Para abrir espacios a formas alternativas de participación ciudadana, hace justo cuatro años el Imer dispuso una estación para transmitir programas hechos por organismos de la sociedad civil y grupos ciudadanos independientes.
Desde entonces, 114 equipos de trabajo integrados por más de 500 personas han acumulado más de nueve mil 600 horas de transmisiones y alrededor de cuatro mil 900 horas de tiempo de estudio. Los temas han sido tan diversos como su tratamiento. Al compás de una barra musical de cantautores iberoamericanos se han abordado asuntos de sa-lud, equidad de género, promoción de la lectura, desarrollo infantil, ecología, religiones, educación sexual y culturas indígenas, entre muchos otros.
Este modelo radiofónico es un ejercicio novedoso en México, más aún debido a la falta de espacios para una mayor y más libre participación ciudadana en los medios de comunicación.
En la misma frecuencia
La Radio Ciudadana del Imer emitió su señal hace cuatro años en la 1350 de AM, con cinco mil watts de potencia. Luego, para darle mayor cobertura, se trasladó a la 660 de AM, una frecuencia concesionada en la que hoy transmite con 50 mil watts.
La renovación de la oferta es el continuo aire fresco de este proyecto, para la renovación de los contenidos y el mejoramiento de su calidad. Por eso este mes de abril se renovará por primera ocasión la barra programática entera de la emisora. Así, tendrán cabida los programas de 46 nuevos equipos ciudadanos, conforme a las reglas que para conducir el proyecto diseñó el Imer con el apoyo de un consejo, creado para tal efecto como órgano consultivo, integrado por representantes de instituciones públicas y de organizaciones civiles, así como por ciudadanos seleccionados en su momento por sus trayectorias profesionales en el ámbito de la comunicación.
Los programas que terminan su ciclo contribuyeron a dar forma al proyecto, cuya viabilidad se debe también a la certidumbre de respeto a la libertad de expresión que ha prevalecido en México durante los últimos años y al apego al marco legal con el que se ha conducido.
Necesidad de recursos
El Imer, como otras entidades de comunicación de la administración pública, opera con recursos limitados y está obligado a generar recursos propios, de modo que dedicar una emisora concesionada y de amplia cobertura a este proyecto, aunado al esfuerzo de capacitación y supervisión que involucra es una aportación significativa.
Por ello, la continuidad y el fortalecimiento de la Radio Ciudadana es un reto importante, más aún ante la necesidad de procurar que sea sustentable a pesar de los estrechos márgenes financieros con los que opera hoy en día el instituto, y considerando además su perfeccionamiento constante en la intención de que su programación y sus resultados puedan acreditarse como una experiencia exitosa que motive al desarrollo de proyectos similares en otros espacios de comunicación con fines de servicio público.
Carrera de relevos
La evolución de ese modelo de radiodifusión ha traído también la necesidad de instrumentar respuestas a problemas nuevos. Entre ellos, por ejemplo, las tensiones derivadas de los procesos de relevo y cambio propios de su naturaleza y de su vocación como un espacio que busque bajo criterios de calidad, pero nunca de exclusión una amplia y variada participación de ciudadanos y organizaciones en su programación y en su consejo consultivo.
El Imer debe asegurarse que este proyecto sea siempre una clara apuesta por la pluralidad y la equidad en la apertura de oportunidades para la capacitación y el ejercicio de la actividad radiofónica como formas de participación ciudadana. No debe ser lugar de unos cuantos. En ello radica su principal aportación.
Audiencias
Por otro lado, en nuestro país, ante la falta de indicadores suficientes es difícil saber con precisión quiénes y cuántos son los que escuchan una emisora. La Radio Ciudadana no es la excepción. Y los elementos disponibles apuntan a la necesidad de que el instituto instrumente acciones encaminadas a que más personas conozcan y atiendan los programas de los grupos ciudadanos.
El Imer tiene una responsabilidad importante y compleja ante la conducción del proyecto de la Radio Ciudadana. Es pertinente para un medio financiado con recursos públicos acreditar un modelo radiofónico que, más allá de las tendencias o los formatos de moda, atienda necesidades específicas de comunicación de sectores sociales significativos, sean o no mayoritarios.
También es congruente con el compromiso democrático que obliga a los medios de comunicación operados por el gobierno federal, impulsar con vigor proyectos orientados por la aspiración ética de servir como reflejo de la diversidad que caracteriza a nuestra sociedad.
Abrir y consolidar espacios a nuevas formas de ejercer la ciudadanía a través de los medios masivos de comunicación, es un avance en la dirección correcta y es, entre otras razones, una que le da sentido a la permanencia de los llamados medios públicos.