En la actualidad se discute mucho acerca de la sociedad de la información, y de las inmensas posibilidades de desarrollo que ofrece, así como de la gran brecha que se presenta en el acceso a Internet de banda ancha.
Sin embargo, poco se discute acerca de los esfuerzos que tienen que realizar los gobiernos para proporcionar la infraestructura necesaria de acceso a Internet de banda ancha sobre la cual se pueden desarrollar estrategias de desarrollo económico y social, o de los esfuerzos para “alfabetizar” digitalmente a la población. Ambas líneas de acción son indispensables para eliminar la brecha digital.
Asimismo, debe observarse que el potencial de las diferentes ciudades para convertirse en centros de negocios a nivel mundial en los próximos años dependerá de su competitividad, la cual es resultado de varios elementos. Uno de ellos es la existencia de una conectividad adecuada.
La competitividad de una ciudad también se asocia a la existencia de capital humano suficiente en cantidad y calidad para producir y gestionar el nuevo sistema técnico-económico.
Al respecto, metrópolis de todo el mundo, en asociación con empresas privadas, están aprovechando los avances de la tecnología y desarrollando redes inalámbricas de cobertura metropolitana (WiMAN) para ofrecer a sus habitantes y empresas cobertura generalizada en espacios públicos para acceder a servicios de Internet. A través del desarrollo de las mismas, las ciudades buscan aumentar su competitividad mundial, incrementar sus oportunidades de desarrollo económico, proporcionar los servicios públicos de una forma más eficiente, y solucionar las disparidades de acceso a banda ancha.
Por ejemplo, Londres y la empresa The Cloud, se asociaron para desplegar una red inalámbrica Wireless Fidelity (WiFi), a fin de suministrar acceso a las aplicaciones de Internet a usuarios en movimiento, y proveer a las empresas del distrito con la capacidad de expandir su infraestructura de comunicaciones e información.
Cualquier proveedor de servicios de Internet podrá utilizar esta red WiFi para suministrar servicios como: a) Internet de alta velocidad, b) voz sobre servicios WiFi, c) acceso a correo enriquecido, y d) música, videos y otros entretenimientos.
The Cloud utiliza arquitectura de redes entrelazadas de última generación instalada en el equipamiento urbano, como lámparas de alumbrado público y señales de tránsito, permitiendo el acceso a Internet en calles y espacios abiertos mediante dispositivos terminales o laptops con conectividad WiFi. Desde diciembre de 2006 esta red tiene una cobertura exterior del 95% del distrito financiero de Londres.
Por otra parte, Shanghai y Cisco están desarrollando una red WiMAN llamada Megacity, la cual estará lista en 2010, que permitirá, además de acceder a Internet de alta velocidad, transferir videos de alta definición, y conectará a las redes de información y vigilancia municipales para llevar a cabo de manera más eficiente actividades como control de tráfico, monitoreo de seguridad, etcétera.
En EU el despliegue de las redes metropolitanas de banda ancha alcanza más del 25% de las familias. La creciente popularidad de la tecnología Wireless Fidelity (WiFi), misma que cuenta con más de 120 millones de dispositivos terminales utilizados en la actualidad, ha creado una demanda tanto de los usuarios como de las municipalidades por la disponibilidad de acceso a banda ancha en todo momento y lugar.
En dicho país, el crecimiento del acceso de banda ancha para las familias se ha visto replicado por el crecimiento de las redes de banda ancha con cobertura metropolitana. Al respecto, el listado Muniwireless señala que en EU, en febrero de 2006 existían 186 despliegues realizados o planeados, entre los que se incluyen las redes WiMAN de Minneapolis, Philadelphia, San Francisco y otras.
Por ejemplo, en abril de 2005, Minneapolis solicitó propuestas del sector privado para construir y operar una red de banda ancha inalámbrica flexible, buscando alinear las inversiones de tecnología con las prioridades estratégicas de la ciudad y las empresas. El resultado, la red inalámbrica de banda ancha de Minneapolis (WM) está integrada por activos de fibra óptica propiedad de la ciudad y por antenas montadas en edificios y radio-equipos de acceso instalados en el equipamiento urbano propiedad del socio privado, USI Wireless.
