sábado 18 mayo 2024

Los devaneos de Asia Argento. Eso no debiera desacreditar al #MeToo, aunque parece irremediable

por Arouet

Entonces la mujer envuelta en llamas entra a la habitación. Con la fuerza de sus 37 años y la destreza del cuerpo como de ciervo desbragueta al joven, veinte años menor que ella, quien, asustado, siente cómo la garganta del venado arropa a su guerrero inseparable. El no supo qué hacer, lo dijo años después. Estaba pasmado y, luego, al narrar que ella lo obligó a penetrarla, avergonzado también. Esto habría sucedido hace poco más de cinco años, en California, donde se impide tener relaciones a un adulto con un menor de 18.

De este modo podríamos sintetizar la historia que reveló hace unos días The New York Times, aunque hay que precisar algo más. Para que esto no tuviera consecuencias legales la mujer aceptó pagar una fuerte suma al actor Jimmy Bennett. La mujer se llama Asia Argento, un emblema del movimiento #MeToo y hoy circularon imágenes y textos que hacen muy convincente el hecho de que, en efecto, tuvieron relaciones sexuales.

Estas son mis consideraciones:

1. Hay que desconfiar siempre de quienes, mujeres u hombres, forjen su imagen pública y su comportamiento político presentándose con la (supuesta) virtud de la pureza. La pureza no existe e intentar proyectarla (casi) siempre tiene fines de manipulación y por lo regular esconde o inhibe las mismas actitudes que dice combatir.

2. Este es un ejemplo más de la doble moral. Las feministas más recalcitrantes guardan silencio y eso exhibe su falta de apertura intelectual o su sensibilidad con el tema, y las retrata más como fanáticas que como promotoras de soluciones contra la violencia hacia las mujeres.

3) En sentido estricto, lo que sucedió entre la señora Argento y Bennet no debería desacreditar al movimiento #MeToo: la violencia y el acoso que sufren miles de mujeres es un tema más complejo e indignante que el devaneo sexual que, muy probablemente, perpetró la dirigente de ese movimiento con aquel muchacho.

4) Creo que Jimmy Bennet –y esta es una opinión muy subjetiva– pretende aprovecharse de los reflectores que generó el movimiento antedicho y una de sus líderes visibles para lograr más reflectores e incluso ser parte de una suerte de desquite orquestado por la exhibición que Argento y sus compañeras han hecho de múltiples trapacerías machistas.

PD. Esto es lo que menos importa pero de todos modos lo quiero decir: para mí, a los 17 años, haber tenido enfrente a Asia Argento, habría sido muy lindo. Y nada me importaría que la ley de los hombres o la de dios dijera que no, que yo no podría recibir el cobijo de esos besos. A la mujer envuelta en llamas.

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