Los medios, y los periodistas que trabajamos en ellos, somos expertos en la caza de las noticias. En los hechos que por su naturaleza imprevisible irrumpen en la agenda y destacan de la normalidad. Porque eso es la noticia, lo extraordinario, el niño que muerde al perro y no al revés, como dicen los libros de periodismo ¿no? Pero lo cierto es que, aunque no nos guste admitirlo, los periódicos y noticieros están llenos de no noticias.
Como ejemplo vale la pena mirar la nota que ocupa a algunos medios y redes sociales al momento de escribir este texto, y que cuenta la historia del nieto de un funcionario que habría golpeado a su ex novia, hija de otro servidor público. El caso es importante en sí mismo como cualquier denuncia de abuso, no obstante, la notoriedad se explica por aquello que Carlos Marín bautizó hace algunos años como la portación de pariente prohibido.
El fenómeno se ve con cada vez mayor frecuencia como cortesía de las redes sociales que permiten trazar parentescos con mayor facilidad. A eso se agregan los antecedentes de personajes – como la llamada “Lady Profeco” – que han hecho muy fácil encontrar en la conducta de hijos, nietos y demás parientes, elementos para cuestionar a sus familiares famosos, ¿pero cuándo estas historias son realmente noticiosas? Cuando hay recursos públicos comprometidos o abusos derivados de esas relaciones de sangre o amistad. Hasta ahí. Porque cruzando esa línea nadie debería ser imputado por lo que hace o deja de hacer una tercera persona.
No obstante en los medios con frecuencia se cuentan esas historias. Fue el caso de la hermana de una destacada panista acusada de secuestradora, o la favorita de varios medios, las detenciones de hijos, yernos o suegros de famosos narcotraficantes, que adquieren especial visibilidad como si el hecho de ser familiar fuera suficiente para detener a una persona. Habría que recordar que en esos casos cada quien debería ser juzgado por sus propios méritos.
Pero no son estas las únicas no noticias. Ahí están para salvar a los colegas reporteros las preguntas dirigidas a construir una nota donde no existe. Apenas hace unas semanas un diario encabezaba un reporte: Niega César Camacho que Gustavo Madero trabaje para el PRI ¿Se han preguntado cómo nace una declaración así? Por supuesto no fue iniciativa del priísta, sino el resultado de una provocación puesta sobre la mesa por algún periodista. “¿Trabaja Gustavo Madero para el Presidente?” Nota habría sido que dijera que sí. Entonces sí merecería haberse publicado la declaración.
La práctica es tan común que ni los reporteros, ni muchas veces los lectores o televidentes, reparan en lo absurdo de ese tipo de información. “Niega gobierno pactar con el narco” o “rechaza el Presidente privatizar la educación”, son dos ejemplos más de ese tipo de pronunciamientos que encontramos cortesía de alguna pregunta que permite salvar la tarde al gremio periodístico.
Y qué decir de las gacetillas o notas pagadas del tipo “Inaugura el gobernador parque industrial”, o “Entregan apoyos a daminificados”, en las que el protagonista es invariablemente una autoridad y cuya narrativa está destinada a destacar lo generoso del gobernante. Notas -prohibidas por cierto- que nacen para construir la imagen de un personaje, ya sea por la gracia de un cheque o por la pereza de algún editor que reproduce con la magia del copy-paste el más reciente boletín que llegó a su bandeja de entrada.
Finalmente, las no noticias por excelencia, que nos cuentan lo que no pasó, tipo “Saldo blanco tras la marcha”, que bien podrían haberse no escrito pues hacen de un hecho intrascendente, porque es lo normal, lo que se espera, una nota de mil quinientos caracteres.
Sé que escupo para arriba. Me ha tocado la tarea de ver que se paute con información un espacio de tres horas, y entiendo que a veces estas notas son la única opción cuando no ocurre algo extraordinario y no hay nada que contar. Quizá algún día veamos un medio que diga, “Aquí le compartimos la foto de este gatito porque no teníamos información que valiera la pena”, o “señores radioescuchas: les comparto mi canción favorita en vez de meter una entrevista sobre un tema inflado que en realidad no tiene la menor importancia”. Dudo que ocurra pronto. Los medios seguiremos haciendo uso de estos recursos pero al menos ustedes, queridos lectores, se acordarán de mi cuando vean desfilar la próxima no noticia.