Las redes sociales, como Facebook, MySpace, Twitter, Sonico, Hi5 y otro centenar, a las que se puede acceder a través de Internet, crean la ilusión de estar en el mundo, pero sin salir de casa. Permiten reencuentros insólitos con compañeros de la escuela primaria o parientes olvidados en otro punto del planeta. Se puede espiar sin ser visto jamás, exhibirse sin poner el cuerpo en riesgo y promocionarse sin invertir un solo centavo. Muchos usuarios se valen de ellas para conocer gente, conseguir trabajo o desarrollar tareas de militancia a través de la creación de grupos. Con más de 500 millones de personas registradas en el mundo, este fenómeno mundial, cuyo alcance es aún impreciso, también desembarcó en Argentina, donde fue creada una de las redes sociales más importante de América Latina: Sonico.
Con 39 millones de usuarios, Sonico, la red social creada por el argentino Rodrigo Teijeiro, es la de mayor crecimiento en América Latina. Actualmente está disponible en español, inglés y portugués y es administrada por un equipo de 81 personas. Tiene usuarios en Colombia, México, Perú, Argentina (donde nació), Venezuela, España, Chile, Estados Unidos, Ecuador y Brasil. Es en éste donde tiene más seguidores.
Una investigación di fundida en la publicación estadounidense BusinessWeek y por YouNoodle, grupo que identifica los startups con mayor proyección global , destacó a Sonico como uno de los 50 startups con mayor potencial de crecimiento en el mundo. En mayo de 2008, la red de origen argentino obtuvo la suma de 4.3 millones de dólares en su primera ronda de capitalización, liderada por DN Capital y otros inversores referentes de la industria, como Fabrice Grinda, Alec Oxenford y Martín Varsavsky.
Tomás O’Farrell, fundador de Sonico y Chief Marketing Officer de la empresa, explicó que esta red social fue creada en julio de 2007, “no pensando en un país, sino en una región que es América Latina”, cuando existían dos modelos dominantes (MySpace, en el mundo; Fotolog, en Argentina). A diferencia de esas empresas, donde los datos son públicos y en los que no hace falta utilizar un perfil verdadero para participar, Sonico introdujo un modelo con una política de privacidad más cuidada y con contenidos “más amigables” para un usuario latinoamericano.
“Sonico apela a personas reales, con contenidos moderados por seres humanos. Todo el contenido está cerrado y al aceptar un amigo el foco de la red no está basado en citas, sino en manejar tu agenda on line”, subrayó O’Farrell, quien admitió que la propuesta “se roza bastante” con la de Facebook, pero con contenidos más focalizados en una región.
“Lo que más fascina a los usuarios de Sonico es que cada uno puede personalizar su perfil, cambiar los fondos y los tonos de tu página y de los grupos y eventos que crea cada uno, a diferencia de lo que ocurre en otras redes. También es muy popular el chat y los perfiles de las bandas musicales independientes”, enumeró el empresario.
Aunque no tienen detectado un perfil de usuario, O’Farrel comentó que los argentinos ven más videos que los brasileños, que -en cam- bio- son más activos a la hora de crear grupos de fútbol, de películas y de series. En Argentina, los dos grupos más populares que funcionan en Sonico son “Me encantan los 80” y “El interior también es vida”, en el que gente que vive en el interior del país cuenta anécdotas y curiosidades de sus provincias.
Lo único prohibido en Sonico son los insultos, ya que la empresa no modera nunca a favor o en contra de una idea. “Sólo facilitamos el contacto a la gente, como sucedió con la crisis del campo”, que enfrentó al gobierno con los sectores agropecuarios que se oponían al aumento de los impuestos a las exportaciones de granos, destacó el Chief Marketing Officer. Entonces, un grupo de usuarios argentinos creó el grupo “Cristina, dejá de robarle al campo (en alusión a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner)”. Sonico también se ha utilizado en Venezuela por varios grupos opositores al gobierno de Hugo Chávez, y en Brasil, donde hay muchos grupos en contra de la investigación con células
Los negocios, la otra cara
En 2005, el grupo empresarial News Corp, del magnate Rupert Murdoch, pagó 580 millones de dólares por MySpace. Esa cifra quedó en segundo plano cuando Microsoft invirtió 240 millones en Facebook a cambio de apenas el 1.6% de la empresa. AOL desembolsó 850 millones de dólares por Bebo, una red social con muchos usuarios en Inglaterra, Irlanda y Nueva Zelanda. ¿Cuál es la diferencia entre estos nuevos negocios on line y el boom de las “punto.com” en 2001? La gran diferencia es que las empresas que protagonizan el negocio de las redes sociales son rentables.
Según O’Farrell, en América Latina hay un 25% de penetración de la redes sociales entre los usuarios de Internet, y dentro de ese grupo, tres de cada cuatro personas mayores de 45 años recién están descubriendo las redes.
