debido a la sobrepoblación dentro del penal.

Es preciso señalar que el informe de Izazola indica que la certificación de la Asociación de Correccionales de América (ACA), la cual fue usada como argumento por el secretario de Gobernación para defender la efectividad del Cefereso 1, únicamente garantiza que las normas, estándares y procedimientos estén bien establecidos más no que éstos se realicen de manera correcta o eficaz; es decir, válida la teoría pero no la práctica.

Extradición, la aferración y el deslinde

Al momento de la fuga, una de las preguntas esenciales era: ¿Por qué no se extraditó a EU? Si bien en las primeras horas el gobierno evitó el tema, los medios retomaron las palabras que apenas en enero pronunció el entonces procurador de la República, Jesús Murillo Karam: “Yo puedo aceptar la extradición, pero en el momento que yo diga. ‘El Chapo’ se tiene que quedar aquí a cumplir su condena y después lo extradito. Unos 300-400 años después, falta mucho”.

Entonces la postura del gobierno era clara: no contribuirían tan fácilmente a la extradición del capo, ya sea por alardear, por demostrar que las instituciones son seguras y anticorruptibles o por exhibir que son un gobierno priísta diferente. Lo cierto es que el jueves 16, al comparecer ante la Comisión Bicameral de Seguridad Nacional de la LXII Legislatura, Arely Gómez reveló que el 25 de junio, 16 días antes de los hechos, la Secretaría de Relaciones Exteriores recibió una nota diplomática en la cual el gobierno de EU solicitó de manera formal la extradición de Guzmán Loera.

Entre el aferre y el deslinde, el gobierno federal no fue el único en autodefenderse; medios oficialistas se apresuraron en afirmar, en notas previas a la comparecencia del Gabinete de Seguridad, que el gobierno de EU nunca solicitó en forma la extradición de “El Chapo”. Para el viernes 17, los mismos “corrigieron” y citaron las palabras de Gómez González.

Luego de esto, una pregunta permea en la llamada opinión pública ¿El gobierno mexicano retrasó la extradición del líder del Cártel de Sinaloa para permitir su fuga?

La defensa a Osorio Chong y el “perdón” de Peña Nieto

Aunado al contexto de la extradición, los mismos medios oficialistas que exaltaron que el gobierno estadounidense jamás tramitó en forma la solicitud de extradición, defendieron a capa y espada a quien el Ejecutivo le encargó la tarea de vigilar que el criminal más peligroso de México no volviera a huir de un penal de máxima seguridad.

Los medios oficialistas no recordaron que en febrero de 2014, Peña Nieto concedió una entrevista a León Krauze para Univision (pese a que fue recuperada por otros medios y difundida ampliamente en redes sociales), donde relató que al titular de Gobernación le preguntaba día con día si “El Chapo” estaba bien vigilado, por la responsabilidad que de que nunca mas volviera a huir de un penal, como ocurrió en 2001, cuando se fugó del de Puente Grande, Jalisco.

Fue el lunes 13, cuando Miguel Ángel Osorio Chong declaró, con total omisión de sus responsabilidades, que no renunciaría al cargo porque los tiempos complejos son para enfrentarse: “Su servidor tiene una responsabilidad con el país y yo quiero decirles que los momentos de crisis no son para renunciar, son para enfrentarlos”.

Un día después, en la prensa oficialista hubo frases como: “No se irá. Entre el bombardeo de preguntas a las que fue sometido ayer Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación (…) respondió estoico, cargado de coraje, de valor. No, no presentará su dimisión al frente de la dependencia encargada de la seguridad del país. Y no lo hará porque sería una cobardía presentarla en un momento de crisis como el que vive México”.

Otros medios y articulistas, por el contrario, exigieron la renuncia de quien tenía entre sus tareas esenciales vigilar al capo y evitar su fuga.

El Presidente, no decidió la dimisión del secretario de Gobernación. En sus escuetos mensajes que ofreció a los medios desde Francia y a su llegada a México, tras la visita oficial por aquel país, Peña Nieto jamás dejó entrever que su Gabinete de Seguridad falló.

