Foto: Cuartoscuro/Isaac Esquivel |
Televisa y TV Azteca buscan reventar la reforma electoral que prohíbe a nivel constitucional la compra de espacios en medios electrónicos para difundir propaganda electoral.
Desde su aprobación en octubre de 2007, las dos televisoras han desacreditado las modificaciones legales que mermaron las ganancias millonarias que otrora obtuvieran gracias a la compra de spots durante campañas electorales; y ahora preparan un camino que facilitaría el escenario político para una contrarreforma que echara abajo la regulación que les resulta incómoda.
El más reciente capítulo de esta historia tuvo lugar a finales de enero, cuando dichas empresas agruparon en bloques de tres y hasta seis minutos los promocionales del IFE y los partidos políticos, antecedidos por una cortinilla que lamentaba el corte de la transmisión y señalaba que éste se debía a un mandato de las autoridades electorales. Este hecho se repitió lo mismo en el sábado 31 de enero, segundos después de iniciado el partido Monarcas vs. América, que al día siguiente durante la transmisión del Súper Tazón.
El 2 de febrero, eI IFE responde a esta acción con un desplegado que, pese a su mala redacción, desmiente a las cortinillas de los consorcios televisivos: la decisión de agrupar los promocionales de los partidos políticos y autoridades electorales en un solo bloque comercial, así como la de interrumpir programas deportivos o de entretenimiento para ofrecer al público la transmisión de dichos promocionales dentro de los mismos programas y no en los bloques comerciales normales, ha sido adoptada exclusivamente por las televisoras, pero no por el IFE.
Sin embargo, la aclaración del instituto resulta insuficiente frente al embate de las televisoras: ese mismo día TV Azteca difunde una nota en la que muestra las reacciones, que van de chiflidos y mentadas de una familia cuando se interrumpe la transmisión del Súper Tazón. La reportera Anareli Palomares advierte entonces: una ley que abusa de la atención de la audiencia está por irrumpir en casa&. La secunda el reportero Daniel Sangeado que sentencia: Enfundados en la bandera del absurdo, los políticos se dicen ridiculizados, quizá porque bien saben que con sus spots en horario triple A, lo único que ganan es el repudio de la gente.
Televisa, por su parte, en el terreno judicial interpone desde el 20 de enero pasado, su tercer amparo (los dos primeros fueron presentados en abril y octubre de 2008) contra la reforma electoral, específicamente contra las pautas de transmisión ordenadas por el IFE.
Legisladores de todas las fuerzas políticas exigen una explicación al instituto sobre la transmisión de los spots en bloque, algunos lo hacen incluso como desconociendo la naturaleza de la legislación que ellos mismos aprobaron. Tal es el caso del coordinador de los senadores panistas, Gustavo Madero, quien considera que lo ocurrido Es una decisión que toma el instituto y será el instituto mismo el que la explique y la justifique, de acuerdo a su estrategia, su definición y entendimiento de la reforma que está en vigor. Algunos otros, como el perredista Juan Guerra, advierten con buen tino sobre la estrategia de Azteca y Televisa: Es una maniobra para contraponer a los ciudadanos contra los partidos, para hacer creer que fue una decisión de los partidos políticos.
Alevosía
Además del agrupamiento de los promocionales y la presentación de cortinillas, las televisoras transmiten de manera simultánea los bloques de spots, de tal manera que al momento de zapear de Azteca 13 al Canal de las Estrellas, y de ahí al 4 o al 7, el televidente lo único que puede ver es una especie de cadena nacional con propaganda política. (Días después Ricardo Salinas Pliego reconoció que ambas televisoras se coordinaron, a fin de no perder audiencia.)
Dicha operación cuenta también con la buena fortuna para su causa de una reacción tardía del instituto que no informa con claridad o al menos su mensaje no prevaleció que el diseño de las pautas de transmisión de los anuncios políticos se debe, en gran parte, a un gesto de buena voluntad de las autoridades electorales para con las televisoras.
