El arte hoy, como nunca, se ha vuelto un engaño

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Pregunté a distintas personas inmersas en el mundo del arte su opinión sobre los farsantes y y resultó este lienzo multicolor:

Cuauhtémoc Medina, curador en jefe del MUAC, respondió lo siguiente:

“El tomar decisiones acerca de qué efecto tienen las obras se centra en la discusión alrededor del valor, en la significación que se crea, de cierta manera colectivamente, pero desde posiciones de poder diferenciadas y desde capacidades de argumentación también desiguales, no en relación a la idea de que alguien haya fabricado una personalidad falsa. En el caso de los falsificadores se puede hacer la pregunta de quién engañaba a quién. Lo que provocan las obras se desprende de quiénes las hicieron. Cuando un artista constantemente está declarando la autenticidad de su obra, inmediatamente eso lo hace sospechoso”.

Por su parte, Edgardo Ganado Kim, curador y maestro en La Esmeralda planteó:

“Yo establezco lo que es el arte a partir de la producción simbólica eficiente, no importa el medio, lo que importa es cómo se construye el conocimiento a partir del arte. Hay muchos campos críticos muy especializados que establecen lineamientos de lo que es el arte y hay quienes siguen pensando que pintar una manzana bien roja es una maravilla. Regularmente se cree que el arte contemporáneo es una farsa porque no se entiende, y en gran medida no se comprende porque se piensa que uno se tiene que acercar a él de la misma manera en la que uno se acerca a un objeto artístico del siglo XIX. Se tiene que estar dispuesto a recibir un objeto que está legitimado por otro. El arte no es subjetivo, cuando vas a un museo el director, el curador, el artista, el galerista o el promotor ya ha decidido qué es lo que va a presentar, y nosotros como espectadores estamos supeditados a eso.

Yo creo que no hay farsantes, hay perdidos cuando quieren engañar al mercado para que su obra cueste más”.

En contraste, Avelina Lésper dibuja a los farsantes:

“Cuando surgió el arte contemporáneo como lo estamos entendiendo ahora, a finales de los cincuenta y a principios de los sesenta, el arte dejó de requerir las habilidades artísticas de los creadores y se convirtió en una gran farsa. Se podía hacer arte sin realizarlo, nada más generando una idea, y muchísima gente que no tenía ni siquiera la más mínima noción de las artes plásticas, que no podía hacer un dibujo, una pintura, un grabado o nada, empezó a generar ‘arte’ a secas, de la nada, porque el arte conceptual es un concepto. Literalmente arte puede ser lo que sea, y con estos parámetros cualquier

persona puede ser artista. Hay una distorsión de esta idea porque nadie va a prohibirte que hagas arte. No necesitas demostrar ningún tipo de habilidades ni conocimientos. Por otro lado surgió la apropiación, el hecho de que tú tomaras la obra de otra persona, te la adueñaras y dijeras que era tuya se convertía en una forma de arte”.

¿Quiénes han hecho esto?

“Sherrie Levine fotografía cuadros de Van Gogh desde un libro. A esto le llamó ‘Van Gogh por Sherrie Levine’ y nos está engañando, ella no es artista. A este tipo de personas es a las que yo llamo farsantes, porque lo que hacen es un plagio, porque el arte deja de tener una función. En la medida en que todo puede ser arte, ni siquiera tiene sentido que el concepto de arte exista. Ya no eres alguien que tiene un talento distinto con lo que creas, no tienes un quehacer artístico, puedes hacer lo que sea. Muchísima gente empezó a engañar a través de esto, pero lo peor es que dentro de sus mismos parámetros mienten y esos artistas para mí son doblemente falsos. La función del ready made es que el objeto sea lo que es: una silla es una silla, un mingitorio es un mingitorio, un zapato es un zapato. ¿Pero qué pasa cuando te mienten y te dicen “es mierda de artista”, y abres la lata y no hay mierda adentro? Entonces el artista es un doble mentiroso, no te está presentando una obra con cualidades estéticas para que se considere arte.