“¿Usted se compromete a que “El Chapo” no volverá a escapar?”, preguntó Krauze en aquella entrevista; “es una obligación del Estado Mexicano, sería verdaderamente algo más que lamentable sería imperdonable. Ahora el Estado y el gobierno tome las debidas providencias para asegurar que lo ocurrido hace unos años (la primera fuga) no volviera a ocurrir”, contestó entonces Peña Nieto. Un año y cinco meses después la huida resultó “perdonable”: Gómez, Rubido y Osorio siguen en sus cargos.

La detención de los custodios

Otro de los errores informativos del gobierno federal fue no precisar con exactitud el número de custodios y personal administrativo detenido desde la noche del sábado 11. Se podría entender la cautela en las investigaciones, pero ante la falta de información oficial se especulaba entre 30 y 32.

La imprecisión de la información proporcionada sobre los detenidos que permanecían en la Subprocuraduría Especializada en Delincuencia Organizada (SEIDO) en calidad de testigos, originó que el abogado Juan Sánchez Jiménez presentara un amparo contra la incomunicación de cinco empleados, al desconocer su paradero. Según declaró el 15 de julio en entrevista con Ciro Gómez Leyva en Radio Fórmula, los empleados nunca fueron trasladados a la SEIDO.

Explicó que los familiares de los custodios Edmundo Tamayo Díaz, Juana Guadalupe Guerrero Ruiz, Agustín Vega González, así como de la telefonista Martha Espinosa Martínez y la empleada administrativa Magali Belen Barrera, solicitaron su intervención al no tener información de los mismos y luego de que en los medios difundieran la noticia de la detención y traslado de ciertos trabajadores, sospechosos entonces.

Sin embargo, Sánchez Jiménez reveló que sus defendidos no estuvieron detenidos, sino doblando turno dentro del penal y sin conocer lo que pasaba en el exterior. Las autoridades no dieron explicaciones.

Para el viernes 17, la Procuraduría difundió un comunicado donde avisó que siete trabajadores (tres custodios y cuatro del área de monitoreo) del Altiplano fueron consignados al Cefereso 12 de Guanajuato, por su probable responsabilidad en la comisión del delito de evasión de presos, delincuencia organizada y falsedad de declaración. El director del penal, Valentín Cárdenas, no fue procesado.

Una semana después, el Juzgado Tercero de Distrito de Guanajuato dictó formal prisión a los tres custodios y el resto de los encarcelados quedó libre por falta de pruebas.

Sin embargo, el mismo 17, fuentes federales dijeron a medios que entre 9 y 15 de los interrogados en la SEIDO quedaron en libertad bajo reservas de ley. El único implicado confirmado en esta situación es Librado Carmona García, exdirector técnico del penal, principal sospechoso de la fuga y señalado como miembro activo del Cártel de Sinaloa.

Carmona García fue liberado el 17, sin embargo, esto no se supo sino hasta el 28 de julio, debido a que un juez obligó a la PGR a hacer pública su situación jurídica. Aun así,hasta la mañana del 30, la dependencia no emitió ningún boletin de prensa.

La liberación del exdirector técnico, detenido el 12 de julio, se dio al concluir las 96 horas de plazo que la autoridad tenía para fincarle responsabilidades, mismas que no lograron demostrar.

Dispendio publicitario

El gobierno, además de desplegar innumerables fuerzas de seguridad para intentar reaprehender por tercera ocasión al líder del Cártel de Sinaloa, también emprendió una muy costosa campaña en los medios para solicitar a la ciudadanía información que dé con su paradero.

El jueves 16, en El Financiero, La Jornada, Milenio, Reforma, La Razón, El Universal, Excélsior, y El Economista apareció un desplegado de página completa de la Segob, CNS y PGR, donde se da a conocer la recompensa de 60 millones de pesos a quien proporcione información confiable que lleve a su recaptura, solo que esta vez las autoridades intentaron enmendar su error y colocaron tres fotos distintas del capo de Sinaloa.