El DF no podría ser la excepción en esta tendencia. El pasado 14 de enero Samuel Podolsky, presidente del Consejo de Competitividad de la ciudad de México, anunció que como parte del proyecto “Ciudad Digital”, esfuerzo del gobierno del Distrito Federal para convertir a la ciudad en un destino atractivo para empresas de alta tecnología y propiciar el desarrollo de negocios intensivos en conocimiento, se ofrece en forma gratuita en el Centro Histórico desde diciembre de 2007 el servicio de acceso a Internet. Y señaló que la cobertura de la red WiMAX, propiedad del GDF, se ampliará a la mayoría de los sitios públicos el 1 de abril, además que se estudia proporcionar el servicio a bajo costo.
Múltiples son las razones que tienen los gobiernos de las ciudades para desplegar estas redes metropolitanas. La principal es que, en múltiples circunstancias, el modelo de negocios bajo el cual una compañía privada opera y es propietaria de la red WiMAN, y financia el costo del diseño, construcción y operación de la misma, utilizando activos del equipamiento urbano de la ciudad para el despliegue de la infraestructura de red, nunca se llevaría a cabo sin el apoyo financiero de las ciudades.
Por ejemplo, en la fase de diseño de WM, Minneapolis discutió esta opción con proveedores locales y nacionales especialistas en solucionar complejos problemas de comunicaciones, pues ésta depende de que proveedores comerciales de Internet, o empresas de telefonía establecidas, tomen la iniciativa de invertir en infraestructura inalámbrica que podría disminuir la base de clientes (e ingresos) de su oferta actual de servicios. La falta de interés de las empresas para comprometerse con cuantiosas inversiones estratégicas y su incapacidad para satisfacer los rangos tarifarios seleccionados y los requerimientos de banda ancha móvil, simplemente descartó esta opción desde el inicio.
En agosto de 2007, Chicago anunció que reevaluaría su enfoque para desplegar una red WiMAN al no haber recibido propuestas aceptables de las empresas interesadas. Bajo su enfoque inicial, Chicago buscaba un socio privado que desplegara una red WiMAN exclusivamente con sus recursos financieros, la cual debería suministrar servicio gratuito en escuelas, parques y otros lugares públicos. A cambio, se garantizaría la utilización de largo plazo de su infraestructura de equipamiento urbano.
La autoridades de Chicago afirmaron que “…debido al acelerado cambio tecnológico, las condiciones del mercado han cambiado drásticamente”, por lo que el elevado costo de construir una red WiFi, y la creciente competencia de otros proveedores del servicio, llevan a que redes de cobertura metropolitana tengan escasas posibilidades de éxito sin apoyos financieros del gobierno local.
No es de extrañar este resultado: un estudio de la Universidad Carnegie Mellon señala que el costo de desplegar, y actualizar tecnológicamente, una red WiMAN para Pittsburgh sería de 5.2 millones de dólares para el año cero, tres millones para el año uno, y dos mdd anuales del año dos al cinco. Por su parte, los costos de despliegue, incluidas las iniciativas de “inclusión digital” de WM, se ubican cerca de los 30 millones de dólares.
