Mientras el estado de Veracruz vive una severa crisis económica por el uso inescrupuloso y abusivo de los recursos públicos, que le ha significado un endeudamiento cercano a los 40 mil millones de pesos -según cifras oficiales- sin que éste se vea reflejado en obras y servicios, el destino de ese dinero, en materia de difusión, propaganda y otros rubros relacionados con la comunicación social, permanecen bajo llave.
En Veracruz, contra el principio de máxima publicidad que rige la disposición de recursos presupuestales tanto en la obra pública como en las tareas de difusión de las actividades gubernamentales, esta información está restringida por ley, luego de que el gobierno de Javier Duarte la declaró como reservada sin sustento jurídico para ocultar esos datos del escrutinio público.
En cambio, en cuatro años de la actual administración, por un lado se han creado, de la nada, emporios de comunicación en los que participan quienes tuvieron a su cargo, precisamente, las tareas de la comunicación social. O bien, se apuntalan aspiraciones políticas usando esos recursos para golpear a los adversarios del régimen.
La solicitud de etcétera
El 10 de julio de 2014, etcétera solicitó el detalle de los gastos de difusión del gobierno de Javier Duarte desde diciembre de 2010 hasta junio del año pasado. Se pidió el desglose de spots en radio, televisión, portales de Internet, inserciones en prensa y publicidad exterior, tanto en medios locales como nacionales. El 27 de julio, el Sistema Infomex notificó a etcétera de una solicitud de prórroga del gobierno veracruzano.
Pero para el 14 de agosto, la administración de Javier Duarte, que se vanagloria en el discurso de manejarse con total “transparencia”, respondió, vía el oficio CGCS/UAIP/067/14, que con fundamento en lo dispuesto por el artículo 12.1 de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública para el Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave, “no es posible entregar la información solicitada por estar clasificada como Reservada, con base en el acuerdo que tiene por objeto clasificar, como de acceso restringido en la modalidad de Reserva, la información relativa a la partida 513636100005, ‹Difusión de Mensajes sobre Programas Gubernamentales› y que obra en poder de la CGCS, con base en el artículo 5.1 de la mencionada ley”.
Días después, el 21 de agosto, etcétera interpuso un recurso de revisión contra esta negativa a proporcionar la información, cuya respuesta fue también prorrogada, hasta que el 29 de septiembre el Sistema Infomex envió la notificación que declaró improcedente el recurso de revisión, “por tratarse de información catalogada como reservada”.
El 29 de octubre, etcétera envió una nueva solicitud de información, a sugerencia del Centro de Atención Telefónica del Instituto Federal de Acceso a la Información, misma que hasta el momento de escribir estas líneas, no había obtenido respuesta de la administración de Duarte de Ochoa.
Voces de Veracruz y el “holding” de medios
Desde que fungía como vocera del gobernador Duarte, Gina Domínguez Colío fue señalada, además de ejercer un férreo control sobre lo que se publicaba y se dejaba de publicar en los medios, de participar como accionista en algunos.
Es el caso del diario El Águila, fundado en Xalapa en el sexenio de Javier Duarte, que cuenta con rotativa propia, con un tiraje regular, pero que se regala en las calles, y sobre el que existen sospechas de que Domínguez Colío era o es accionista. Tales sospechas están fundadas en el hecho de que Domínguez reclutaba personalmente periodistas para puestos directivos en él desde antes de que saliera a la luz.
Pero si en este caso es difícil comprobar su relación de negocios con esa empresa, que opera a la par la radiodifusora Radio Capital en Xalapa, lo que está fuera de duda es su participación en una cadena llamada “Voces de Veracruz”.
Ésta consta de tres radiodifusoras ubicadas estratégicamente: “La Voz de la Huasteca”, en el norte alto de Veracruz; “La Voz del Totonacapan”, en la sierra totonaca; y “Viva La Cuenca Radio” en la zona sur de la entidad, mismas que operan bajo la modalidad de permisionarias, por ser de corte “cultural”. Las oficinas centrales, sin embargo, se ubican en la capital de Veracruz. Y ahí trabajan varios de quienes fueron colaboradores cercanos de Gina Domínguez en la Coordinación General de Comunicación Social del Gobierno de Veracruz.
