Las cifras sobre casos confirmados y muertes por Covid-19 que ha proporcionado el gobierno mexicano fueron cuestionadas por cuatro medios internacionales: The New York Times, El País, The Wall Street Journal y la agencia AP. Por su parte, las autoridades federales y de la Ciudad de México rechazan ocultar información.
The New York Times (NYT) presenta el reportaje “Cifras ocultas: México desatiende ola de muertes en la capital”, de Azam Ahmed, en el que, a partir de testimonios de médicos y funcionarios, se cuestionan los datos oficiales. El reportaje señala que la cifra real de fallecimientos “es más de tres veces la cantidad de fallecimientos que el gobierno reconoce públicamente”.
El reportaje recoge las voces de médicos de centros públicos de salud, quienes afirman que se oculta la realidad de la epidemia. Describen algunas imágenes que se viven en la capital del país: “En algunos hospitales los pacientes yacen en el suelo, tendidos sobre colchones. Hay personas mayores apoyadas en sillas de metal porque no hay suficientes camas, mientras que otros pacientes son rechazados y enviados a buscar espacio en hospitales menos preparados. Muchos mueren en esa búsqueda”.
Entre las fallas que presentan los datos oficiales, señalaron especialistas a NYT, se encuentra el escaso número de pruebas que se están aplicando en el país: sólo 0.4 por cada mil personas, muy lejos de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, que promedian 23 pruebas por cada mil personas.
Asimismo, el periódico estadounidense señala que el gobierno mexicano no respondió a su solicitud de datos sobre muertes por enfermedades respiratorias desde enero, para lo que alegó que estaban incompletos.
El NYT refiere testimonios de tres personas cercanas al asunto y a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y que dicen que ésta comenzó a solicitar información a los hospitales sobre las muertes relacionadas con la Covid-19. Y anota que “en la última semana, esa gestión encontró que las muertes fueron tres veces más que las cifras reportadas por el gobierno federal”.
Y no sólo no ocurre eso, sino que, por ejemplo, mueren personas contagiadas en hospitales y hasta en su casa sin que se les haya hecho la prueba correspondiente. Además, la información oficial tiene un rezago de un par de semanas, por lo cual ya no es oportuna.
Uno de los especialistas dijo a NYT: “Estamos subestimando por mucho la magnitud de la epidemia”.
Por lo anterior se pone en duda la veracidad y confiabilidad de los datos oficiales, lo que repercute en los cálculos de asuntos tan relevantes como el punto máximo del contagio en el país, la duración de la epidemia la gravedad del daño que se avecina.
El modelo con el que las autoridades han hecho las proyecciones sobre la evolución de la epidemia parece estar equivocado, ya que, después de un fuerte crecimiento de los contagios, seguiría un marcado declive tras el pico. Pero el reportaje advierte: “En casi ningún otro país del mundo ha habido una disminución rápida después de un pico”.
También el diario español El País dedicó un reportaje a los datos de las autoridades mexicanas sobre la epidemia, en el que resalta que, a decir de especialistas, “existe una falta de transparencia y ausencia de algunos datos que, de hacerse públicos, aportarían más claridad a la gestión de las autoridades”.
El gobierno mexicano optó desde el inicio por el modelo Centinela de vigilancia epidemiológica; pero, dice el reportaje, el subsecretario de Salud Hugo López-Gatell ha ido restando importancia a esa estimación, “ya que el grado de difusión del virus la hace, si no imposible, sí secundaria como herramienta”. Esto porque se ha puesto mayor atención en evitar que el sistema de salud colapse.
Además, el gobierno “ha transmitido la sensación de que calibrar el tamaño de la epidemia nunca ha sido una prioridad”, aunque advierte que el modelo Centinela ha sido sustituido por otro modelo matemático desarrollado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Sin embargo de este, como ocurrió con el anterior modelo, “tampoco se ha ofrecido mayor información hasta el momento”.
Del modelo Centinela, por ejemplo, además de que se menciona que es usado para detectar la evolución de enfermedades que, a diferencia de la Covid-19, ya existían, se hace mención de que las 475 unidades en las que se basa son muy pocas para que sus resultados sean representativos a nivel estado. A esto se agrega que ya no sirve para predecir la demanda de cuidados hospitalarios.