“Todas las redes son un producto en crecimiento, que en América Latina tienen registrado al 5% de la población; es decir, la gran mayoría aún no usa redes”, explicó O’Farrell. Aunque “es impresionante el crecimiento (750% en un año) a nivel usuarios, es necesario un modelo de negocios sólido, sobre todo en un contexto recesivo como el actual”, para sobrevivir a largo plazo.
Los que están a la cabeza de Sonico, por ejemplo, empezaron a trabajar con la idea de que la empresa no se mantiene sólo con publicidad, sino que es necesario apuntar a otros negocios. Por eso, están desarrollando acuerdos con compañías telefónicas en los distintos países donde está presente la red para vender on line recargas de celulares prepagos y también para poder enviar mensajes de texto desde la página de usuario. Además, como las redes tienen a disposición mucha información del usuario, pueden segmentar la publicidad para que su direccionamiento sea más eficaz. Y, por último, también se están agregando contenidos de pago, como regalos virtuales y tarjetas premium.
Sonico, en el marco de desarrollo de nuevos negocios, trabaja en estos días sobre la idea de que “todo lo que se puede hacer con la computadora se pueda hacer con el celular” y, por eso, busca sellar acuerdos con las telefónicas. Según O’Farrell, el futuro de las redes es “diversificar las fuentes de ingresos y encontrar el balance entre publicidad y usabilidad (sic)”; es decir, no atiborrar las páginas con publicidad “porque ingresará más dinero a corto plazo, pero hiriendo las chances de la compañía a largo plazo”.
Políticos enredados
Ya se sabe que gran parte del éxito de la campaña presidencial de Barack Obama se debe a su estrategia desarrollada en Internet y, específicamente, en las redes sociales.
El periodista Leandro Zanoni, autor de El imperio digital destacó que “más allá de la intervención oportunista y del fenómeno Obama, muy interesante de analizar, las redes todavía no sirven para desarrollar nuevas estrategias políticas”.
Argentina tampoco es ajena al fenómeno del marketing político en las redes sociales, en las que ya tienen creado un perfil desde la Presidenta hasta los dirigentes agropecuarios enfrentados con el gobierno por los impuestos a los granos. Pero existe otro eslabón en el uso político de la redes que lo llevan adelante otros actores, que en un segundo plano, crean grupos y reúnen a la militancia dispersa para que con esta nueva herramienta comiencen a expresarse.
En ese sentido, Mario Módica, dirigente kirchnerista de la Ciudad de Buenos Aires, explicó a etcétera que la mecánica utilizada es sencilla: “A partir de una hecho que se empieza a discutir en la red, se avanza hacia la formación de un grupo de referencia con la invitación a los distintos amigos a adherirse y a expresar su opiniones”, sobre temas como el conflicto con las patronales, la nacionalización de los depósitos de las AFJP (fondos de pensiones privados) o cuestiones urbanas como la implementación de la Ley Basura Cero o la organización de elecciones comunales.
“El salto cualitativo que estamos implementado ahora es la convocatoria a una reunión personal de los miembros de los grupos para desarrollar tareas concretas que logren alcanzar los objetivos que sirvieron de base a su constitución en la red”, agregó Módica, quien precisó que actualmente participa en tres experiencias de este tipo impulsadas por militantes kirchneristas porteños.
Entre las iniciativas, también figuran denuncias concretas, como la denominada “Los niños de la Soja”. En este caso, “se trata de realizar actividades concretas para denunciar y concienciar sobre el uso de químicos que han afectado la salud de la poblaciones, en especial de los niños, utilizados para desfoliar los campos y permitir la siembra de soja”, añadió el dirigente.
Así, las redes sociales como Sonico en Argentina, además de espacios de intercambio y diversión, comienzan a proyectarse como un canal útil para denunciar cuestiones “ignoradas por los medio masivos de comunicación” e intentar que deriven en acciones
concretas, como un acto público o una denuncia judicial. Se trata de una arista más de las redes, que -por ahora- se proyectan infinitas.
La nueva gripe en Sonico
Más de 15 grupos relacionados con la gripe A fueron creados en Sonico, desde que el virus fue detectado en Argentina. A través de ellos, los usuarios se informan y comparten experiencias relacionadas con la enfermedad.
Actualmente, el grupo con mayor número de miembros es “La fiebre porcina nos ataca”, con más de 14 mil 400 usuarios registrados. Este grupo, además, cuenta con más de 80 foros y tiene más de mil mensajes en cartelera.
Otros grupos relacionados con el tema son “Alerta Mundial H1N1. Prevéngase de la pandemia”, con más de 2 mil 500 miembros, y “Pandemia Gripe Porcina o virus H1N1. Alerta Mundial”, con más de 800 miembros”.