Empero, en este caso no hay lugar a especulación. En una entrevista reciente, publicada el pasado 3 de diciembre por la reportera Luz María Rivera, Gina Domínguez admitió su participación en estas radiodifusoras y la próxima creación de un “holding” en materia de comunicación. Amén de sus demás empresas del ramo restaurantero.
“Dueña de cafeterías y de un beneficio de café, también ambiciona un ‹holding› mediático, ‹me enseñó una amiga el esquema y me gustó…› y que asegura no riñe con su actual encargo al frente de la Fundación Colosio estatal”, escribió la reportera, quien fuera su más ácida crítica a partir de que
Domínguez la desplazó como enlace de Prensa de la Secretaría de Finanzas del estado en 2008, pero que ahora le hace entrevistas a modo.
Y agregó, citándola: “yo voy hacia un proyecto de comunicación, ¿en qué sentido?, ahora precisamente que estaba yo en gobierno fue un nicho de oportunidad que yo vislumbro, que no se (sic) si lo sea o nada mas (sic), lo que yo quiero trabajar es una empresa comercializadora de medios, a nivel nacional los medios trabajan a través de comercializadoras, no trabajan de manera directa, yo quiero un proyecto de una comercializadora (…) una especie de ‹holding›, así trabajan a nivel nacional, y cuando estuve trabajando con medios nacionales, una amiga mía me platico (sic) el esquema y se me hizo interesante (…) yo quiero trabajar, tener medios propios, yo creo que la aspiración de cualquier comunicador es dirigir un medio y tener un medio propio.
“Yo no tengo periódico, yo no tengo estación de radio, me atribuían una estación de radio en Xalapa y de un periódico que no son míos, son de un grupo editorial que es de la ciudad de México con los cuales trabajamos como trabajamos con todos los demás medios, yo si (sic) quiero tener un medio y hasta ahorita mi idea es tener una agencia informativa, es una idea que apenas estoy iniciando, me voy a incorporar y a demás (sic) es un tema que medio asesoré y luego solté, me voy a incorporar a un proyecto de radio social que si (sic) me llama la atención y me interesa, pero en realidad mi proyecto particular en el tema de medios es una comercializadora de medios”, reconoció Domínguez Colío.
De dónde salió el dinero para eso, es un misterio.
Los golpeadores de Silva
El sucesor de Gina Domínguez en la Coordinación de Comunicación Social, Alberto Silva Ramos, heredó de aquélla una estructura que se dedica a espiar y hostigar adversarios políticos y periodistas incómodos, a los que no duda en intentar intimidar y difamar mediante correos electrónicos apócrifos enviados masivamente a las redacciones y a los e-mails de medios y comunicadores.
Dos oscuros personajes son señalados como los responsables de orquestar las campañas de lodo electrónico. Uno es Francisco Vicente, excolaborador de la familia Yunes Márquez (los principales enemigos políticos del grupo gobernante en el estado), y que se cambió de bando al inicio del actual sexenio, por lo cual cobra una millonada. El otro es Marcos Miranda Cogco, un exreportero del periódico Notiver que fue despedido de este medio crítico del gobierno de Javier Duarte y a quien, como pago por sus “servicios”, el gobierno estatal le financia un portal de noticias. Ambos “trabajan” bajo las órdenes de Silva, quien de esta forma, y con bravuconerías en redes sociales, se “ganó” el favor de el Gobernador para que lo impulse como sucesor, para lo cual promovió una reforma a la Constitución de Veracruz.
Cuánto nos cuesta a los veracruzanos esa estructura golpeadora, o a cuánto ascendieron los “moches” que ahora resultarán en un emporio mediático, no es posible saberlo, así como tampoco cuánto ha gastado el gobierno de Duarte para promoverse en medios locales, nacionales e incluso internacionales. La información está reservada.