Pablo Hiriart dejó de ser el director de La Crónica el martes 16 de enero por la tarde. Lo despidieron los dueños Jorge Kahwagi Gastine y Jorge Kahwagi Macari luego de una plática en la que los tres abordaron varias viejas desavenencias que se habían agudizado en los últimos dos meses. No importó que Hiriart, con muy pocos recursos, hubiera consolidado a ese diario como un referente de lectura indispensable.
Un día después de aquella reunión el periódico publicó una escueta nota en la que dijo, la separación “se acordó, de manera conjunta y en un ambiente de cordialidad y respeto (…) El motivo de esta decisión fueron la falta de uniformidad de criterios en torno a la política editorial del periódico y la existencia de puntos de vista divergentes sobre la conducción futura del diario”.
Desde entonces a la fecha, varios columnistas y articulistas renunciaron al periódico: Regina Santiago, Fernando Escalante Gonzalbo, Luis de la Barreda Solórzano, Beatriz M. Murguía, Juan M. Martínez Trejo y Marco Levario Turcott (José Carreño Carlón escribió que haría lo mismo en esos días).
Más allá de las buenas maneras de un anuncio civilizado, en realidad el diario despidió a Hiriart y no explicó qué criterios eran los no uniformes ni cuáles eran los puntos de vista divergentes, todo se sitúo en la sobrevaloración de intereses económicos y políticos sobre los estrictamente editoriales. Algunas respuestas se encuentran en las propias páginas del medio.
En familia
La crítica a Fernando González Sánchez, yerno de Elba Esther Gordillo, fue una notable discrepancia editorial, incluso hacia el vínculo político de Kahwagi Macari como secretario general de Nueva Alianza, partido impulsado por la maestra.
González había sido nombrado el 12 de diciembre como subsecretario de Educación Básica.
El 19 de diciembre la nota principal cuestionó las declaraciones hechas por el familiar de la señora Gordillo; a ocho columnas se leyó: “Cuestiona el yerno examen de OCDE; pide ‘revisarlo'”. En esa misma edición, también en portada, la sección “la esquina” se refirió así a los dichos de González Sánchez: “pide el subsecretario ‘revisar si las capacidades que miden las pruebas PISA son adecuadas para los niños mexicanos’. Si entendimos bien la SEP dice que el examen de la OCDE no debería aplicar para México, que terminó muy mal calificado porque nuestros niños son diferentes. Si el 65.9% reprueba a nivel mundial la culpa no es de los maestros, es del malvado examen”.
El desagravio a la dirigente del sindicato magisterial llegó un día después mediante un análisis titulado “La educación a debate”, que firmó el gerente general del periódico, Guillermo Rivera Hemmeler (quien nunca antes, hasta donde nosotros sabemos, había escrito algún artículo ocupó casi toda la página 5 para defender la designación del subsecretario y eflexionar sobre las cualidades de la profesora:
“Muy pocos han hecho un análisis contrafáctico de la designación del yerno de Elba Esther Gordillo como nuevo subsecretario de Educación Básica (…) De no haber sido nombrado ahí Fernando González, habría pasado de noche ese nombramiento como pasaría de noche su gestión. Al final, esa persona diría que nada se pudo hacer a favor de la educación pública, porque ‘no lo dejó el sindicato’… este socorrido pretexto no puede ser esgrimido por el nuevo subsecretario, de modo que ahora, el gran pretexto para no transformar la educación básica, ya no podrá ser el sindicato. ¿Buena jugada la del presidente Calderón, no cree?, aprovecha la alianza con Elba Esther para meterla en su terreno y poner a este grupo al frente de las reformas (…) No olvidemos que Elba Esther [Gordillo] ha mostrado como nadie en este país, un compromiso claro con las reformas que puedan detonar el desarrollo de México”.
Guillermo Ortega sustituye a Hiriart en la dirección desde el 19 de enero.