La consultora Jupiter Research reunió en su reporte “Municipal Wireless: Partner to Spread Risks and Costs While Maximizing Benefit Opportunities” de 2005 información de 83 desarrollos inalámbricos municipales estadounidenses. En dicho documento se analizan las opiniones de las autoridades responsables, empresarios y otros agentes acerca de las oportunidades, desafíos y alternativas existentes para el uso de las redes inalámbricas de banda ancha municipales. Algunos de los resultados del reporte son: a) aumentar la efectividad y eficiencia gubernamental es la más importante justificación para las redes metropolitanas (68%), muy por arriba del objetivo de garantizar acceso universal (21%) al respecto, se piensa que las redes metropolitanas pueden mejorar la prestación de servicios públicos; b) de 83 redes analizadas, 4% suministran exclusivamente banda ancha inalámbrica a residencias y negocios debido a que donde existen severas fallas de cobertura por parte de los proveedores comerciales de servicios de Internet (ISP), las municipalidades toman el rol de proveedores de última instancia del servicio; la mayoría de las iniciativas, 63%, se dirigen a utilizaciones mixtas, y el 34% restante se concentra en aplicaciones especializadas para los gobiernos; c) aunque una meta de muchas municipalidades es aumentar sus ingresos, esto carece de fundamentos económicos pues desarrollar y mantener una red WiMAN es costoso (150 mil dólares por milla cuadrada durante cinco años dado esto, se estima que los ingresos de 50% de las redes ni siquiera cubrirán sus costos, aun considerando tarifas mensuales por usuario de 25 dólares; d) la construcción, operación y mantenimiento de una red metropolitana es compleja; aunque las ciudades cuentan con departamentos especializados en tecnologías de información, éstos no tienen los recursos disponibles a los ISP, y no tienen el conocimiento necesario para afrontar difíciles problemas operacionales y tecnológicos.
Por lo anterior, los gobiernos deben trabajar con empresas comerciales para compartir los costos y riesgos de las redes metropolitanas. Dichas asociaciones proporcionan a los ISP un cliente estable de gran demanda y reducen sus costos de construcción, mientras que los gobiernos encuentran maneras para mejorar la operación de los negocios locales, aumentar el atractivo de las ciudades, y mejorar la seguridad pública.
Puede afirmarse que es un error el desplegar una red WiMAN cuyos activos serán propiedad exclusiva del gobierno, y en cuya construcción y operación no intervengan empresas privadas. No es fácil que las autoridades y las empresas se pongan de acuerdo respecto a los requisitos del servicio y las condiciones financieras y tarifarias del mismo. Sin embargo, vale la pena recordar las palabras de Steve Titch, investigador en tecnologías de información y política de telecomunicaciones del Heartland Institute: “Debe haber redes WiFi, pero no pensemos que la idea de propiedad municipal de las mismas es predominante en Estados Unidos. Todo señala que los proyectos metropolitanos de banda ancha donde las ciudades poseen y operan las redes están en retirada y que las empresas privadas construirán y tendrán la propiedad de las mismas. Ésa es la manera correcta de hacerlo”.
Los gobiernos deben hacer esfuerzos para preparar el capital humano suficiente para producir y gestionar el modelo de economía del conocimiento y alfabetizar digitalmente a sus comunidades marginadas. Para esto, se deben generar políticas y programas que provean a las comunidades de bajos ingresos con capacitación y acceso a las tecnologías de la información, entendiendo acceso no sólo como la dotación de infraestructura sino como una agenda completa de política tecnológica comunitaria.
Muchas comunidades locales en el mundo han demostrado que las tecnologías de Internet pueden ser una herramienta efectiva para fortalecer el desarrollo económico y social local. Esta aplicación de las tecnologías de la información y las comunicaciones para posibilitar procesos comunitarios y el alcance de los objetivos de la comunidad es conocida bajo el término de Community Informatics Systems (CIS).
CIS se centra en sistemas distribuidos y no agregados, y se basa en la premisa de interacciones activas en el desarrollo, uso y apropiación de los sistemas. Por otra parte, también incluye el desarrollo de estrategias para el análisis de los requerimientos comunitarios y sociales para el diseño de procesos comunitarios de apropiación y planeación tecnológica y para la planeación de programas tecnológicos y la evaluación de los impactos de la agenda de políticas implementadas. Puede afirmarse que todo proyecto exitoso de alfabetización digital de comunidades urbanas ha incluido una estrategia CIS y un financiamiento adecuado por parte de las ciudades de dichos proyectos.
A pesar de todas las dificultades, la tendencia a desplegar redes WiMAN metropolitanas es irreversible, pues con las mismas las autoridades de las ciudades buscan convertirlas en destinos atractivos para empresas de alta tecnología, propiciar el desarrollo de negocios intensivos en conocimiento y aumentar su competitividad internacional.