En sus cuentas, el diario español estima que “México tendría entre 620 mil y 730 mil casos sintomáticos acumulados desde el inicio de la pandemia. La inmensa mayoría de ellos lo han cursado, naturalmente, de forma leve”.
El País da cuenta de la cifra de casos confirmados ofrecida ayer por la Secretaría de Salud: 29 mil 616.
También señala que también es posible que en México se esté “infra-estimando” el número de fallecidos por Covid-19, posibilidad que fue aceptada por el propio López-Gatell.
Esa subestimación se debe, en buena medida, a falta de información inmediata por el dilatado sistema usado para reportar los fallecimientos (aunque señala que en otros países se están haciendo esfuerzos por mejorar esos registros) y el catálogo de causas.
Por su parte The Wall Street Journal (WJS) resalta que el número de pruebas de detección de Covid-19 puede estar provocando que la cifra de muertos reportados oficialmente sea más baja de lo que en realidad es.
En el reportaje de Juan Montes titulado “Death Certificates Point to Much Higher Coronavirus Toll in Mexico”, sustentado en diversas estadísticas y testimonios de personal de salud y de funerarias, se muestran los resultados de la revisión de 105 certificados de defunción de personas fallecidas los últimos días de abril. En 64 se estableció como causa de muerte “neumonía atípica”, de los que en 52 los médicos que certificaron el deceso marcaron como probables o sospechosos casos de Covid-19. Sin embargo, sólo cuatro de ellos fueron considerados como tales.
Si bien el diario reconoce que no es una muestra científica, considera que lo reportado sugiere que por cada fallecimiento reconocido oficialmente como provocado por Covid-19 hay muchos otros que no son registrados como tales.
En el reportaje también se menciona que la situación anterior también ya es reconocida por las autoridades sanitarias del país al incluir en las categorías de sus informes una de muertes sospechosas por Covid-19, que hasta este jueves llegaba a 245.
Asimismo, en el texto se afirma que, según datos de la Secretaría de Salud, en abril de este año los casos de enfermedades respiratorias agudas fueron superiores 11 veces a los registrados el año pasado.
El WSJ destaca el escaso número de pruebas de detección de la Covid-19 que se han realizado en México.
Finalmente, la agencia AP publica “Fears Grow as Coronavirus Bears Down on Mexico City”, de María Verza, en el que, a partir de los testimonios de un trabajador de un panteón en Iztapalapa y de varias personas con parientes que padecen enfermedades respiratorias, algunos de los cuales han muerto, se cuestionan las cifras oficiales tanto de contagios como de fallecimientos por Covid-19.
El texto menciona que en la Ciudad de México hay más de 7 mil 500 casos confirmados y más de 600 muertes, aunque las autoridades sanitarias aceptan que la cifra de contagiados es mayor. Esto, en buena medida por las pocas pruebas de detección que se aplican en la capital del país (el reportaje recuerda que la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, dijo recientemente que sólo se aplican 700 diariamente).
El último de los personajes del reportaje refiere que su padre está conectado a un ventilador mientras su familia aún espera el resultado de su prueba de detección de Covid-19. Y afirma que esa prueba es la menor de sus preocupaciones: “Sólo rezo para que esto termine”.
El vocero de la Presidencia de la República, Jesús Ramírez Cuevas, comentó en Twitter sobre lo anterior que “el gobierno de México no oculta información sobre contagios o fallecimientos por Covid-19, como suponen algunos medios”.
Además, añadió que los números gubernamentales “son producto del trabajo de decenas de científicos y nuestra política es de datos abiertos y transparencia total”.
Zoé Robledo, director del Instituto Mexicano del Seguro Social, comentó que el gobierno ha mantenido una información diaria sobre la epidemia.
Por su parte, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, comentó que su administración da información a la Secretaría de Salud federal y que “no vamos a esconder absolutamente nada”.
Añadió que “nuestra responsabilidad es abrir con transparencia la información y atender a todas estas personas que desafortunada y lamentablemente tienen familiares que han perdido la vida y, al mismo tiempo, generar toda la información que se requiere para que los comités técnico-científicos determinen en su momento cuál es el impacto que tuvo esta pandemia no solamente en la Ciudad de México sino en las 32 entidades de la República”.