Las consecuencias de la convergencia tecnológica es uno de esos temas que pueden sonar aburridos por lejanos, pero en realidad, son tan próximos como la pantalla de televisión que tenemos enfrente.
Que haya más canales de televisión abierta viene bien. Que la oferta de contenidos crecerá en beneficio de los consumidores es, por lo menos, debatible.
El acertijo es saber qué producir para ser visto. Los mayores en estas ligas, Televisa y Azteca, trabajan en ello. Los emergentes globales como Netflix y decenas de opciones más, llevan la delantera. Sin canal de televisión (frecuencias de radiodifusión) esas productoras han pegado en el blanco del interés de grandes audiencias y también de nicho, al ofrecer contenidos bajo demanda, a la hora y lugar que cada quien decida.
Hablar de personajes conocidos por sus trayectorias en el periodismo o en los medios de comunicación resulta muy atractivo, mas no sustantivo. Dicho lo anterior, y con las reservas propias de una hoguera de vanidades:
Hay proyectos, incluso estelares en televisión, para Denise Maerker, Primero Noticias reducirá su duración y Carlos Loret de Mola se concentrará en información dura. Lo “ligerito” se mudará. Foro TV se reinventará.
Otros personajes de largas trayectorias irán despidiéndose para renovar la imagen general de la pantalla, hacerla más joven, más empática, sobre todo, buscan propuestas que les ayuden a dar con la nota para retener audiencias presentes y futuras.
Noticias y deportes son dos áreas que justifican la inmediatez y la infraestructura para hacerla posible, el entretenimiento en algunas variantes, puede requerir el “en vivo”, Lo demás, se complica. Televisa trabaja en ello, recorta y altera formatos de telenovelas, reflexiona sobre su capacidad para reaccionar y responder. Salieron Chabelo, Laura Bozo, Javier Alarcón y faltan. Río 2016 y Sochi 2018 apremian. Los costos y las ventas por rating también.
Para la naciente cadena nacional de televisión de Grupo Ángeles de la familia Vázquez-Raña-Aldir, el reto es formidable, grande. En noticias, donde su buque insignia será Ciro Gómez Leyva, los movimientos que hagan los canales maduros, los obligan a pensarle y mucho, respecto a la oferta, formato, vinculación e interacción con audiencias (redes sociales) que abarcan a seis generaciones de consumidores, mutantes de hábitos, gustos y necesidades.
La convergencia tecnológica en telecomunicaciones, el creciente acceso a Internet y plataformas móviles, está cambiando vertiginosamente la manera en que vemos las pantallas, las chicas, las medianas y las grandes. Los gustos cambian, el ritmo y la duración determinan qué y cómo producir.
Los nombres y rostros en las pantallas abonan a pláticas de café, al porrismo de redes sociales, pero el fenómeno sobre la producción y consumo de contenidos es trascendente, incipiente y relevante por su influencia y penetración. Historia que se cuenta en vivo.
Este artículo fue publicado en La Razón el 19 de Enero de 2016, agradecemos a Carlos Urdiales su autorización para publicarlo en nuestra página
