Al recibir del Senado de la República la Medalla Belisario Domínguez, el periodista Carlos Payán Velver declaró enfático: “Es la humanidad entera la que parece encaminada a un desenlace fatídico”.
Y en su discurso se refirió a tres bestias actuales: el agotamiento y la destrucción de la naturaleza; la hostilidad y la agresión del mundo privilegiado contra los migrantes, y el fascismo.
Sobre el último dijo que “hoy resurge con una fuerza inusitada esta marea negra y ponzoñosa, directa o indirectamente alimentada por la política de Donald Trump. A nosotros, los mexicanos, nos ha caído el mal fario de tenerlo por vecino”.
Quien fue director fundador de La Jornada enumeró las características del “fascismo de nuevo cuño”: el caudillismo y el carisma; carecen de programas fijos y levantan consignas de odio según las circunstancias; persecución del contrincante político; racismo; homofobia; islamofobia y antisemitismo.
Añadió al listado el autoritarismo; el sexismo y el machismo; el chovinismo; el fanatismo religioso; los ataques a los medios informativos y acoso o muerte de sus profesionales, y, finalmente, el desprecio por las instituciones democráticas y, al mismo tiempo, utilización de éstas como palanca de ascenso al poder.
El camino hacia esa extrema derecha han sido las políticas neoliberales, que “han ensanchado de manera brutal el abismo entre una minoría de ricos y una inmensa mayoría de pobres”.
Tras realizar un recuento de países donde la ultraderecha ha avanzado, desde Estados Unidos hasta Brasil pasando por Alemania, Francia e Italia, Payán mencionó que en nuestro país “el panorama que hoy se nos abre va en sentido opuesto y podría significar el afianzamiento de la democracia. Ojalá. Muchos en el resto del mundo han puesto su mirada en este país con una enorme esperanza.
“Ha llegado al poder un incansable luchador que, con la población a su favor, arrasó en casi todo el país. No ha tenido esta gloria otra nación, como dice el letrero luminoso que corona la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México”.
Tras reconocer la “grandiosa votación” a favor de Andrés Manuel López Obrador (quien estuvo presente en la ceremonia), resaltó la pluralidad: “El país somos todos, todos es una multitud variopinta y cada uno de sus integrantes pedirá la palabra a voz en cuello, cada cual reclamando sus asuntos, tenga derecho o no”.
Sobre los muros, dijo que ojalá que los que se levanten en el país “no sean para separar a los pueblos sino murallas de valor y buen juicio que nos protejan del embate y el yugo de todo fascismo”.
Y se manifestó esperanzado de que López Obrador cumpla con estos objetivos, además de que “la sociedad mayoritaria, vigilante, crítica y solidaria que se ha manifestado en estos meses mantenga a raya a las bestias que mencioné y que no permita una recaída en el abismo”.
Payán Velver recibió el galardón del Senado de manos de Martí Batres. Al acto acudieron también José Fernando Franco, en representación del Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Luis María Aguilar, así como el Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo.
En el dictamen por el que se otorgó la Medalla Belisario Domínguez a Payán Velver se argumentó lo siguiente: “Nuestro tiempo no se puede comprender sin el espíritu crítico de Carlos Payán, quien desde la trinchera periodística ha denunciado una y otra vez las injusticias y las conductas deshonestas que intervienen en contra del bienestar del pueblo de México.
“Así como lo hizo en su momento don Belisario Domínguez, la actividad periodística de Carlos Payán es un referente de la libertad de la palabra en la construcción de la democracia de nuestra Nación y es por ello que se le otorga esta medalla, por su valor en grado eminente, por su compromiso con la sociedad y con su tiempo”.
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