El mismo jueves, además, se repartieron 100 mil volantes en las principales carreteras y autopistas federales del Estado de México, Morelos, Hidalgo, Puebla, Guerrero, Tlaxcala, Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Querétaro, Zacatecas, Durango, Sinaloa, Sonora, Chihuahua, Campeche, Chiapas, Veracruz y el DF. La entrega se suspendió cuatro días después.

Asimismo, en radio y televisión hubo multiples spots durante el viernes 17, sábado 18 y domingo 19 que de acuerdo con comunicación Social de la Segob, solo se planteó difundirlos los días mencionados, sin embargo, La Jornada afirmó el 25 de julio, que realidad fue suspendida por considerar que se estaba haciendo apología al líder del Cártel de Sinaloa.

El talón de Aquiles: redes sociales

Si bien la fuga de “El Chapo” representó un duro golpe a la imagen, confianza y credibilidad de este sexenio, la reacción de los usuarios de redes sociales marcaron pauta, al evidenciar la vergüenza, ridículo y falta de comunicación que enfrentan las autoridades mexicanas.

En la madrugada del domingo se podía leer en Twitter y Facebook un poco de incertidumbre ante la fuga, pero como transcurrió el día y la semana, aparecieron los característicos memes con los que los internautas se burlaban de la “facilidad” con la que “El Chapo” pudo escapar, inclusive algunos otros glorificaban la imagen del narcotraficante.

Como ya mencionamos, la entrevista de León Krauze a Peña Nieto en febrero de 2014, fue ampliamente difundida en los medios y en redes sociales, lugar donde se hacía hincapié en las palabras del mandatario mexicano: una nueva huida del capo sería “imperdonable”.

Y es que el impacto de la noticia se reflejó en el número y calidad de menciones que tuvo la palabra “Chapo” durante las primeras 24 horas. Según datos de Federico Arreola, director de SDPNoticias, el alias del capo fue mencionado en Twitter alrededor de 1.5 millones de veces en un solo día, en publicaciones mayoritariamente negativas. Esta misma cantidad de menciones se hicieron pero en una semana, cuando en febrero del año pasado el gobierno federal anunció la captura del ahora prófugo delincuente.

Pero los internautas mexicanos no pararon solo ahí, pues durante la primera conferencia de prensa oficial sobre la fuga (encabezada por Osorio Chong) se encargaron de evidenciar los primeros yerros del discurso oficial. Por ejemplo, el secretario de Gobernación indicó que “El Chapo” había aprovechado para escapar los puntos ciegos de la cámara, mismos que estaban dispuestos “por respeto a los derechos humanos y la privacidad del reo”.

Esta declaración rápidamente fue interpretada así: por respetar los derechos humanos, se escapó Guzmán Loera, Y aunque columnistas como Carlos Marín señalaron que esta interpretación era una tergiversación de algunos “pseudoperiodistas” pues nunca el funcionario dijo explícitamente lo expuesto, el martes 14 de julio, el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González Pérez, se reunió con Chong para precisamente aclarar la relación entre la dependencia y el sistema penitenciario.

González Pérez fue contundente: los derechos humanos no son un factor por el que escapen los prisioneros, e incluso agregó un dato que dejaba en ridículo al secretario: la CNDH no tiene la facultad para establecer reglamentos dentro de los Ceferesos; únicamente se encarga de vigilar el respeto a los derechos humanos de los reclusos.

Los señalamientos y críticas en Facebook y Twitter siguieron conforme continuaban los erráticos mensajes a la opinión pública.

Por si fuera poco, y como ocurrió hace meses con Murillo Karam y el propio Peña Nieto, la procuradora Arely Gómez “deslizó” al momento de subir al estrado en la conferencia del 13 y dijo “No me veo”, frase que, como ocurrió en el pasado, rápidamente se convirtió en tendencia en Twitter aunque con menor impacto como el #YaSeQueNoAplauden y #YaMeCansé. De igual forma que con el Presidente y el exprocurador, el hashtag #NoMeVeo fue utilizado como crítica a la más reciente crisis de Peña Nieto.

Han pasado 19 días (al cierre de la edición) y la única certeza es esta: “El Chapo” se le fugó al gobierno federal.

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