A los medios escritos mexicanos les parece ahora dar verguenza lo que debería ser su ventaja competitiva: tener lectores. No sólo se trata de lo mal escritas que están las notas y, sobre todo, las cabezas, sino del hecho de que cada vez hacen artículos y notas más breves, como si eso los llevara a competir con los medios electrónicos, que juegan en otra pista.
Desde mi punto de vista, los periódicos sólo van a subsistir si apuestan a los lectores, a la gente que le gusta leer y enterarse de los problemas a fondo. No importa si al final desaparecen las ediciones impresas. En papel o en pantalla, los medios escritos deberían pensar en un diseño que permita combinar noticias rápidas con información de fondo y reflexión sobre lo informado. En cambio, lo que vemos todos los días es cómo se presentan visiones fragmentarias y se desprecia el análisis profundo, sustituido por mera opinión y especulación. Pareciera como si los ilustrados hubieran abandonado los periódicos. Pildorillas de información mal escritas y peor cabeceadas; eso es lo que nos dan los periódicos mexicanos hoy. En esas circunstancias, desde luego que están en riesgo de desaparecer.
Antes un periodista era sobre todo un escritor. Un narrador de la vida cotidiana. Sin embargo, la institución del boletín primero y la pretendida competencia con la televisión después han hecho de los periodistas mexicanos casi analfabetas, incapaces de construir historias con la información obtenida. Y las redacciones de los periódicos, orientadas a dar precisamente apenas lo estridente del día a día, no ayudan en nada a la recuperación de alguna corrección en la escritura de los periodistas. El estilo de las cabezas de Reforma es un ejemplo proverbial del desprecio por las mínimas reglas de concordancia.
Un Ejemplo del 17 de abril: la cabeza telegráfica y comenzada en verbo dice piden a Arzobispo informar de capo a PGR. La eliminación de los sujetos en las oraciones como fórmula para hacer trivial todo lo que alguien pueda decir. ¿Quiénes piden? No importa, no son nadie.
Y el despropósito continúa. Al leer la nota se entera uno de que no son ellos sino él quien hace una petición. Sólo el coordinador de los senadores del PRD pidió al arzobispo de Durango que declarara formalmente ante las autoridades si es que sabe dónde vive el Chapo. De esa manera, Reforma contribuye a deformar el principal mecanismo de articulación del pensamiento. Por eso hasta entre las elites del dinero, para no hablar de las políticas, se nota la mezcla entre catástrofe educativa y destrucción del idioma por influencia de los medios.
El problema es que eso influye en la manera en la que se piensa. Si se habla y se escribe confusamente, muy probablemente se piensa confuso.
Otro asunto del español en los medios. Resulta que la llamada Cadena Tres invirtió en la importación de series españolas bastante mediocres y cansinas. Sin embargo, a los oídos castos del señor Vázquez Raña o de alguno de sus empleados les parece altisonante el lenguaje del humor hispano, así que buena parte de los diálogos son borrados, lo que hace que las series de por sí malas pierdan buena parte de su escasa gracia y se conviertan en sucesiones de intercambios entrecortados. Me recuerda el asunto dos anécdotas de redacción de periódico, igualmente ridículas. La primera es de Manuel Padrez, último director de El Popular, periódico fundado por Vicente Lombardo Toledano. El periódico publicaba semanalmente un cuento que ocupaba dos planas. Tocaba el turno a uno de Giovanni Berga, el autor del drama Cavalleria Rusticana convertido en ópera por Pietro Mascagni. Al ver Padrez el apellido del escritor se negó a que se publicara y ordenó que sólo apareciera firmado por Giovanni B.
La segunda es más ridícula. Enrique Ramírez y Ramírez, quien había sido amigo en la preparatoria de Octavio Paz y dirigía El Día con pretensiones de alta cultura, se negó a publicar el poema Las palabras por el verso que dice chillen, putas, con el argumento de que el periódico estaba por ahí en las casas y lo veían los niños. Algo de mala leche desde luego que habría en la decisión de no publicar la obra de su antiguo condiscípulo, del que se había distanciado política y personalmente desde el alejamiento de Paz del culto soviético.
Las palabras
Dales la vuelta,
cógelas del rabo (chillen, putas),
azótalas,
dales azúcar en la boca a las rejegas,
ínflalas, globos, pínchalas,
sórbeles sangre y tuétanos,
sécalas,
cápalas,
písalas, gallo galante,
tuérceles el gaznate, cocinero,
desplúmalas,
destrípalas, toro,
buey, arrástralas,
hazlas, poeta,
haz que se traguen todas sus palabras.
Politólogo, profesor-investigador de la UAM.
jorgejavierromero@msn.com