El IFE determina que los spots sean programados en franjas horarias y no en momentos precisos, ante la petición de una industria de la radiodifusión inquieta por lo que ese hecho podría representar para sus compromisos comerciales. El instituto tampoco ordena la presentación en bloque de los promocionales, y mucho menos mandata que sean interrumpidos eventos como partidos de futbol.
En pocas palabras: las televisoras pidieron y les fue concedida flexibilidad en la programación de las pautas, para después aprovecharse de este hecho y presentarlo en sus pantallas como un abuso de las autoridades electorales. Su estrategia funciona: según una encuesta de María de las Heras, difundida por Milenio Diario, 56% de la población piensa que la interrupción de los partidos de futbol es responsabilidad del IFE.
Acuerdo sorpresivo
El 3 de febrero, el instituto emplaza a Televisa, TV Azteca, Cabelvisión y Sky para que en un plazo de 24 horas expliquen las razones de este esquema de difusión de los spots; por su parte, la Segob pide una explicación técnica a Televisa y Azteca acerca de las razones por las que modificaron la forma de difusión de los mensajes electorales.
Un día después, y a convocatoria de Fernando Gómez Mont, secretario de Gobernación, Leonardo Valdés, presidente del IFE, se reúne con ejecutivos de Televisa y TV Azteca; sin conclusiones ni acuerdos de por medio, trasciende que las televisoras acuerdan analizar aspectos técnicos de las pautas de transmisión y reiteran su buena voluntad para no editorializar al momento de transmitir estos mensajes.
Algunos medios reproducen la especie de que durante esa reunión, Valdés asegura que no habría negociación. Serio y hasta con el rostro endurecido, el presidente del IFE, Leonardo Valdés, fue en encargado de cerrar la reunión con los representantes de las televisoras, a quienes advirtió que el organismo aplicará la ley, sin negociaciones ni convenios bilaterales (&)
Según el testimonio de algunos convidados, el funcionario habló en tono pausado, casi en voz baja, pero sin titubeos.
Fue clarísimo: somos un órgano autónomo, con facultades constitucionales, un órgano del estado facultado para administrar el nuevo sistema electoral. (Reforma, 6/II/09)
Las cortinillas desaparecen, pero el instituto detecta otras irregularidades como la registrada en la transmisión de Canal 13 a través de Sky, pues en ésta, a diferencia de la señal abierta, no aparecen los anuncios enviados por el IFE y en su lugar hay publicidad de leche Lala.
Se inicia un proceso con miras a sancionar a las televisoras. La base argumental de éste descansa en el artículo 350 del Cofipe, que dispone las infracciones de los concesionarios o permisionarios por: Incumplir, sin causa justificada, su obligación de transmitir los mensajes y programas de los partidos políticos y de las autoridades electorales, conforme a las pautas aprobadas por el IFE;
Y: Manipular o superponer la propaganda electoral o los programas de los partidos políticos con el fin de alterar o distorsionar su sentido original, de denigrar a las instituciones, a los propios partidos, o calumniar a los candidatos.
Además del artículo 75 que dispone que No se podrán alterar los mensajes de los partidos políticos y las autoridades electorales que se difundan en los servicios de T.V. restringida.
Sin embrago, en medio de dichos procedimientos sancionadores, se firman sorpresivamente las Bases de colaboración entre el Instituto Federal Electoral y la CIRT, para promover las mejores condiciones en la administración de los tiempos oficiales del Estado en materia de radio y televisión.
En dicho documento, la CIRT se compromete a respaldar, apoyar y acompañar al IFE en el cumplimiento de sus responsabilidades constitucionales y legales, así como a generar las condiciones propicias para el adecuado acceso de los partidos políticos y del propio Instituto a los tiempos de radio y televisión. Los agremiados a la Cámara procurarán no agrupar los promocionales en un solo corte.
