A cinco años de gobierno, y en plena recta final para dejar como heredera del poder a Claudia Sheinbaum, el presidente Andrés Manuel López presume los supuestos logros de su gobierno para sembrar en la opinión pública la convicción de que su gobierno dio resultados y que la “transformación” debe continuar.
No es así. En el mejor de los casos, algunos temas avanzaron de manera parcial, pero las grandes promesas no se cumplieron.
Aquí, cinco de las más relevantes.
1.-El sistema de salud ‘como Dinamarca’
La promesa de un sistema de salud de “primer nivel”, como el de Dinamarca o hasta mejor, ha signado la administración obradorista, tanto por el absurdo de tal pretensión, como por la enorme distancia entre la realidad y los hechos.
En octubre de 2023, a cinco años de iniciada la administración, se han desechado dos sistemas de salud que costaron miles de millones: el Seguro Popular y el Instituto de Salud para el Bienestar. Al tiempo, AMLO apostó por el fortalecimiento del IMSS-Bienestar, una rama del IMSS para atender personas en pobreza sin seguridad social.
Finalmente, todo el peso de conformar el sistema prometido recayó en el IMSS-Bienestar, mientras que la institución no puede ni hacer funcionar bien sus unidades habituales, las del IMSS.
Para crear un sistema de salud nacional, AMLO ha presionado a los estados para que le transfieran los sistemas de salud estatales, con la promesa que los hará funcionar mejor al “federalizarlos” y ponerles el sello IMSS-Bienestar. No hay ninguna evidencia de que el sistema se esté construyendo adecuadamente. La última promesa de AMLO es que para marzo de 2024 ya estará funcionando todo.
Dijo lo mismo en 2019, 2020, 2021, 2022… Nunca cumplió, ni cumplirá.
2.-La pacificación del país
En enero de 2018 AMLO prometió que en tres años nomás iba a dejar el país en paz. Que su enfoque de gobierno y seguridad sería adecuado para pacificar el país. Que la violencia engendra más violencia y que lo importante es dar oportunidades a los jóvenes y combatir la pobreza.
Es cierto que, según todos los especialistas en temas de seguridad, es indispensable atender las razones sociales de la violencia, es decir, la pobreza y la desigualdad. Pero es igualmente cierto que un problema que en México ha evolucionado durante más de 50 años no puede apaciguarse en tres con la mera voluntad del presidente que llegó a “moralizar”.
Al contrario: con todo y sus programas sociales y por motivos enormemente complejos, pero que se pueden resumir en una mala estrategia y falta de inversión suficiente, la violencia con AMLO se disparó a niveles nunca antes vistos, sobre todo en el indicador primordial: los homicidios dolosos.
3.-El Ejército a los cuarteles
En sus diversas campañas, AMLO usó como consigna el “regresar al Ejército a los cuarteles”, para que ya no abordaran labores de seguridad pública. Dijo muchas veces que la presencia del Ejército en las calles era la causa directa de la violencia. Ya cuando era obvio que ganaría las elecciones de 2018 su discurso empezó a cambiar.
Comenzó a hacer declaraciones amigables hacia el Ejército y a decir que se revaloraría su labor en seguridad pública. Ya en el poder, dijo de plano que había cambiado de opinión, porque no tenía idea de la dimensión del problema y de la descomposición de la policía.
Luego, creó la Guardia Nacional, desapareció la Policía Federal y dio al Ejército enorme poder político y económico.
Los soldados siguen cometiendo abusos de derechos humanos, pero según AMLO, esto ya no ocurre. ¿Por qué? Pues porque ahora el presidente es él. Así de irreal.
4.- Que se terminarían los sobornos a medios de comunicación
AMLO prometió y volvió a prometer que en su gobierno se terminaría el soborno a medios de comunicación, mejor conocido como “chayote”. Esto no hay que confundirlo con la publicidad oficial, ojo.
La publicidad oficial es la compra legal y legítima de espacios publicitarios de parte del gobierno a medios, pero sin que esta compra influya en lo absoluto en la línea editorial del medio en cuestión.
El soborno o “chayote” es pagar por publicar información favorable al gobierno. Por supuesto, va disfrazada como una nota, reportaje o artículo de opinión.
Con AMLO no desapareció el “chayote”, solo cambió de rostro y de destinatarios. El medio más favorecido, como hemos documentado en etcétera, ha sido La Jornada. El Heraldo de México y Sin Embargo también han sido muy favorecidos.
Otro ejemplo contundente son los llamados youtubers que asisten a las mañaneras: los representantes de los canales afines al presidente que, según ellos, no reciben publicidad oficial ni privilegio alguno. Sin embargo, algunos han obtenido candidaturas en Morena, promoción para sus canales y hasta viajes gratis en aviones del Ejército, como ocurrió con el quinto informe de gobierno, realizado en Campeche. Allá fueron trasladados los youtubers, tras anotarse en una lista.
Cabe recordar que AMLO siempre criticó que los periodistas que cubrían las actividades de Enrique Peña Nieto viajaran a su lado en el avión presidencial.
5.- Encontrar a los 43 normalistas
Una de muchas promesas de campaña de AMLO fue averiguar la verdad de lo ocurrido con los 43 normalistas de Ayotzinapa, masacrados en Iguala. El presidente y su partido dijeron decenas de veces que la versión del gobierno de Peña Nieto era mentira, una invención para tapar la culpabilidad del gobierno y del Ejército.
El 27 de septiembre de 2018 prometió a los padres de familia: “Vamos a conocer lo que realmente sucedió, que se sepa dónde están los jóvenes y se castigue a los responsables”.
Ya en el poder, AMLO llegó a una nueva “verdad” que es prácticamente igual a la versión del gobierno anterior. Además, al igual que el gobierno de Peña, este gobierno ha exonerado al Ejército (cuando eran oposición los llamaban asesinos) y a altos funcionarios.
Pero lo peor es que no tiene ni la menor idea de dónde están los jóvenes. No ha encontrado ni una pista. Igual que el gobierno anterior, al que criticó.
En el quinto año de gobierno, los padres de los normalistas aseguran que AMLO los traicionó.
*ofv
