Nuestro hermoso México. Un país libre y soberano pero lleno de desigualdades sociales y económicas que tienen sumida en la pobreza energética a gran parte de la población.
Más del 40% de los hogares en nuestro país no tienen la capacidad de pago de servicios básicos como gas o electricidad, sobre todo en localidades de altas o bajas temperaturas que requieren de aires acondicionados o bien calefacción, y tienen que utilizar leña, cuando podrían tener acceso a energía renovable mediante páneles solares.
Somos un país rico en petróleo y gas, pero que ha malgastado esa riqueza en corrupción, y pésima planeación en PEMEX, monopolio estatal, que se niega a evolucionar y modernizarse.
A finales del mes pasado se presentó en la Cámara de Diputados la Iniciativa con Proyecto de Decreto por el que se reforman y adicionan diversas Disposiciones de la Ley de la Industria Eléctrica (LIE), cuyo objetivo consiste en eliminar el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) mediante cambios regulatorios que beneficiarían a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), en perjuicio de los productores privados. Cabe destacar que de aprobarse esta iniciativa, implicaría el riesgo de que se violen acuerdos internacionales, y pagar millones de dólares en indemnizaciones.
Esta modificación a la ley no solamente atrasaría la transición de México hacia las energías sustentables y limpias, sino que al eliminar el mecanismo de despacho económico de centrales eléctricas que opera el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE), la CFE estaría despachando plantas caras, y perdería la oportunidad de adquirir y vender en el mercado energía más barata al consumidor final. Esta condición no sólo afectaría a las energías renovables sino también al gas natural que generan empresas privadas, impactando eventualmente las propias finanzas de la CFE, que en consecuencia se reflejaría en tarifas más altas para los industriales.
Foto: Inventive Power
Destaca también que al eliminar la obligación de la subsidiaria de suministro básico de la CFE de compra de energía por medio de subastas, se afectará notablemente la competencia y generará sobrecosto de servicios. Los más pobres tendrán que pagar un mayor porcentaje de sus ingresos para poder contar con electricidad.
La Reforma Energética de 2017, contempla un Fondo del Servicio Universal Eléctrico que se alimenta de remanentes en la operación del mercado, que sin costo adicional para el Estado, garantiza la cobertura eléctrica a los mexicanos que habitan en localidades aisladas.
El 75% de la producción energética de México proviene de fuentes fósiles. El Estado no debería sentirse amenazado ante el crecimiento de energías renovables y limpias, porque éstas pueden convivir sin ninguna dificultad con los proyectos actuales de la CFE.
La caída en el precio del petróleo debido a la pandemia y a la crisis climática detonada a nivel global, consecuencia de los efectos de la industrialización y consumo de combustibles fósiles, confirman la necesidad de poner en la mira el gran potencial social, económico y ecológico, que traen consigo las energías renovables. En México, éstas han sido fomentadas en los últimos años por compañías privadas extranjeras y organizaciones internacionales, que han invertido cuantiosas cantidades de dólares en la construcción y operación de nuevas plantas, más eficientes y menos contaminantes.
Resulta prioritario encontrar con urgencia alternativas a combustibles fósiles, ya que además de generar el 75% de las emisiones de Gas de Efecto Invernadero (GEI), afectan económicamente a las comunidades más pobres, mismas que pierden cosechas por sequías e inundaciones, padecen de incendios por las altas temperaturas, o bien resisten huracanes, deslaves y sufren con el incremento del nivel del mar, entre otras consecuencias que provoca la modificación de la temperatura a nivel global.
Permitir inversión pública y privada, regulación efectiva y cambios culturales en cuanto a las energías limpias, generarán desarrollo regional y local en nuestro país, y por ende un futuro más prospero no solamente en lo económico, al evitar el gasto enorme de recursos públicos, sino en el medio ambiente y por tanto en la salud de todos los mexicanos.
Querido lector:
Espero que el día del amor y la amistad hayan estado con sobrecargas de energía y electricidad amorosa.