“¿Qué ha sucedido con la obra de Teresa Margolles? Que en la medida en que hemos presionado diciendo que lo que hace no es arte, ha tenido que ir retractándose. Cuando en la Bienal de Venecia llevó trapos con sangre y dijo que era sangre de cadáver, Cuauhtémoc Medina comenzó a cuestionar al jurado acerca de cómo había llevado sangre hasta Venecia y ella terminó arrepintiéndose sobre lo que había sucedido: “No es de cadáver, es una metáfora, es sangre que conseguimos recientemente”. Entonces el engaño es doble.

“En el último catálogo que hizo Conaculta de Gabriel Orozco lo único que tiene como pictórico son pinturas de círculos. Puedes ver los videos donde las explica, y en el catálogo la curadora explica cómo las hizo. Él mandó a hacer todas las pinturas, nunca se paró por el taller del artista que las realizó, solo las revisaba porque se las enviaban a su teléfono. Y cuando el artista aprendió a hacer los círculos que Gabriel quería, se comenzó a vender la colección. ¿Entonces, quién es el autor? Es como los libros de los políticos, todos sabemos que ellos no son escritores y que alguien más los escribió.

“La gente no hace su obra, miente sobre los orígenes, el material, manda a hacer todo, se roba la obra con la apropiación; no son artistas, son farsantes. Otro ejemplo muy claro es Jeff Koons, quien dice que no tiene las habilidades ni la preparación para hacer ninguno de sus trabajos. Justamente por eso contrata a gente que los realiza. Él era corredor de bolsa, no ha tenido preparación artística. Toda su obra es enviada a hacer, él no mete las manos en nada.

“Otro artista que no hace su obra es Demian Hirst, él tiene una colección inmensa de pinturas que no hizo. Lo que hace es plantear la idea y contratar a los mejores para que la hagan. Justamente quien planteó esa manera de trabajar fue Andy Wharhol. Lo único que hizo fueron las primeras cinco serigrafías de The Factory, después no volvió a hacer ni una sola. La Fundación Wharhol cerró porque se negaron a seguir autentificando su obra. Aun así, como el mercado del arte es artificial, los cuadros siguen subiendo de precio. Cuando él hizo sus primeras serigrafías, su representante le consiguió el taller de serigrafía para que se las hicieran. Cuando su agente se las mostró, Wharhol le dijo que sí tenían el toque industrial y deshumanizado que estaba buscando, y a partir de eso montó The Factory. Ahí quienes llegaban a comprar serigrafías se encontraban con que había muchas y no sabían quién había hecho cada una, por eso hay tantos retratos. En el momento en el que compraban alguna, Andy las firmaba y se las llevaban. Yo les recomiendo que no compren ni un solo Wharhol, no hay manera de autentificar ninguna de las piezas, ni siquiera las que están en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

“Cuando trajeron a Wilfrido Prieto de Cuba a la Sala de Arte Público Siqueiros, hizo una obra diaria. Se orinó en el piso. Un día llevo su botella de agua doblada y ésa fue su obra del día. Y obviamente le pagaron con nuestros impuestos. Olvídate de que Leonardo Da Vinci haya pintado no más de cuarenta cuadros durante toda su vida.

“Los jarrones de Ai Weiwei, que él dice que son de la dinastía Ming, de hace mil años, obviamente se apropió de unas antigu%u0308edades y las pintó horrible con vinílica. Nadie le ha comprobado que son un montón de jarrones antiquísimos. Como alarde, hay un video donde rompe un jarrón, lo cual es la triple farsa: apropiarse de algo que no es suyo, ponerlo en el museo y decir que, como lo movió de un lado a otro del recinto, ya es suyo, romperlo y decir que eso tiene una antigu%u0308edad tremenda, y ni siquiera lo comprobó.

“No solamente estos ‘artistas’ son farsantes, nos engañan los curadores, las instituciones y todo el aparato académico que define eso como arte. ¿Y dónde está el arte? Las palabras arte y artista se prostituyeron. En las escuelas de artes plásticas los chicos ya no quieren estudiar porque consideran que no vale la pena esforzarse si pueden hacer cosas que no requieren destrezas. El público, que es un factor importantísimo en esto y debe manifestarse, poco a poco está dejando de ir a ver este tipo de exposiciones porque se siente engañado”.

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