En sus ocho puntos, las bases, signadas por los consejeros Arturo Sánchez, Marco Gómez y Virgilio Andrade, plantean, simplemente, que los concesionarios cumplan (o más bien, procuren cumplir) con lo estipulado en la ley, como si este hecho se tratara de un gesto de buena voluntad por parte de los industriales de la radiodifusión.
En su columna Plaza Pública, Miguel Ángel Granados Chapa lo frasea así: El resultado del encuentro fue un documento tan atípico como las conductas atribuidas a las televisoras. Haga usted de cuenta que en una operación contra la piratería, es decir contra la violación masiva del derecho de autor, los fabricantes de discos compactos o devedés ilegales firman con la Procuraduría General de la República un acuerdo de colaboración en que los presuntos delincuentes o infractores se comprometen a no seguir ya su práctica lesiva para la propiedad intelectual a cambio de que no se les aplique la ley. Sin duda a usted le parecería una aberración, porque el interés público resulta lesionado y porque dejaría sin contenido la afirmación con que se llena la boca a representantes del Estado mexicano, particularmente al gobierno federal panista, de que la ley no se negocia. (16/II/2009)
La señal enviada 11 de febrero con la firma de las bases de colaboración no resulta halagueña. Ese mismo día, el representante legal de TV Azteca, Salvador Rocha Díaz, se burla de los argumentos del IFE e ironiza con el asunto de los spots transmitidos en bloque.
Eso (los spots) puede ser que resulte atractivo para algunos. Por ejemplo, para el que quiera ir a prepararse un sandwichito mientras está viendo su programa favorito.
Y aunque el instituto asegura entonces que la firma del acuerdo con la CIRT no implica la suspensión de los procedimientos sancionadores contra Televisa y TV Azteca, por montos de cuatro y siete millones de pesos, respectivamente, dos días después el IFE termina por perdonar a las televisoras.
IFE, doblegado
El viernes 13 de febrero, el Consejo General del IFE discute el proyecto del secretario ejecutivo, Edmundo Jacobo Molina, sobre la posibilidad de multar a Televisa y TV Azteca. Hasta horas antes de la sesión, en el instituto se tenían proyectadas sanciones por manipular e incumplir con la pauta de propaganda ordenada.
Estamos ante conductas que en lo individual y en su conjunto generan una operación, manoseo e intervención indebido en la propaganda electoral de los partidos políticos, advierte el proyecto.
Sin embargo, algo ocurre porque el instituto opta por perdonar las faltas de las televisoras. De manera inesperada el consejero Marco Baños plantea el sobreseimiento del asunto, pues las conductas atípicas detectadas terminaron con la firma de las bases de colaboración con la CIRT.
Baños expuso que la normalización de las transmisiones derivó de la acción del IFE, y la sensibilidad de los concesionarios para firmar y cumplir de inmediato un acuerdo (…) al haberse corregido (la transmisión de spots) ya deja sin materia (el proceso sancionador).
Seis de los nueve consejeros apoyaron la propuesta de Baños, en contra y por la sanción a las televisoras estuvieron Leonardo Valdés, Alfredo Figueroa y Virgilio Andrade.
La única multa impuesta fue a Azteca, con un monto de dos mdp, por haber alterado la pauta entregada por el IFE, al transmitir en su señal de Sky spots comerciales en lugar de propaganda política.
La decisión abre un frente al instituto, lo vuelve vulnerable ante un poder fáctico que, una vez más, parece haber conseguido su objetivo: violar la ley con impunidad y debilitar la credibilidad de una legislación que les resulta a todas luces incómoda.
Al cierre de esta edición, el Senado aprobó (al más puro estilo de como fue aprobada la Ley Televisa) vía fast track reformas a la ley de radio y televisión, con la intención de darle al IFE herramientas legales para sancionar a las empresas que alteren las pautas de transmisión de spots. Por su parte, el instituto sancionó a las dos televisoras por un monto de 4.5 mdp, por no haber transmitido spots durante el futbol, un finde semana después de aparecidad las cortinillas.